Decir que el cine mexicano de los últimos años está entre los mejores del mundo no es ninguna novedad, y decir que Netflix le está peleando mano a mano el trono a un gastado y repetitivo Hollywood tampoco.
Pero ¿qué pasa si estas dos variables se unen? ¿Qué pasa si uno de los nuevos héroes nacionales de México decide contar la historia de su infancia y elige al titán del streaming hogareño para hacerlo? Finalmente llegó Roma de Alfonso Cuarón, y sin duda dejó mucha tela para cortar.
Pero ¿qué pasa si estas dos variables se unen? ¿Qué pasa si uno de los nuevos héroes nacionales de México decide contar la historia de su infancia y elige al titán del streaming hogareño para hacerlo? Finalmente llegó Roma de Alfonso Cuarón, y sin duda dejó mucha tela para cortar.
Cuarón, al igual que Alejandro González Iñárritu (The Revenant, Birdman, Amores Perros), la viene pegando en la industria. Ganadores de ocho premios Oscar entre los dos, han alcanzado un lugar privilegiado en las grandes ligas del cine y siguen dejando a Latinoamérica en lo más alto. Este desembarco mexicano en Hollywood llegó justo a tiempo: en una industria donde abundan las remakes y los cashgrabs, ambos cineastas llegaron para brindarle un tono distinto y realista a la mezcla; una nueva mirada sobre historias interesantes y muy humanas, haciendo foco en cuestiones que el Hollywood de hace unos años ni se animaría a tocar.
Dado este enorme crédito que posee hoy en día, Cuarón tiene la posibilidad de contar la historia que quiera y en el tono que más le guste. Y es en casos como estos donde también se agradece que estos grandes directores trabajen con tanta libertad.
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| La visión de Cuarón. |
En esta oportunidad, el mexicano vuelve a sus raíces y decide escribirle una sincera carta de amor a las mujeres que lo criaron durante su infancia en un México turbulento y desenfrenado. Mujeres luchadoras, fuertes, y con una belleza muy real y valorable, inspiradoras de muchas generaciones que necesitaban una figura a quién aludir.
Roma no sólo se destaca a nivel técnico, con tomas y secuencias dignas de un minucioso estudio, sino por sus magníficas y orgánicas interpretaciones. El trabajo de Marina de Tavira es excelente, pero sin dudas quien se lleva todas las palmas es la increíble debutante Yalitza Aparicio; el caso de esta profesora de preescolar convertida en estrella de cine es sencillamente impresionante. El casting para la protagonista de Roma duró semanas, sin poder dar con la persona indicada que coincidiera con el personaje de Cleo, la sirviente de la familia adinerada donde suceden todos los hechos del film. Una de las consideradas para el papel era la hermana de Yalitza, quien quería participar en el proyecto pero un embarazo muy avanzado no se lo permitió. Por consiguiente, le sugirió a Yalitza que "probara" y se presentara ella para ver cómo le iba. El resto es historia: posible nominación al Oscar por una performance soberbia, tan natural y orgánica que inspira, y un lugar de renombre para una figura como ella, que no coincide con los parámetros estéticos normalmente difundidos pero que cuenta con una belleza natural, dotada de rasgos autóctonos y una frescura al hablar y expresarse digna de marcar tendencia en los medios masivos de comunicación.
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| Cuidado y contención. |
La cinta cuenta con un desarrollo particular, posible de dividir en dos partes. La primera parte se desarrolla de una manera más lenta y detallada desde la narración, con planos largos, poco diálogo y un foco más claro en la excelente capacidad técnica del director. Por otro lado, la segunda mitad cuenta con un avance narrativo más dinámico, dramático e impactante. Una cinta que incluye escenas muy difíciles de digerir, poniendo a prueba al espectador.
VEREDICTO: 8 - HAY QUE SEGUIR A LOS MEXICANOS
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