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la cuarta pared

lunes, 18 de julio de 2016

Review: STRANGER THINGS - Primera temporada


By on 10:40 p.m.



¡Volvieron los '80 y en forma de serie!

Aquellos nostálgicos a los que de hecho nos gustaba ir al video club y pasarnos un buen rato buscando una película para ver (porque justamente en esa búsqueda había gran parte del placer de "ver cine"), podemos afirmar que, ciertamente, algo de los 80 volvió hace rato con el "video club" virtual que es Netflix, ese lugar donde revivimos la experiencia de la búsqueda (lo abrimos, pasamos horas para elegir qué ver y terminamos sin ver nada). Pero no es sólo por esto que volvieron. También es porque hoy podemos encontramos con esta cosa rara, extraña, que justamente así se llama: Stranger Things ("Cosas extrañas").

El póster ya tiene ese aire vintage.

No voy a hablar mucho de los hermanos directores porque, si bien no tenía idea de quiénes eran hasta esta serie, con esa mágica cosa que es internet los busqué y tampoco es que vienen haciendo mucho, como para que nadie los conozca previo a Stranger Things: un par de cortos, una película llamada Hidden (de la que tampoco tengo idea) y no mucho más. Es fácil deducir que son unos treintañeros como quien escribe, y que tienen una fascinación por el cine y la TV comprendida entre 1980 y 1990, también como quien suscribe. Entonces hablemos de esta interesante obra ochentosa (le iba a poner "joya" pero le queda grande) que nos entregan ambos hermanos. 

Debo decir que primero me gustó un poco, y con el correr de los episodios se fue poniendo más y más interesante sin llegar a fascinarme nunca (de todos modos es bueno que mejore paulatinamente, y es mucho mejor que una serie que empieza muy bien y va cayendo en el vacío del sin sentido, coff Lost coff). 

Empecemos por lo más obvio. La atmósfera de los '80 en la imagen, en la caracterización y hasta en los personajes (muy bien buscados), es muy buena; lo único negativo es que se pierde un poco con la nitidez de la imagen. Las citas recurrentes a películas de aquella década están a flor de piel: E.T. antes que ninguna. Apenas empieza tenemos a los chicos jugando al D&D y adivinen cómo empieza E.T.

E.T.

Stranger Things.

En Hawkins, un pueblo a las afueras de quién sabe qué gran ciudad de Estados Unidos, donde lo más raro -en palabras del comisario- fue "cuando un búho ataco la cabeza de una mujer", comienzan a ocurrir cosas extrañas, y desaparece un niño

Lo más flojo que le encuentro a la serie, y por eso mismo no me gustó tanto al principio, es precisamente cómo comienza. El ritmo inicial me da la sensación de que pasa todo muy rápido. Apenas conocemos a nuestros personajes nerds y entrañables, que uno ya desaparece (no es spoiler porque pasa en los primero 10 minutos y es parte del trailer de la serie). Es tan poco lo que lo conocemos, que cuesta identificarse con la pérdida y la consiguiente búsqueda desesperada de sus amiguitos. Pero, en fin, como toda buena historia, las cosas extrañas dan lugar a más cosas aún más extrañas, y así llegamos a Elle (o Ce, como debieron traducirla al español). Todo esto pasa muy rápido, incluso lo fantástico arranca demasiado pronto para mi gusto. Haberlo manejado un poco más dilatado hubiera permitido también jugar, como lo hacían los primeros X-Files (si bien X-Files es de principios de los '90), con esa delgada línea entre la ciencia ficción y lo fantástico.

Mientras tanto, la historia nos lleva por lugares comunes de ese universo americano que no por conocido deja de ser atractivo: los niños perseguidos por nerds, los adolescentes con el sexo a flor de piel, los padres que mucho no pueden aportar a este universo para menores de 18, la madre soltera (Winona Ryder), el padre aprovechador, y el comisario del pueblo (David Harbour), junto con los infaltables villanos que -también fieles a una época- no tienen mucho de gris y son sencillamente malos. La historia no te va a sorprender con puntos de giros inimaginables, pero te va a atrapar igual, como te atrapaban Stand by Me y Los Goonies. Ese universo que tienen las 3 en común, que es que el mundo está en manos de los niños. Como me dijo una amiga: "Si la hubiese visto de chica, probablemente hubiese sido mi serie favorita".

