El año pasado nos había gustado mucho Videoclub, de la gente de Cosamostra Producciones. Este año volvieron al festival con El Latido Desnudo, una historia más anclada en el género fantástico y obviamente no queríamos dejar de verla. Nos gustó mucho más que su antecesora, sin lugar a dudas.
Renzo Botaniz (Fabián Moreno) es un comisario que tiene que investigar una serie de asesinatos que comparten un modus operandi: las víctimas son degolladas hasta casi quedarse sin sangre, momento en el que el corazón les es arrancado. El jefe policial Lombroso (Vic Cicuta) intenta acompañarlo en la investigación, pero una serie de malestares (a primera vista) físicos lo van alejando de su labor. La primera teoría es que están ante una red de tráfico de órganos, pero a medida que tienen más información descubren que se enfrentan a algo sobrenatural, a un hecho que creían una mera leyenda urbana.
La historia, en clave policial con toques de comedia y elementos fantásticos, es llevadera, pero si sos ansioso podés sentir que se estanca un poco en la mitad. Si sos ansioso, dije, porque al final comprendés que esos momentos donde la trama no avanzaba tan rápido eran necesarios para simbolizar el estado por el que transitan las presencias del edificio de Morlote 861, donde se suceden los crímenes: repitiendo acciones una y otra vez, como toda alma en pena.
Según lo que contaron dos de sus responsables, Fabian Moreno y Mariana Cattanzaro, en la previa a la proyección, fueron muy expeditivos en la etapa del rodaje, ya que la película les llevó una media docena de jornadas. Es destacable cómo, a pesar de la rapidez en la que lo resolvieron (porque incluye gore y una serie de efectos especiales, no es que es una pavada de dos personas hablando en un living que se graba en una tarde), se nota un salto en la calidad técnica. Se ve y se escucha muy bien, Y además se da el lujo de incluir a una serie de bellas mujeres que trabajan en un prostíbulo en el siglo pasado, caracterizadas de época. El equipo responsable de la realización incluye, entre otros, a Christian Miani, Dani Zalenco, Oscar Pata, Leandro Bajar, Iván Rivelli Pranno, Jeremías Alamos, Adela Sagna, Strike Montalbano, Georgina Zanardi y Diego Roselli, que a esta altura son prácticamente una familia.
Mencionábamos antes que los crímenes se desarrollan en el inmueble de Morlote 861. No tienen por qué saberlo, claro, pero este edificio es parte histórica del cine independiente nacional. Su mención explícita la vincula emocionalmente con otras películas, sobre todo gran parte de las perpetradas por Gorevision, Making Off Sangriento (Hermanos Quintana), El Sistema Gorevisión (Javier Diment), entre otras. Este espacio la hace pertenecer a cierto grupo de películas que se pueden agrupar temáticamente por incluir escenas grabadas en los alguna vez llamados Estudios Gorecittá. Y, ante la reciente venta de este inmueble, El Latido Desnudo se convierte de alguna manera en un cierre generacional. Morlote no está más, pero va a estar siempre: en las películas que ya conocemos y en aquellas grabadas allí aún pendientes de estrenar, como Star Wars: Goretech y Chevysaurios.
El Latido Desnudo ya completó sus dos funciones, pero ya está (sí, ya, ¿no les dijimos que los pibes eran súper expeditivos?) editada en DVD por la gente de SRN Distribución. Y si prefieren verla en pantalla grande, linda y escabiando, estén atentos que seguramente sean anunciadas nuevas proyecciones en breve, porque este recorrido recién comienza.
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