En la incertidumbre que está viviendo DC Entertainment al tratar de crear su propio universo cinematográfico, el seguidor encuentra un buen puerto en los largometrajes animados. Aquella rareza que había sido Batman: Mask of the Phantasm en 1993, de hacer una película animada como extensión de la serie que se estaba emitiendo por ese entonces, a finales del 2000 comenzó a hacerse más común, ya sea adaptando sagas clásicas o creando sus propias historias: desde Superman: Doomsday (2007) hasta llegar a la película que nos convoca, Suicide Squad: Hell to Pay.