Unbreakable Kimmy Schmidt es la nueva sitcom exclusiva de Netflix. Creada por Tina Fey y Robert Carlock (ambos provenientes de SNL y 30 Rock) y presentada inicialmente para NBC, finalmente fue a parar al servicio de streaming. Pero... ¿eso significa que es mala y nadie quería hacerse cargo? Seguí leyendo...
Unbreakable... nos cuenta la historia de Kimmy, una joven que apenas comenzada la serie es rescatada de un bunker donde estuvo cautiva... durante 15 años. Todo porque el Reverendo Richard Wayne Gary Wayne convenció a Kimmy y a otras "dos mujeres blancas y una latina" (como dice el noticiero) de que había llegado el fin del mundo, un apocalipsis nuclear que había dejado en la superficie sólo desolación y muerte.
Unbreakable... nos cuenta la historia de Kimmy, una joven que apenas comenzada la serie es rescatada de un bunker donde estuvo cautiva... durante 15 años. Todo porque el Reverendo Richard Wayne Gary Wayne convenció a Kimmy y a otras "dos mujeres blancas y una latina" (como dice el noticiero) de que había llegado el fin del mundo, un apocalipsis nuclear que había dejado en la superficie sólo desolación y muerte.
Las 4 sobrevivientes, ahora apodadas "Las mujeres topo", adquieren rápida notoriedad. Pero tras ser entrevistadas en un popular programa televisivo, Kimmy se da cuenta que... no quiere ser "famosa" por haber estado encerrada bajo tierra desde los 15 hasta los 30, ni que la vean constantemente como una víctima y se compadezcan de ella. Así que, en lugar de volver a su pueblo natal de Durnsville, Indiana, decide quedarse en New York, cambiar su apellido de Schmidt a Smith (no tiene mucha imaginación, pobre) y arrancar de cero.
Con todo el dinero que recibió por devolución de impuestos, los primeros minutos de Kimmy en "La Gran Manzana" son como Mi Pobre Angelito 2, y con razón: no sólo es claramente una adolescente tardía (recuerden que pasó toda su juventud en el búnker) sino que además es "del campo"; todo la maravilla, todo la sorprende, todo lo observa con ojos bien abiertos y una sonrisa de oreja a oreja.
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| Kimmy feliz en el subte. Se nota que nunca viajó en la línea C para Constitución. |
Por esas cosas de la gran ciudad (y conveniencia del guión), rápidamente consigue empleo en el hogar de la millonaria Jacqueline Voorhees, así como una vivienda para alquilar (irónicamente en un semisótano, con lo cual vuelve a vivir bajo la superficie, ¡ja!). Allí conoce a Lillian, la propietaria del edificio, y a su nuevo roommate: Titus Andromedon, un actor desocupado negro y (muy) gay; al principio Titus se aprovecha un poco de Kimmy y su ingenuidad pero, después de que la roban y no le queda un mango, Titus empatiza con ella y comienzan a desarrollar una amistad genuina.
El tema es que Kimmy es... insoportablemente optimista, por momentos. Especialmente durante la primera mitad de temporada. Toda su inocencia pueblerina, su buena onda, sus modales educados, su vestimenta extremadamente colorida (esa campera amarilla me pone nervioso) la delatan: es una mujer que, recién ahora, 15 años más tarde, tiene la chance de realmente ser una adolescente. Se compra zapatillas con luces, cena golosinas, sale a bailar con su mochilita violeta, etc.
Ojo, gran parte del humor de la serie pasa precisamente por ahí, por el aspecto de "pez fuera del agua", con Kimmy conociendo todo una nueva realidad: los smartphones ("Wow! ¿Esto es una Macintosh?"), las selfies, la música electrónica y el rap ("No puedo arreglar América", sentencia Titus), las nuevas tendencias, las redes sociales, el vocabulario de los adolescentes actuales, las nuevas modas rebuscadas e inventadas por los millonarios excéntricos (¿ciclismo espiritual?, ¿delfines de regalo?), etc. Tras exactamente media vida bajo tierra, Kimmy se tiene que poner al día con el mundo entero. ¿Cantar en los Grammy junto a Whitney Houston y Michael Jackson? ¡Ponéle! Y sí, es un recurso bastante cliché dentro del género, pero que, bien utilizado (como en este caso), siempre es efectivo.
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| Kimmy y Titus, poniéndole el pecho a la adversidad... con una armadura berreta de Iron Man. |
Ojo, gran parte del humor de la serie pasa precisamente por ahí, por el aspecto de "pez fuera del agua", con Kimmy conociendo todo una nueva realidad: los smartphones ("Wow! ¿Esto es una Macintosh?"), las selfies, la música electrónica y el rap ("No puedo arreglar América", sentencia Titus), las nuevas tendencias, las redes sociales, el vocabulario de los adolescentes actuales, las nuevas modas rebuscadas e inventadas por los millonarios excéntricos (¿ciclismo espiritual?, ¿delfines de regalo?), etc. Tras exactamente media vida bajo tierra, Kimmy se tiene que poner al día con el mundo entero. ¿Cantar en los Grammy junto a Whitney Houston y Michael Jackson? ¡Ponéle! Y sí, es un recurso bastante cliché dentro del género, pero que, bien utilizado (como en este caso), siempre es efectivo.
