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la cuarta pared

domingo, 8 de abril de 2018

Review: MAZINGER Z INFINITY


By on 3:32 p.m.



Recuerdo haber visto el primer largometraje de Mazinger Z en el cine continuado de Lugano, ese que estaba frente a la iglesia; el mismo cine donde vi películas como Santa Claus y Moonwalker, mientras los más pequeños correteaban frente a la pantalla entre función y función. Junto con Kimba, el León Blanco, la creación de Gō Nagai fue el primer anime con el que tuve contacto en mi infancia (yo debería rondar los seis años en aquel momento). Sí, evidentemente hay un gran factor nostálgico presente acá.

Producida por Toei Animation como parte de las celebraciones por el 50º aniversario como artista de Nagai (y 45 años desde el debut del manga), Mazinger Z Infinity retoma la historia del anime original, incluyendo a Gran Mazinger pero dejando de lado a Mazinkaiser, la espectacular miniserie de OVAs lanzados en 2001. Han pasado ya diez años desde que Koji Kabuto derrotó al Dr. Hell (y al Barón Ashler y al Conde Decapitado), iniciando una nueva era de paz y progreso tecnológico gracias a la utilización de la energía fotónica en todo el mundo. El propio Koji se ha retirado del combate, y ahora se desempeña como un importante científico en el instituto de energía liderado por Sayaka Yumi (su padre ahora es el Primer Ministro de Japón). Pero un buen día descubren un robot gigaaante escondido dentro del Monte Fuji, al cual bautizan Mazinger Infinity, porque... ya saben, es enorme como el infinito (ok, no son muy creativos que digamos); para que tengan mejor noción de la escala, es tan pero tan grande que el Gran Mazinger es proporcional a la nave Pilder de Mazinger. Además, dentro del recién descubierto coloso se encuentra Lisa, una especie de androide biológica que rápidamente se ve obnubilada por Koji. Y todo coincide de manera demasiado sospechosa con el regreso del Dr. Hell junto a su ejército de monstruos mecánicos (¿que no había cerrado ese antro?).

Koji ahora se hace el científico. ¡Qué trajedia, eh!

La historia es... por momentos es un lío, sinceramente. Va para todos lados: desde intentos por convertir a Koji en un hombre adulto y maduro, hasta dimensiones paralelas con esa metafísica barata que solo los guionistas japoneses entienden. Hay tramos donde la película es pura nostalgia, reminiscencia de una época donde cada acción de los protagonistas era anunciada a los gritos. Mientras que en otros momentos se nota un claro intento de ganarse al público más joven, aquel que jamás flasheó con un robot gigante saliendo de la piscina en la colonia de verano. Ese intento es bien evidente con el personaje de Lisa, quien de un minuto al otro (hay algunas elipsis bastante bruscas en el desarrollo), funciona como sidekick/consejera sentimental/fan girl de Koji. Hay algo en ella que se percibe como "muy actual" con respecto al resto de la película y de los personajes, como si metieran un Transformer de Michael Bay en Metropolis de Fritz Lang.

Por el lado visual, los diseños de los personajes mantienen el look tan característico de los animes en las décadas del '70 y '80 (¡esos peinados con mucho volumen y patillas prominentes son inconfundibles!), pero con una ligera actualización en los rostros, haciéndolos ver más adultos y con mayor detalle en el trazado, especialmente en los primeros planos. El único personaje que realmente se ve contemporáneo y moderno en su diseño es, de vuelta, el único personaje nuevo, Lisa (que por cierto es idéntica a Rei Ayanami). Gracias a Kamisama, los realizadores tuvieron la astucia de no utilizar CGI para la animación de los personajes humanos: los únicos en utilizar animación por computadora son los mechas y el Infinity, con lo cual no se genera un choque visual y hasta resulta sensato que robots gigantes y de otro mundo se vean distintos.

Los sospechosos de siempre.

Hay algunas secuencias donde la animación es chapucera, con menor detalle, rostros algo deformes y movimientos toscos (hay una en particular donde Koji y Sayaka caminan como si estuvieran todos quebrados). No obstante, ver en pantalla grande el espectacularmente animado combate de Mazinger contra su clásica galería de mechas enemigosGarada K7 te amo, siempre fuiste mi favorito!), con el inolvidable tema musical sonando en japonés y el grito de "¡Rocketo Punch!" a viva voz (la función a la que asistí estaba en idioma japonés), hace que tooodo valga la pena.

Cabe destacar que Mazinger Z Infinity remite a una época donde la corrección política solía brillar por su ausencia en una sociedad y una cultura tan opuesta a la nuestra que por momentos es inevitable pensar "Estos ponjas... ¡son terribles!": si la escena con las "Mazin Girls" (un grupete de porristas oficiales que alientan a Koji) roza el límite del fan service ATP cuando aparecen en versión mecanizada, todo termina de desmadrarse con el breve flashazo de Tetsuya dándole vuelta la cara de un cachetazo a su novia Jun; la imagen resulta tan descolocada para lo que estamos acostumbrados actualmente en Occidente (jamás veríamos algo así en un film de Pixar, por ejemplo) que varios de los presentes en la sala no pudieron evitar reírse de la absurda secuencia. Y hablando de secuencias absurdas... también es recomendable tener cierta "experiencia" en la faceta más delirante y exagerada del anime como género, para aceptar sin cuestionar escenas como la del robot Boss derribando a un ejército de monstruos mecánicos con una pelota de fútbol gigante. Y no, no es ningún eufemismo; literalmente usa una pelota de fútbol gigante. Si seguían la serie original, saben que este tipo de escenas era moneda corriente (y les va a sacar una carcajada fuerte). Pero si son más "nuevitos" a la saga, les va a resultar extraño y hasta quizá los saque momentáneamente de la historia.

HOLA BEBÉ

Es una lástima que la película trastabille justamente en su (fallido) intento por actualizarse y llegar a las audiencias modernas acostumbradas a otro tipo de narrativa, desde Neon Genesis Evangelion hasta Your Name, enroscándose solita en su trama. Cuando Mazinger Z Infinity se pone la casaca de la nostalgia y va al frente, es un golazo de mitad de cancha.

O por lo menos, un penal pateado por Boss.



VEREDICTO:  7 - UN ROCKETO PUNCH DE NOSTALGIA

Tal como el museo que aparece en la película, Mazinger Z Infinity debería ser apreciada por todo fan del anime o todo aquel interesado en conocer a uno de los "padres" del género. Con diseños ligeramente actualizados y más adultos, así como una animación de primera calidad en las escenas de combate, el regreso de Koji Kabuto debe ser visto en la pantalla grande. La película se embarra sola cuando intenta conquistar al público más actual, pero seamos sinceros: no vamos a verla por la historia, sino por los mechas y el factor nostálgico ochentoso. Y en ese sentido no defrauda en absoluto: verlo a Mazinger Z luchando de vuelta contra sus más clásicos enemigos es una fiesta imperdible.


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