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la cuarta pared

jueves, 5 de julio de 2018

Review: GLOW - Segunda temporada


By on 6:30 p.m.



Las productoras Liz Flahive (Homeland) y Carly Mensch (Orange is the New Black) vuelven a traernos al streaming de Netflix una de las series más brillantes de su cada vez más extenso catálogo. La nueva temporada de GLOW (las siglas de "Gorgeous Ladies Of Wrestling", claro) no solo va a responder aquellos interrogantes que habían quedado planteados en el season finale de la primera temporada, sino que también va a profundizar mucho más en las historias personales y relaciones entre cada uno de los personajes. Los diez episodios (salvo alguna excepción, todos rondando los treinta minutos de duración) nos meten de lleno en el mundo de la lucha libre, la TV de los '80s, la sociedad machista, la liberación femenina, y la autoaceptación.

Luego de finalizar (a los tropezones) con el piloto del show, Sam Sylvia (el excelente Marc Maron) no solo debe lidiar con la producción de toda una temporada, sino también con su nueva vida como padre de una adolescente rebelde y punk (Justine, interpretada por Britt Baron). Todo se complicará aún más con la chispeante relación entre Ruth Wilder (¿ya usamos el verbo "excelente"? Allison Brie) y la estrella del programa, Debbie Eagan (Betty Gilpin), quien además tendrá un nuevo rol como productora del mismo.

¡CRACK!

Esta segunda temporada nos introducirá de lleno en "el show dentro del show" (el octavo episodio no tiene desperdicio, ¡Olga te amamos!), al mismo tiempo que humaniza a todos sus personajes, incluso a los más caricaturescos. Delante de las cámaras y sobre el ring, Betty Gilpin sigue llenando de matices a su Debbie, quien deberá demostrarse a sí misma de que puede triunfar en un mundo dominado por los hombres (más allá de que toda su estructura está hecha para ser una esposa obediente), mientras no puede evitar mantener un profundo resentimiento hacia Ruth por haber tenido un affair con su marido (el simpaticón Rich Sommer, a quien viste como ex-novio de la loca linda de Mickey en Love).

Por otro lado, la dupla de Allison Brie y Marc Maron sigue tienendo una química IN-CRE-Í-BLE en pantalla. Cada vez que aparecen juntos no querés que la escena termine. No obstante, los guionistas y productores fueron muy astutos al respecto, por lo que como espectadores tenemos que esperar un poco para que estos dos personajes se (re)encuentren.

We are the... GLOW?

Todos los personajes secundarios tienen una historia para contar, pero sin lugar a dudas la revelación de esta temporada es Chris Lowell como Bash Howard (el pibe de cuna de oro, cuyo sueño es montar un show de lucha libre), quien va a brindar uno de los momentos más tristes y reflexivos (y más allá de todo, vas a empatizar con él como ser humano).

Afortunadamente la serie no solo cuenta con interpretaciones soberbias de todo su cast, sino que el apartado técnico y todo el diseño de producción es de una calidad cinematográfica. La dirección de fotografía, a cargo de Adrian Peng Correia (les recomendamos seguir su cuenta en Instagram: @adrianpengcorreia), inmediatamente te transporta a los '80s, gracias a su paleta de colores y su iluminación siempre armoniosa (a pesar de lo saturado de esa época). El vestuario se supera capítulo a capitulo (¿cómo puede ser posible que usaran esa ropa?). Ni hablar del soundtrack, con un hitazo tras otro como "Situation" de Yazoo, "Crazy for You" de Madonna, "Nothing’s Gonna Stop Us Now" de Starship, "Man on the Corner" de Genesis, "I Know What Boys Like" de The Waitresses, y "Just Like Honey" de The Jesus and Mary Chain, entre tantos otros. Una verdadera rocola ochentosa.

Uno de los personajes más enigmáticos de la segunda temporada: el portafolio de Sam. 

Jesse Peretz (Girls, New Girl) vuelve a ser el director estelar de la temporada al hacerse cargo del episodio final, "Every Potato has Receipt", el cual es un deleite no solo en su resolución sino también en el camino que transitan los personajes para llegar a ella.

En definitiva, esta segunda temporada resulta un verdadero viaje en el cual no todo será ligero y divertido; varias situaciones pondrán a las protagonistas en lugares angustiantes. Pero al final, siempre termina triunfando la esperanza, la sororidad, y el trabajo en equipo. La suma de todos esos elementos convierten a GLOW en la mejor serie actual de Netflix.



VEREDICTO:  10 - GLOwRIOSA

La cinematografía, la dirección, las actuaciones, la banda sonora... todo en GLOW resulta maravilloso. Si la primera temporada se ponía realmente buena hacia el final, esta continuación es un viaje adrenalínico donde quedás totalmente satisfecho casi desde el comienzo. Aconsejo mirar los episodios 6 y 7 uno detrás del otro (tómense su tiempo, no los van a decepcionar), los cuales contienen una carga emotiva poca veces vista en una comedia. Mensaje final: Marc Maron, sos EL 1.


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