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| Jacqueline enseñándole a "poner cara de selfie". |
Otro recurso usado desde el vamos es el de las referencias a décadas pasadas. A diferencia de comedias como The Wedding Singer (con Adam Sandler mofándose de toda la década de los '80), acá los chistes son bastante más actuales (recuerden que Kimmy fue secuestrada en el 2000) y los más jóvenes los van a captar al vuelo.
La influencia de Fey y Carlock es más que evidente: la serie tiene ese ritmo de "sitcom ácida", muy al estilo de 30 Rock justamente, con esos ida y vuelta rápidos que te hacen mantener alerta a los chistes más americanos. Un punto a favor es que la serie se relaja y va ganando, con el correr de los episodios, algunos gags un poco más delirantes y descolocados que casi no tienen que ver con la trama desarrollada en ese momento, pero sin llegar a desviarse mucho ni abusar de ellos (nunca llega al punto de Family Guy, por ejemplo). El humor también por momentos roza lo políticamente incorrecto pero... peeeero... como la mayoría de los chistes sobre la gente de color o los homosexuales los hace un propio negro gay... entonces está todo bien, ¡no es racista! Y menos mal, porque alguno de esos chistes son los mejores, como cuando Titus filma un videoclip con una canción de su autoría: "Pinot Noir... una oda al pene negro". O cuando consigue empleo en uno de esos restaurants temáticos como Frankenlobo, y se da cuenta que la gente en la calle y los policías lo tratan mejor como hombre lobo que como hombre negro. Brillante.
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| ¡Hasta le dan para sostener bebés! |
Como toda serie cómica que se precie de transcurrir en Manhattan, hay varios chistes al respecto, especialmente en el episodio donde se menciona "la fuente de Friends", George y Jerry de Seinfeld, y un genial homenaje a cierta escena de Ghostbusters en Central Park.
Por el lado de los protagonistas y las actuaciones, los más destacados son sin dudas Ellie Kemper (The Office) como Kimmy, y Titus Burgess (30 Rock) como Titus (casi una revelación, especialmente cada vez que canta); ambos están genial en sus roles, y después de varios episodios te cuesta pensar quién otro podría haberlo hecho mejor. Completan el elenco secundario Jane Krakowsky (30 Rock) como Jacqueline Voorhees y Carol Kane (Annie Hall) como Lillian. Además la sitcom se da el lujo de tener algunas participaciones especiales de actores invitados muy pero MUY logradas: Martin Short como un exitoso cirujano plástico (todo deforme), Dean Norris (Hank en Breaking Bad) como un Coach de heterosexualidad para que Titus consiga un papel en un casting, y, sobre el final de la serie, la propia Tina Fey como una abogada bastante incompetente y el mismísimo Jon Hamm (Mad Men) como el Rev. Richard Wayne Gary Wayne, uno de los personajes más chamuyeros y simpáticamente embaucadores que ví en mucho tiempo.
Y si bien tanto Kimmy como Jacqueline logran tener un desarrollo y una clara evolución en sus historias, especialmente mediante el uso de breves flashbacks (mostrando la vida de Kimmy en el bunker y el verdadero origen de Jacqueline), lamentablemente hay otros personajes que no terminan de cerrar del todo o son muy monotemáticos (como Lillian, que no pasa de ser una ex-hippie anti-sistema, o Randy, el padre de Kimmy, que es un nabo de aquellos y nada más). A su vez, otros personajes aparecen y se van sin dejar mayores huellas (los hijos de Jacqueline, Xanthippe y Buckley, ó los distintos chongos que va conociendo la protagonista).
OK OK, sabemos que se viene una segunda temporada y las historias van a continuar (luego de insinuar la vida pasada de Titus, ¡te la dejan picando justo sobre el final!)... pero aún así, podrían haberles dado un cierre mínimamente más prolijo, un pequeño arco argumental, algo. Xanthippe pasa de ser la (aparente) archi-enemiga en los primeros episodios a simplemente... desaparecer con su madre biológica. Y en cuanto a Buckley... ¿quién era Buckley? Ya me olvidé.
Pero ya resuelto el temita del bunker, con Kimmy decidida a dejar todo eso atrás, y con Titus y su "sorpresivo" pasado hetero saliendo a la luz, se abre todo un abanico nuevo de historias para los personajes. Además... ¡ahora quiero saber por qué Kimmy le tiene pánico al velcro!
OK OK, sabemos que se viene una segunda temporada y las historias van a continuar (luego de insinuar la vida pasada de Titus, ¡te la dejan picando justo sobre el final!)... pero aún así, podrían haberles dado un cierre mínimamente más prolijo, un pequeño arco argumental, algo. Xanthippe pasa de ser la (aparente) archi-enemiga en los primeros episodios a simplemente... desaparecer con su madre biológica. Y en cuanto a Buckley... ¿quién era Buckley? Ya me olvidé.
Pero ya resuelto el temita del bunker, con Kimmy decidida a dejar todo eso atrás, y con Titus y su "sorpresivo" pasado hetero saliendo a la luz, se abre todo un abanico nuevo de historias para los personajes. Además... ¡ahora quiero saber por qué Kimmy le tiene pánico al velcro!
VEREDICTO: 8.5 - ¡KIMMY LA ROMPE!
Unbreakable Kimmy Schmidt es una sitcom por la que no dábamos dos mangos. Pero con una protagonista excesivamente optimista y su extravagante roommate, te termina ganando. Atenti, que tiene potencial para convertirse en una gran exponente en el género...
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