O "Cómo sentirte estafada por Netflix".
El exitoso servicio de streaming mantuvo en secreto el rodaje de esta serie estadounidense de "drama y misterio", creada por Brit Marling (quien también es la protagonista) y Zal Batmanglij (de Sound of My Voice y The East, ambas ganadoras en Sundance). La serie cuenta con ocho episodios de una hora, y se estrenó el pasado 16 de Diciembre.
Al prender la tele el Sábado 17, y por supuesto automáticamente ingresar a Netflix, me apareció en el inicio como serie recomendada. Recordé que había leído datos duros de No Film School que me tentaron a verla: la serie estaba producida por Plan B Entertainment, la productora de Brad Pitt, y Anonymous Content (True Detective, The Knick). La sinopsis oficial nos dice: "Un milagro para unos; un bicho raro para otros. Unos pocos entienden de dónde viene: del umbral de un mundo nunca visto". Vi el trailer (acto obligado antes de ver cualquier cosa) y me tentó aún más, así que decidí maratonearla completa.
El exitoso servicio de streaming mantuvo en secreto el rodaje de esta serie estadounidense de "drama y misterio", creada por Brit Marling (quien también es la protagonista) y Zal Batmanglij (de Sound of My Voice y The East, ambas ganadoras en Sundance). La serie cuenta con ocho episodios de una hora, y se estrenó el pasado 16 de Diciembre.
Al prender la tele el Sábado 17, y por supuesto automáticamente ingresar a Netflix, me apareció en el inicio como serie recomendada. Recordé que había leído datos duros de No Film School que me tentaron a verla: la serie estaba producida por Plan B Entertainment, la productora de Brad Pitt, y Anonymous Content (True Detective, The Knick). La sinopsis oficial nos dice: "Un milagro para unos; un bicho raro para otros. Unos pocos entienden de dónde viene: del umbral de un mundo nunca visto". Vi el trailer (acto obligado antes de ver cualquier cosa) y me tentó aún más, así que decidí maratonearla completa.
¡ATENCIÓN! ALGUNOS SPOILERS DE LA TRAMA A CONTINUACIÓN
La historia arranca con una joven rubia, quien luego descubrimos es Prairie (Marling), saltando de un puente. Todo esto aparece "filmado con un celular", ya introduciéndonos en tiempo y espacio. El video es publicado en las redes y la madre de Prairie, quien la está buscando hace siete años, recibe el llamado de una amiga avisándole que apareció su hija. Resumiendo un poco, los padres llegan al hospital a verla y ella no los reconoce, hasta que toca la cara de su madre y ambas lloran. En un clásico "Momento WTF" las enfermeras observan al padre, quien les explica que… ¡Prairie era ciega y nunca los había visto! Este acontecimiento de telenovela barata es intensificado con una música incidental que trata de forzar el drama que la serie promete y nunca cumple. Fue ahí cuando sospeché que la serie podía ser mala pero igual decidí seguir mirando, en parte porque tiene una fotografía hermosa y muy atrayente, y en parte porque... dale, Netflix nos dio Stranger Things este año, démosle una chance.
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| ¿Un tratamiento de keratina? No precisamente. |
Una vez regresada a la casa de sus padres en Michigan, Prairie solo quiere ser llamada "The OA" y lo repite extrañamente en oportunidades que no tienen nada que ver. Además, a ella no le interesan para nada sus padres: lo único que quiere es filmarse bajo las sábanas cual video hot pero versión triste, hablándole a Homer, de quien aparentemente está enamorada. En su desesperación por internet (¡¿qué tan pedorro es este conflicto?!), llega a una casa abandonada donde Steve, el bully del pueblo, vende drogas. Después de un confuso episodio con un perro, Steve le da un router y The OA sube un video a YouTube diciendo que necesita la ayuda de cinco personas, y que es The OA (sí, ya entendimos...)
