Tengo una idea brillante: todas las ópera primas deberían ser remakes. Piénsenlo por un minuto: ¿qué mejor forma de comprobar el talento de un cineasta? Tomar una historia que ya se ha contado y contarla de nuevo, obviamente no de la misma forma en que se contó la primera vez. Crear algo nuevo a partir de algo que ya se ha hecho. A fin de cuentas, la historia del arte suele resumirse a eso. ¿Qué son las pinturas de Picasso o Renoir sino complejísimas remakes de las pinturas rupestres de las cuevas de Coliboaia y Chauvet?
A Star Is Born (en español, Nace una Estrella) se ha convertido, por alguna razón, en una historia clásica del cine. Ya se habían hecho tres versiones de esta historia. Cuatro, si contamos esta remake india. Bah, cinco, porque hay una película anterior a todas las otras que es muy similar. El caso es que esta historia ya se ha visto. Pero aún así, la cuarta o quinta o sexta versión de A Star Is Born logra satisfacer, y lo más importante, lo hace a su propio modo.
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| Lady Gaga interpreta a una cantante al borde de la gloria, atrapada en un mal romance con un rockero que vive del aplauso. |
Bradley Cooper interpreta a Jackson Maine, un rockero alcohólico y solitario. Una noche cae medio borracho en un bar de drag queens donde descubre a Ally, interpretada por Lady Gaga. Ella canta "La Vie en Rose" con tanta emoción que el rockero no solo se enamora de ella sino que deja de beber. Por un tiempo, al menos: cuando ella se convierte en una sensación de la música pop, los demonios de Jackson regresan con toda su furia, destruyendo su carrera y su relación con Ally.
Además de actuar, Cooper también es el director de la película. Sin embargo, Nace una Estrella le pertenece total y absolutamente a Gaga. Habiendo empezado su carrera como una excéntrica cantante, en los últimos años comenzó a demostrar más sus talentos como actriz; su participación en American Horror Story le valió un Globo de Oro. Con A Star Is Born, ahora va por el Oscar.
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| Ah, también aparece Dave Chappelle. Pero solo en un par de escenas. Y ni siquiera lo dejan cantar "Creep". |
Su naturalidad contribuye a la química con Cooper, quien más que actuar, posa. Claro que, siendo un actor tan talentoso, le alcanza con eso. A partir de la versión de 1954 protagonizada por Judy Garland, todas las A Star Is Born han sido musicales. Con Gaga a la cabeza, esta versión también lo es, pero por el contexto hubiera tenido más sentido que fuera sobre actores, como en la versión de 1937, que sobre músicos. En parte porque el soundtrack no se sostiene sin la historia.
Uno está tentado de buscarle a A Star Is Born más fallas de las que tiene, por el simple hecho de que Cooper es una celebridad haciendo su debut como director. Pero son más los aciertos, y hasta hay algunos toques brillantes: el rol secundario de Sam Elliott, ese corte abrupto en la escena final. Lo que nos queda es un reverso de la historia del filme: es Gaga, la actriz, la que ayuda a nacer a Cooper, el director.
VEREDICTO: 7 - BORN THIS WAY
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