"Cine Argentino: las tramas apestan, pero qué buena fotografía" dice una publicidad oficial del INCAA. Oficial pero nunca emitida. Su mensaje, sin embargo, aparece implícito en casi todas las películas nacionales que salen cada semana. Lo peor es que estas tramas no tienen por qué apestar: muchas veces historias, personajes y escenas que podrían ser memorables se pierden, ya que el director y/o escritor, en vez de hacer su trabajo, decide hacerse el auteur.
El Motoarrebatador es un reciente ejemplo de esta tendencia lamentable. Este es el nuevo film del realizador tucumano Agustín Toscano, y trata sobre aquel tema omnipresente en la sociedad argentina actual: la inseguridad. Sin embargo, no esperen una exploración profunda ni una meditación introspectiva sobre este fenómeno. Solo hay dos escenas de asaltos, además de algunos ángulos raros y una escena de desnudez frontal masculina. También, escondida bajo todo esto, una trama intrigante.
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| "Una película que se robará su corazón". Eso es lo que podría haber sido esto. Pero no. |
Miguel Palavecino (interpretado por Sergio Prima) es un motochorro que un día asalta a una anciana, arrastrándola por la vereda para quitarle su cartera. Aunque el robo es un éxito y no hay testigos, Miguel teme haber lastimado seriamente a la mujer. En su cartera encuentra su cédula de identidad: se llama Elena Suárez (Liliana Juárez). Guiado por la culpa, Miguel va a buscarla a un hospital. La encuentra magullada pero fuera de peligro, y también descubre que su víctima ha perdido la memoria y ni siquiera recuerda su propio nombre.
Miguel y Elena resultan ser más similares de lo que al principio se suponía. Ella no tiene familia ni amigos, mientras que él está peleado con su padre y evade a su hermano, que lo empuja a seguir delinquiendo. Elena trabaja de empleada doméstica, y sin embargo vive con el suficiente espacio como para que Miguel, su hijo y una enfermera, se muden con ella. La relación entre el criminal arrepentido y la anciana sin memoria es el corazón de El Motoarrebatador.
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| OK, lo admito. El Motoarrebatador es alto título. Sé que es algo superficial, pero bueno... |
O al menos lo sería si Toscano desarrollara más a sus personajes, que nunca son más que "gente común y corriente" poco interesante. El director de Los Dueños está más interesado en hacer una película sobre la inseguridad utilizando un estilo que remite al western, tanto en la fotografía hermética de Arauco Hernández Holz como en la banda sonora compuesta por Maxi Prietto.
Quiero decir, ¿por qué se llama El Motoarrebatador y no Motochorro? Por la estética, dice Toscano, porque el Nuevo Cine Argentino ya fue. Porque esto es cine argentino. Porque nunca aprendemos de nuestros errores. Porque en Cannes no quieren ver otra película sobre delincuentes latinos de poca monta. Se estrenó en la sección "Quincena de Realizadores", donde perdió contra la nueva de Gaspar Noé, que también es argentino pero no lo parece.
VEREDICTO: 6.5 - NO ROBARÁS
En El Motoarrebatador, al igual que en muchas películas nacionales de los últimos años, el mensaje y el lenguaje se pelean por robarse el show, a costa de una historia y unos personajes que habrían sido muy valiosos si se les hubiera dado la atención que merecían. Recomendada para los fanáticos del western moderno y para policías cinéfilos.
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