Acto seguido, cuatro boludos adolescentes y una maestra con demasiados problemas caen en el verso y empiezan a juntarse en la casa abandonada para escuchar la historia de lo ocurrido a Prairie durante esos siete años desaparecida. De ahí en mas, la historia va y viene en flashbacks, contándonos desde el inicio la vida de Prairie (o Nina) en la oligarquía soviética, su experiencia cercana a la muerte que resulta en su ceguera, su adopción en USA y finalmente nos introducen a su captor, Hap (interpretado por Jason Isaacs). Ahora, cuando esto sucede, lo primero que pensé fue "Listo, ahora es donde la serie se pone buena, este tipo seguro es un mega psicópata". Tuve la primera esperanza que se convierta en un drama oscuro. Obviamente no sucedió y ella accede voluntariamente acompañar a Hap, quien estudia experiencias cercanas a la muerte, para terminar encerrada en una jaula de vidrio irrompible con otros tres personajes que también murieron y volvieron a la vida. Porque justamente eso fue lo que hizo durante siete años: Hap la mató una y otra vez con la esperanza de demostrar que hay algo después de la muerte.
La historia sigue empeorando cuando los prisioneros descubren que se necesitan cinco personas y cinco movimientos para crear un túnel invisible que los llevaría a otra dimensión, y que esa es su única forma de escapar. Esos cinco movimientos se traducen en una danza interpretativa a lo tai-chi más que ridícula.
Ahora, lo que te dan ganas de romper la tele, es cuando te enteras que era toda esta historia de Rusia, de las jaulas, de Hap, de los movimientos de tai-chi sanadores y aperturas de portales, era una joda para Tinelli. Uno de los adolescentes que iba todas las noches a comerse el cuento de Prairie, encuentra bajo su cama una caja de Amazon llena de libros mega-obvios demostrando que es todo inventado. O sea que ahora no solo no sabemos dónde estuvo siete años, sino que tampoco sabemos cómo recupero la vista. Es ahí que salta la ficha que Prairie está loca y queda en arresto domiciliario. Y entonces llega el último capitulo, donde todo cambia, y para peor...
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| Hay una hindú-rusa. Y un purgatorio. Yo que ustedes ni pregunto. |
La historia sigue empeorando cuando los prisioneros descubren que se necesitan cinco personas y cinco movimientos para crear un túnel invisible que los llevaría a otra dimensión, y que esa es su única forma de escapar. Esos cinco movimientos se traducen en una danza interpretativa a lo tai-chi más que ridícula.
Ahora, lo que te dan ganas de romper la tele, es cuando te enteras que era toda esta historia de Rusia, de las jaulas, de Hap, de los movimientos de tai-chi sanadores y aperturas de portales, era una joda para Tinelli. Uno de los adolescentes que iba todas las noches a comerse el cuento de Prairie, encuentra bajo su cama una caja de Amazon llena de libros mega-obvios demostrando que es todo inventado. O sea que ahora no solo no sabemos dónde estuvo siete años, sino que tampoco sabemos cómo recupero la vista. Es ahí que salta la ficha que Prairie está loca y queda en arresto domiciliario. Y entonces llega el último capitulo, donde todo cambia, y para peor...
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| ¿Tai-chi o el Mafuba del Maestro Roshi? |
Ahora… ¿por qué la vi completa? Ya pasada una semana desde que la terminé, puedo decir que fue por la intriga de cómo está construida la serie. Sus continuos flashbacks y su hermosa fotografía son elementos que atraen, y los recuerdos de The OA nos hacen querer saber qué carajo fue lo que le pasó durante esos siete años. Lamentablemente me vi siete capítulos seguidos con la esperanza que al final la trama se decida por un género, que aparezca algo realmente de ciencia ficción, o aunque sea algo mínimamente dramático... pero no, nada. Es una serie posmoderna llena de amagues que prometen pero no se cumplen: se la pasa narrándonos una historia que luego, con un twist muy muy muy básico (¡maldito Amazon!) nos niega, para después pretender hacernos creer que los movimientos efectivamente sirvieron para llevarla a ella a otra dimensión.
Ya está, The OA. Dejá de insistir, no te creo nada.
VEREDICTO: 4.00 - ME MENTISTE, NETFLIX
The OA no se decide por ningún género, conflicto, personaje o trama; en fin, no se decide por nada. Te engancha porque confias en los contenidos de Netflix y te genera intriga saber si en algún momento se va a poner buena. Pero no. Se pone peor.
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