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sábado, 28 de octubre de 2017

Review: STRANGER THINGS 2


By on 2:23 p.m.



Sin lugar a dudas, el hit de Netflix el año pasado fue Stranger Things. No nos pudimos resistir al encanto del cóctel entre Los Goonies, E.T., Alien y varios agregados más, sumados al carisma de los personajes y una trama entre policial y fantástica que te atrapaba desde el primer momento. Si bien la primera temporada cerraba perfecto, sus creadores, los Hermanos Duffer, nos regalaron una segunda parte. Y como dice la célebre frase de Gandhi (?) "cuando el hype es alto, es difícil cumplir".  Recién ayer se estrenó la serie así que por supuesto esta reseña está libre de spoilers, lean con confianza, amiguitos.

No estamos ante una continuación directa de los hechos de la primera parte, sino que nos situamos casi un año después, en Halloween de 1984. El foco está puesto en cómo Will (Noah Schnapp) se vuelve a adaptar a la cotideaneidad después de haber sido dado por muerto el año pasado: el bullying que le hacen en la escuela, la sobreprotección de su madre Joyce (Winona Ryder) y su hermano Jonathan (Charlie Heaton) y, sobre todo, las visiones que tiene de "El Otro Lado".

Si anteriormente la pregunta principal donde convergían todas las historias había sido ¿dónde está Will y qué pasó con él?, ahora la estructura general se fragmenta en varias líneas argumentales: en paralelo a Will-El Otro Lado, asistimos a una especie de viaje iniciático de Eleven (Millie Bobbie Brown), trayecto que nos permite esclarecer algunas cosas sobre su carácter y sus orÍgenes que habían quedado pendientes.

Aca, jugando al Pictionary.

Lo mejor de esta segunda temporada es que se indaga un poco más en los personajes y sus vínculos: conocemos a las familias de Lucas (Caleb McLaughlin) y Dustin (Gaten Matarazzo), se profundiza en la relación de Mike (Finn Wolfhard) con Will, aportando momentos de mucha complicidad que incluso agregan sentido de modo retroactivo a hechos vistos en la primera parte. Para aceitar un poco la dinámica de este grupo de amigos llega Max (Sadie Sink), quien suma valentía al equipo y además se coloca como objetivo amoroso tanto de Lucas como Dustin. Y, hablando de triángulos amorosos, sigue desarrollándose, quizás demasiado, el ya desgastado trío entre Nancy (Natalia Dyer), Steve (Joe Keery) y el ya mencionado Jonathan. Si Steve te caía mal, la incorporación de Billy (Dacre Montgomery), hermano de Max, lo redime completamente y lo querés en tu equipo para siempre. El sheriff Jim Hopper (David Harbour) es mostrado en una faceta personal mucho más profunda que termina de conquistarte el corazón.

A rasgos generales, la serie deja gusto a poco. Si bien la trama es completamente adictiva y no podés dejar de verla, es como que la terminás y te la olvidaste, quizás porque ya no es tan novedosa o porque su construcción narrativa es menos compacta. El hecho de que haya dos focos principales de atención que convergen para cerrar juntos dispersa mucho la acción y le resta fuerza como conjunto. La segunda mitad de la serie se construye un poco a modo de unitario, dedicándose cada capítulo a una trama en particular, lo cual diluye un poco la unicidad de la trama como un todo y al llegar a la resolución sentís que el único vínculo para dar un cierre son las relaciones construidas en la primera temporada, que todo el universo que se amplió no aporta necesariamente en un sentido narrativo.

Peluquita.

Sufre un poco del síndrome Guardianes de la Galaxia: todo lo que fue novedoso y ganchero en la primera parte ahora satura un poco o se siente forzado. Por ejemplo la música: hay algunos segmentos (cuando suena Runaway de Bon Jovi, por poner un caso) donde da la sensación que simplemente dejaron Spotify en modo random, justo salió esa canción y, como la letra pegaba, la dejaron, sin importar que no acompañe del todo a las imágenes. Tampoco tiene fuerza la relación entre los juegos (ya sea los fichines o nuevamente Calabozos y Dragones) y la aventura a resolver en la vida real. Ojo, no tiene por qué tenerla, pero es un punto que se siente desaprovechado. Los fans incluso habían desarrollado varias teorías al respecto, anclándose en la última partida que juegan los chicos y en la aparición de la Thessalhidra particularmente, pero... ah no, pará, dijimos que no íbamos a spoilear.

¡¡GUARDIAA!!

En las actuaciones se ve reflejado un crecimiento profesional de los chicos, sobre todo de Finn Wolfhard (recordemos su paso por IT). Matarazzo sigue haciendo magia y su Dustin -ahora con dientes- es sin dudas el corazón de la serie. Winona es Winona y la queremos, en lo personal por momentos recordaba su seguidilla de gestos en la entrega de los SAG Awards el año pasado y me reía sola. Y Millie tiene un magnetismo innegable, pero por momentos se ve muy "diva", con aires grandilocuentes que la corren de una interpretación impecable.



VEREDICTO:  7.5 - ESPERÁBAMOS MÁS

Stranger Things 2 logra ampliar el conocimiento que tenemos de los personajes y sus vínculos, pero no termina de amalgamar esta información como para darle un cierre épico como el que esperábamos. No obstante, libérense una tarde y véanla de corrido. 


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