En el día de ayer tuvimos la posibilidad de contarles nuestas primeras impresiones sobre The Defenders, quizás junto a la segunda temporada de Stranger Things el estreno más esperado de Netflix de este año. Por supuesto que ni bien volvimos de trabajar vimos los cinco capítulos que faltaban, de corrido, tratando de calmar la ansiedad de muchos meses de espera. Y ahora que ya la terminamos les contamos qué nos pareció el resto.
Lo más flojo y lo que más hace ruido es Finn Jones como Iron Fist porque, además, a medida que avanza la serie el personaje comienza a tomar cierta centralidad en la historia. Y es realmente una pena que parezca un personaje de Capusotto. Es como que toda la onda espiritual siempre por lo general es tomada para la chacota, y el hecho que Danny Rand tenga toda la pinta de un hijo caprichoso de millonarios lo hace parecer más un hippie con OSDE que el verdadero Iron Fist Inmortal. Un desperdicio. El resto de las actuaciones son creíbles, y la química entre los otros tres Defenders funciona de maravillas. Mención aparte para Sigourney Weaver, quien en definitiva no hace nada muy diferente a lo que viene haciendo últimamente pero no deja de ser un gran aporte su incorporación.
Sigourney haciendo cosplay de Stormtrooper. Una genia. |
Los villanos tienen un objetivo claro, con motivos para conseguirlos, que sin ser el fin del mundo es algo que claramente hay que evitar. Lo interesante es que además de evitarlo porque es malo en sí, cada uno de los héroes tiene un motivo propio para hacerlo. Dejan en claro que no son un equipo y que no son amigos, pero no obstante son conscientes que tienen que tirar para el mismo lado. Todos tienen el mismo peso y, en colaboración con los diferentes personajes secundarios, van avanzando tramo a tramo, dividiéndose tareas pero con un fin en común, lo cual hace que la trama sea muy dinámica y no aburra en ningún momento. En cambio, en el bando opuesto no pasa lo mismo, pero prometimos no spoilear.
Sabe dosificar la acción y la intensidad del tiro, lío y cosha golda. Nos pasa a veces en las películas de superhéroes (Wonder Woman, por ejemplo) que el enfrentamiento final es mas débil o te genera menos cosas que un enfrentamiento anterior: en el momento de la verdad sentís que tus héroes no corren peligro. Acá se mantiene una línea que va en firme ascenso desde las escenas de acción iniciales hasta las del último capítulo. Y por suerte cambiaron las puestas de cámara a lo película de samurai que habían elegido para la serie individual de Iron Fist, así que las peleas parecen en serio y no te causan gracia.
¡Sobra uno ahí! (y no, no hablamos de Stick precisamente...) |
Uno de las principales fortalezas de The Defenders es que la podés ver sin haber visto las series anteriores: logra un difícil equilibrio entre contar lo justo y necesario para el novato, y no abrumar con flashbacks o repetición de información ya conocida por quien vio lo anterior. El no anclarse en el pasado y avanzar hacia adelante hace que todos los personajes crezcan un poco. Hay que ver cómo siguen después las series individuales de cada uno; esperamos ver crossovers más seguido.
El episodio final, si te agarra enganchado, tiene momentos en que no podés evitar tribunear. Y si por algún motivo estás muy quemado y se te cruzan los cables con Guardians of the Galaxy, no parás de cantar esta canción reemplazando "surrender" por "defenders".
VEREDICTO: 8.0 - AL PODIO
The Defenders entra directo al podio de las mejores series de la dupla Netflix-Marvel TV, junto a la temporada 1 de Daredevil y Jessica Jones o la segunda del demonio de Hell's Kitchen (depende cuál te haya gustado más). Sí, claro que podría haber sido mejor. Realmente levanta el nivel tras el embole de Luke Cage y la vergonzosa Iron Fist. A los que ocho episodios nos parecía muy poco nos cerraron fuerte la boca: es la duración justa para contar lo que pasa. Aprovechen el lunes feriado y véanla de corrido.
0 comentarios:
Publicar un comentario