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la cuarta pared

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Review: MATAR O MORIR


By on 7:28 p.m.



¡Vuelve el género de acción hiper-pochoclera! Vuelven los balazos, las piñas, las patadas, y toda la mara en coche. Matar o Morir tilda todos los ítems de los "must have" de toda película del género. ¿Una mancha más al tigre o una marca de la necesidad de aires de cambio?

Pierre Morel, director de Taken (2008), vuelve con Peppermint (su título original), otra historia de venganza. Pero esta vez trae consigo a Jennifer Garner, quien, cual Liam Neeson con pelo largo (Qui-Gon Jinn no cuenta), reaparece en clave ultra violenta, motivada por el frío y cruel asesinato de su marido y su hija.

Conociendo de sobra los clichés del género de acción, se puede decir que esta película los tiene todos, pero luciendo desgastados y cansadores a esta altura del partido. Plagada de situaciones y elementos totalmente inverosímiles, muestra a una protagonista que pasa de empleada de banco a una Jason Bourne en menos de cinco años (con entrenamiento UFC en Europa y todo), heridas gravísimas que se curan al instante, una banda de rudos narcotraficantes sumamente preocupados y con sus planes totalmente desbaratados por el accionar de una sola persona, etc.

Jennifer vuelve a poner en práctica todo lo que aprendió en Alias.

El copiloto de Jennifer es Juan Pablo Raba, aquel galán de telenovelas (no te hagas el distraído que a Mi Gorda Bella en el 13 alguna vez la viste) que se va cementando como un actor interesante a partir de papeles como el de Narcos, interpretando al hermano de Pablo Escobar. La realidad es que su participación en este film es sumamente cliché y random, personificando al jefe de un cartel de narcotraficantes visto tantas y repetidas veces. No lo atribuyo a las capacidades interpretativas del actor; creo que tuvo que trabajar un material que notoriamente está realizado por gente que sigue viendo a los mexicanos como una amenaza para la sociedad, con sus tatuajes, sus músculos y su espanglish característico.

Que no se confunda esta aclaración: L¡los narcotraficantes de Man on Fire (por poner solo un ejemplo) también eran mexicanos, pero a esa altura del cine (corría el año 2004) no eran el sospechoso usual en las películas de acción/policial y estaban interpretados de manera mucho más orgánica dentro de una trama que los hacía parte de una problemática social/cultural, sin desperdigarlos por ahí solo para que aparezcan como "los malos".

Durísima de matar.

Otro punto a destacar es, en mí opinión, la forma errónea de introducir a la mujer empoderada en Hollywood. Los ejecutivos de algunos films de los ultimos años (Ocean's Eight y el reboot de Ghostbusters, por ejemplo) quieren ponerse forzadamente a tono con las temáticas de género actuales, empezando a lanzar películas "female friendly". Esto lo único que origina es una estructura que se ve francamente improvisada y casi obsoleta, poniendo a una mujer a copiar todo lo que (supuestamente) un hombre haría en un papel de esta índole, delatándose como algo que se hace solo para "cumplir".

Creo que el lugar de la mujer empoderada en el espectáculo es otro; producciones como The Handmaid's Tale son claros ejemplos de cómo la mujer puede ser protagonista, fuerte, empoderada, y tener un lugar destacado en el desarrollo de la historia, sin ser una especie de agregado de producciones "pseudo progre".



VEREDICTO:  3 - CAMBIAR O MORIR

Películas como Matar o Morir me hacen pensar que el cine de acción está en franco proceso de desaparición si no encuentra, como sí ocurre en el género de terror, una manera de aggiornarse. Son sumamente necesarios algunos cambios, desechar la vieja fórmula "Duro de Matar" y empezar a indagar sobre nuevas maneras de trabajar el género.


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