En poco más de veinte años de trabajo, Paul Thomas Anderson se ha convertido en uno de esos cineastas que sí o sí tienen que gustarte. El otro día un colega cinéfilo me dijo "Si no te gusta Paul Thomas Anderson, no te gusta el cine". Qué pedante, ¿no? Es como decir que si no te gustan los Flynn Paff no te gustan los caramelos. Estas son las actitudes que mantienen lejos del cine de autor a los espectadores comunes, porque niegan cualquier impresión personal que uno tenga, si esta no es la misma que la de los grandes pensadores.
No estoy diciendo que no me guste Paul Thomas Anderson. Pero con su nueva película, El Hilo Fantasma (título original: Phantom Thread), me he dado cuenta de que tampoco soy su fan. Magnolia es para mí su obra maestra, y en un lejano segundo lugar pondría a Punch-Drunk Love (sí, la de Adam Sandler). En un tercer lugar pondría a Hard Eight (o Sydney), su ópera prima que pocos han visto, y la que menos se parece a sus otras películas. Pero todo a partir de There Will be Blood, y El Hilo Fantasma no es la excepción, me deja frío.
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| "I drink your milkshake!": esta es la clase de personaje que sólo Daniel Day-Lewis puede interpretar. |
Daniel Day-Lewis se despide de la actuación con el que tal vez sea su mejor personaje: un modista llamado Reynolds Woodcock, que se ha construido una rutina hermética en la que su trabajo prospera y su vida personal es una interrupción, de la que usualmente se encarga su calculadora hermana Cyril (Leslie Manville). Todo esto cambia cuando conoce a Alma (interpretada por Vicky Krieps), una sencilla camarera a quien toma como su musa.
Los problemas empiezan cuando Alma resulta no ser tan sencilla como parece; ella y Woodcock se enfrascan en una relación tóxica que Anderson examina y compagina metódicamente. Todo esto se desenvuelve en el mundo de la alta costura de Londres en los años '50, y la fotografía, la dirección de arte, y por supuesto el vestuario, trabajan juntos para meternos de lleno en ese lugar y ese tiempo. Desde un punto de vista técnico, la película es perfecta, como los vestidos del personaje de Day-Lewis.
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| Vicky Krieps casi se roba la película, y tal vez hubiera sido mejor. |
El Hilo Fantasma probablemente sea "una obra maestra": la belleza y el genio del film son tan obvios que nos mantiene a distancia, nos convierte en simples observadores que no se comprometen con los personajes. Añadamos que Anderson es ambiguo sobre cuál es el protagonista: si bien la historia gira alrededor de Woodcock, la voz en off de Alma parece pelear por el punto de vista del narrador.
Imaginen que conocen a la persona más hermosa del mundo, pasan dos horas y diez minutos con ella, y aún así no logran conocerla a fondo. Eso es lo que pasa con El Hilo Fantasma. Estamos en precencia de la que sea tal vez la película más bella de la década, con uno de los mejores directores del mundo colaborando con uno de los más grandes actores de la historia, y aún así se nos resbala de las manos, como una tela muy suave.
VEREDICTO: 7 - SI EL VESTIDO TE QUEDA...
No se puede negar que El Hilo Fantasma es la obra de varios maestros (directores, actores, y técnicos) que lo dejan todo en la cancha, pero lo cierto es que el nuevo film de Paul Thomas Anderson no es para todos los públicos y dejará a varios con ganas de más... o aunque sea de ALGO. Recomendada para los fanáticos de la moda antigua.
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