De un tiempo a esta parte, las películas de Disney vienen explorando distintos universos tales como el medio oriente en Aladdin, la colonización en Pocahontas, la misteriosa jungla (en clave adaptación de Hamlet) en El Rey León, etc. Universos que cuentan con puntos únicos, destacados, y referencias a ciertos eventos de la historia antigua y moderna.
En este caso vamos a explorar el universo digital de la mano del villano que se transformó en héroe, ese que comenzó a hacerse desde abajo en un mundo arcade vintage para ahora poder ampliarse al popular y masivo mundo de internet: nos referimos claro al buenazo de Ralph el Demoledor. Enchufemos el Dial Up y arranquemos el viaje.
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| El mejor team-up. |
Hoy por hoy parece una utopía el vivir sin internet. Las redes sociales, el fácil acceso a los contenidos más diversos y el contacto con realidades de todos los países del mundo nos resultan tan accesibles (literalmente al alcance de un dedo) que nos cuesta imaginarnos cómo sería su ausencia. Pero, ¿qué ocurre exactamente allí adentro? ¿Se imaginan si pudiéramos hacernos microscópicos y navegar cual Autobús Mágico por todo el ciberespacio? Esta es la posibilidad que, de manera muy inteligente y entretenida, nos brinda Wifi Ralph. La secuela animada parte de una premisa simple: el mundo de Vanellope Von Schweetz, la pequeña niña del videojuego de carreras "Sugar Rush", se ve amenazado por la rotura del volante que maneja su cabina. Esta falla sólo podrá ser solucionada con un repuesto disponible en internet, que oportunamente es instalado por Mr. Litwak en el arcade. Es así como Ralph y Vanellope deberán reunir la cantidad de dinero necesaria para hacerse con el artículo, pasando por concursos de popularidad, llegada a la deep web, interacción con las grandes compañías digitales que todos conocemos y varios factores que le brindarán a los protagonistas una gran aventura.
La propuesta es, desde un primer momento, mucho más abarcativa en cuanto al desarrollo del universo digital y los personajes que habitan en él. Dejando de lado aquella dinámica muy similar a Shrek en la primera entrega, con un grandote gruñón y un petiso simpático y chistoso, esta segunda parte plantea una profundidad distinta: vueltas de trama y la incorporación de nuevos personajes harán que nuestros héroes se tengan que debatir contra dilemas más complejos, que pondrán a prueba no sólo su amistad sino también la existencia de todo lo que conocen.
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| ¿Nueva princesa de Disney? |
Hablando de dirección y reparto, el film sin dudas brilla. En la silla del director repite Rich Moore, en esta oportunidad junto con Phil Johnston, el escritor de la anterior entrega y de la joyita Zootopia (2016). Al cast estelar con el cual ya contaba el primer film se suman actores de renombre para darle sus voces a los personajes. Los viejos conocidos están todos: John C. Reilly como Ralph, Sarah Silverman como Vanellope, Jack McBrayer como Felix, Jane Lynch como Calhoun y Ed O'Neill como Mr. Litwak; mientras que las incorporaciones estelares van de la mano de Gal Gadot como Shank, Taraji P. Henson como Yesss, Alan Tudyk como KnowsMore y Alfred Molina como Double Dan. Tomá mate.
Ralph claramente salió beneficiado con la llegada de una secuela. Es verdad que en otras ocasiones el viejo dicho "Segundas partes nunca fueron buenas" se cumple, pero este no es el caso. Wreck-It Ralph no era mala, pero tenía un tono mucho más aniñado y se veía algo limitada por personajes muy encasillados y mundos no tan grandes como puede serlo el cyber espacio.
Otro punto a favor sin dudas es la calidad de la animación, dando un salto desde la primera entrega y mostrando a las claras las maravillas que la animación en 3D puede lograr hoy en día.
VEREDICTO: 7.5 - LLEGA BIEN EL WIFI
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