Cinéfilos de La Cuarta Pared, no se aceleren: esta no es una review del clásico de 1950 dirigido por Luis Buñuel (que nunca he visto, debo confesar). En esta ocasión se trata de una película argentina de terror, dirigida por Luciano y Nicolás Onetti. Estos dos hermanos también escribieron el guión y produjeron el filme. Además hacen un cameo al final, a lo Alfred Hitchcock.
Su apellido aparece seis o siete veces durante los créditos iniciales de esta película, que se superponen sobre imágenes de la mítica Villa Epecuén. La Villa Epecuén, que de la noche a la mañana se convirtió en lago y dejó a cientos de familias sin hogar, es el tétrico sitio donde tiene lugar Los Olvidados. El Vasco, interpretado por Damián Dreizik, es un cineasta presumido que llega acompañado por cinco jóvenes a Epecuén para hacer un documental sobre la inundación. Entre ellos está Carla (Victoria Maurette), que de chica presenció la tragedia.
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| No, no estás viendo Fargo (desgraciadamente). |
Después están la novia sexy y cheta del Vasco, un chofer musculoso y agrandado, un camarógrafo fachero pero sensible, y una lesbiana: sí, todos los personajes que ya viste una y otra vez en el cine de terror. Como se habrán imaginado, una vez que llegan al pueblo abandonado, los empiezan a cazar "los olvidados" del título, personas que aún viven en Epecuén y que por alguna razón se han convertido en caníbales.
Pero si tengo que ser honesto, debo decirles que ni siquiera llegan a cazarlos. Los atrapan a todos al toque, de forma que la segunda mitad de Los Olvidados se convierte en un festival de "torture porn". A algunos les gustan esa clase de películas, a mí no. Y en caso de que sí te gusten ("not that there's anything wrong with that!"), primero tenés que superar los diálogos mediocres, los planos pésimos y las actuaciones exageradas e ineficientes (el elenco incluye además a Mirta Busnelli, Gustavo Garzón, Victorio D'Alessandro y Germán Baudino, entro otros).
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| Así lucen los espectadores mientras miran Los Olvidados. |
Podemos tratar de rescatar, no ya la ejecución eficaz, sino la intención de incluir un mensaje en medio de toda la masacre y la antropofagia. No puedo detallarlo mucho porque les spoilearía un giro del tercer acto (y no se los spoileo porque es lo suficientemente predecible como para que me de lástima). De todas formas, es claro que a los directores sólo les interesa una cosa: tachar cada ítem en la lista de clichés del cine slasher de la manera más brutal posible.
Los Onetti han dicho que, a diferencia de sus anteriores obras, inspiradas en el giallo, el subgénero de terror favorito de los snobs, ellos pensaron Los Olvidados como una propuesta comercial. Que alguien quiera hacer una película comercial no tiene nada de malo; es más, celebro que haya directores argentinos que tengan esa ambición. El tema es que hay que hacerlas... ya saben, bien.
VEREDICTO: 3 - LA (DE)FORMA(CIÓN) DEL AGUA
De todas las recientes películas de suspenso y/o terror, Los Olvidados es una de las peores: una incursión totalmente olvidable, y hasta por momentos desagradable, en el noble género de terror slasher. Y eso que ni ahondamos en la dudosa ética de ubicar una película de terror en un sitio donde ocurrió una tragedia real.
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