Por el lado de los personajes, el conjunto del cast está muy bien. Está el policía de la gran ciudad traumado y agotado que va a "descansar" a un pueblo y se come el terrible garronazo de que, bajo su guardia, en el pueblo en el que no pasaba nada, empieza a pasar de todo (porque la desaparición de Will es sólo el principio). Y es un garronazo porque encima es buen tipo. 

Están los chicos nerds (¡NEEERRDSSS!) a quienes les gusta jugar al D&D y son acosados por los bullies odiados de ayer, hoy, y siempre. Con unas caras que son para poner en un póster de Basuritas, son genialmente interpretados por Finn Wolfhard (Mike), Gaten Matarazzo (¡Chimuelo!) y Caleb McLaughlin (Lucas). A ellos debemos sumarle la niña misteriosa, Eleven, interpretada por Millie Bobby Brown. También están los adolescentes: los populares, el marginal, la linda y estudiosa; todos muy bien y muy fieles a los perfiles de los '80. Salvo que te agregan un negro (al final, las parodias tienen razón y hay que meter a un negro).

Un párrafo aparte para Winona Ryder, que la rompe. Como una madre separada que tiene que criar a dos chicos con un sueldo de mierda, la hermosa Winona te lo vende y lo comprás. Desalineada, nerviosa, con el pelo pajoso y la ropa de una provinciana; el arte ayuda para llevarla a un lugar que le queda muy bien.

Wynona Ryder.

La serie tiene momentos de suspenso, momentos de miedo, momentos divertidos y de tensión, sin olvidar ese aire a los '80 que tantas alegrías nos trajo.

Habría que chequear que dentro de ese traje no esté Marty McFly.

Un toque de Poltergeist a la mezcla.

Y un poco más de E.T. con algunas sutiles diferencias. 


La serie es una muestra más de que Netflix va a dominar el mundo, haciendo que los usuarios lo amemos cada vez más; es tan satisfactorio como alarmante que la peguen tanto. Seguramente que cada click y selección les da más información para que puedan dominarnos pero, si nos van a dominar así, bien vale la pena. El acierto de confiar en estos dos directores sin grandes galardones por una serie hecha para todos los rangos de edad. Si bien es cierto que a mí me pega por la nostalgia, para muchos será su primera serie de ciencia ficción... y a esos sí que los envidio.

Otro gran acierto que no hay que pasar por alto es que, en esta época donde todo parece poder hacerse desde una computadora y que quede bien (finalmente, después de tantos años, hoy es tan creíble que hasta te animan pelo por pelo), no hicieron abuso de ese recurso. El CGI está ahí lo justo y necesario. Otra clara muestra de que Spielberg algo les enseñó a estos pibes

Son ocho episodios de 50 minutos cada uno los necesarios para volver a amar el cine de género. Porque seamos realistas: las series hoy por hoy son una mera excusa para poder hacer películas que duren más de 2 horas, y poder salir de esos límites que influyen tanto en el espectador (que si esta más de una hora sentado, le tenés que dar un premio) como en el relato y el director que lo limitan. 



VEREDICTO:  7.5 - SPIELBERG HIZO ESCUELA

Realmente vale la pena verla. Es recomendable además para motivar a Skynet... digo, Netflix... a que siga apostando por estos títulos y nuevos directores; y que sigan también con su fórmula implacable de estrenarte toda la temporada junta. Al final, esta reseña parece una publicidad encubierta (espero que después de esto me paguen una membresía, por lo menos), pero lo cierto es que apuestas como Stranger Things hacen que siga amando a Skynet.


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