Arrancamos con una pequeña aclaración: ¿Qué es Ozark? No, no es un Caballero del Zodíaco. Ozark es una región que se encuentra por Missouri, Estados Unidos, y que cuenta con miles de metros de costa, lagos y paisajes que te sacan el aliento. Pero este paraíso turístico en pleno crecimiento tiene un costado un toque oscuro: se logró artificialmente gracias a la inundación de las mesetas que se encontraban en las zonas bajas alrededor de 1930.
Con este dato presente reseteamos y volvemos a la serie.
Esta genialidad protagonizada por quien -en mi opinión- es el male american sweetheart por excelencia, Jason Bateman (Arrested Development, This is Where I Leave You), nos muestra la vida de Marty Byrde, un asesor financiero con el trabajo, la familia, y el rostro soñado (me tengo que calmar, pero pasa que lo amo). Junto con su esposa Wendy (interpretada por Laura Linney, la esposa de Jim Carrey en The Truman Show), sus dos hijos y su socio, lleva una vida exitosa y "muy Hakuna Matata" en Chicago. O eso nos quiere hacer creer: la realidad es que no mucho después de la primera media hora, los tantos están aclarados y sabemos que lo que vemos en pantalla sólo puede describirse como una olla a presión a punto de explotar.
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| Marty Byrde pasándola mal toda la serie. |
El trabajo soñado del señor Byrde es un acting: sí, es economista, y sí, tiene una cartera de clientes importantes, pero el mayor ingreso de la firma Randall y Byrde se debe al lavado de dinero que realiza para un cartel mexicano regenteado por Del (interpretado por Esai Morales, quién merece en mi opinión una mención especial porque logra traer a la vida a un narcotraficante despiadado a la perfección).
Al mejor estilo joven argentino que tiene rodetito y se enriqueció de la nada, la serie plantea situaciones que nos resultan familiares; sentimos que todo lo que nos muestran lo vimos anteriormente en noticieros y diarios on line. Todo el tiempo se maneja mucho dinero como si fuera el vuelto del chino y la violencia es el método de escarmiento elegido por todos.
El accionar tibio que muchos le criticaban a las series anteriores de Netflix (ejemplo perfecto: OITNB) desaparece y da lugar a primeros planos un poco cruentos, situaciones extremas y mucha tensión que se sostiene a lo largo de los diez episodios.
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| Hasta que la muerte en manos de un cartel de drogas mexicano los separe. |
Esta perlita (así es, se lo merece) de Netflix es una bola de nieve que nunca deja de crecer. Desde que a Del se le facturan cinco millones de dólares en vez de ocho y Marty tiene que relocalizarse con toda su familia en Ozark, que los personajes (tanto primarios como secundarios) con sus respectivas tramas se relacionan de formas inimaginables: impulsados por la droga, las inmensas cantidades de biyuya y la lujuria. A partir de la mitad del primer episodio, todo va de Guatemala a Guatepeor y las cabezas empiezan a rodar; obvio no les voy a decir cuáles. ¡Vean la serie!
Para cerrar, un datito hermoso y de color. Como mencioné en el primer párrafo, los lagos de Ozark tienen un trasfondo oscuro: debajo de ese paraíso de pesca y felicidad hay un origen polémico, una inundación artificial que no fue nada pacífica. ¿Muy similar a los negocios manejados por la firma Randall y Byrde? ¿Parecidos a la vida de nuestro protagonista? ¿Está todo pensado para que sea una gran metáfora?
Ustedes dirán.
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| Adivinaron: Marty sigue pasándola mal. |
Ustedes dirán.
VEREDICTO: 9.3 - EL GOLPE DE HORNO QUE FALTABA
Ozark es, además de un gran tutorial que te enseña a lavar dinero, un dramón con hechos muy cercanos y muy reales. Si alguna vez se preguntaron cómo sería la vida de una Karina Jelinek si se hubiera involucrado en los negocios de su ex, ésta es la serie. Drogas, mucha plata, paisajes hermosos y tramas secundarias que te enganchan al igual que las principales. PER-LI-TA de Netflix, damas y caballeros.
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