¿Para qué sirve la nostalgia? Yo tengo veintidós años, así que no me puedo considerar un experto en la materia, pero tengo la infatigable sensación de que, en realidad, la nostalgia no sirve para nada. Hoy en día se habla mucho sobre ella, pero más que nada en relación con productos mediáticos como la televisión y la música, que son artes más perecederos y efímeros. En esos casos, no es algo tan malo. Pero cuando se trata del cine, hay un problema.
Al hablar de nostalgia en el cine, lo primero que viene a la mente son las aparentemente interminables secuelas y reboots y remakes y precuelas que Hollywood produce por docena todos los años. Lo segundo son las películas cuyo interés temático es la nostalgia, como por ejemplo, El Kiosco, la primera película de Pablo G. Pérez. A los cineastas amateur se les suele decir que cuenten historias sobre algo que conozcan y amen, y Pérez ha hecho justamente eso para su ópera prima.
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| Pablo Echarri, protagonista de El Kiosco, justo antes de enterarse de que eligió el peor momento para comprarse uno... |
El Kiosco sigue la vida de Mariano (interpretado por Pablo Echarri), un cuarentón, casado y con una hija, que odia su trabajo. Añora su infancia, cuando ir al kiosco de su barrio era la mayor aventura de todas. Cuando descubre que Don Irrega (Mario Alarcón), el dueño de ese kiosco, lo ha puesto en venta, Mariano decide comprarlo, buscando crear a una vida más sencilla y feliz. Pero Don Irrega no le dice todo lo que necesita saber sobre manejar un kiosco, y Mariano descubrirá rápidamente que cumplir su pequeño sueño será un enorme problema.
Esta es una historia simple sobre gente normal lidiando con problemas de la vida cotidiana, un tema que seguramente es de mucha importancia para Pérez, quien oficia también como escritor y co-montajista. Pero la simpleza nunca es simple, y sé que eso suena como una boludez pero no es tan así. Porque muchos se confunden y caen en el cliché cuando tratan de crear situaciones "normales" o personajes "creíbles". Y Pérez, más que caer, se arroja sobre esos clichés, porque parece que sinceramente cree que esos clichés son la realidad.
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| ...y aquí lo vemos después de enterarse, con Roly Serrano diciéndole que ese no es el peor de sus problemas. |
El guión sinceramente parece haber sido escrito de un tirón y nunca corregido. La edición trata de proveerle a la película el ritmo que la historia no tiene; no hace falta decir que si se nota es porque no lo logra. Tal vez lo peor sea la fotografía. El Kiosco consiste de imágenes que "se ven bien", o sea que están limpias y son claras, pero que no provocan ni sugieren nada, como los de una serie web berreta.
Lo mejor de la película (demostrando que esta en efecto fue producida en la Argentina) son los actores, que le meten garra y salen bien parados, en parte porque la historia tampoco requiere que se esfuercen mucho. Echarri hace que Mariano sea querible y Alarcón siempre la rompe haciendo de villano; por su parte, Roly Serrano y Sandra Criolani hacen papeles secundarios muy bienvenidos. Y también está Georgine Barbarossa, sobreactuando como si quisiera ganar un premio Razzie.
VEREDICTO: 3.5 - NO CARGAMOS SUBE
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