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sábado, 26 de agosto de 2017

Review: DEATH NOTE


By on 10:53 a.m.



No vamos a dar vueltas sobre el asunto: Death Note como adaptación es un fiasco.

Salvo los nombres de los protagonistas Light, Ryuk (un Dios de la muerte con la voz de Willem Dafoe), "L" (un investigador privado que en esta versión esta afroamericanizado) y Watari (ni me voy a molestar en decir quién es) y la presencia del dichoso Death Note (algo así como un cuaderno mortal), esta cinta de Netflix no tiene nada que ver con la increíble obra original de Tsugumi Oba. Por respeto a la Death Note original, no volvamos a tocar el tema y preguntémonos si funciona como película individual. La respuesta es sencillamente NO.

Light Turner (ey, ¡qué fácil es escribir una adaptación!, sólo hay que cambiar el apellido ponja por uno gringo: transcurriera en Argentina se llamaría "Argento") es un adolescente medio emo pero bastante inteligente. Al minuto de iniciar la película le cae del cielo un extraño cuaderno llamado Death Note y, luego de salvar de unos matones a la chica que le gusta, termina en detención. Aquí conocerá a Ryuk, el Dios de la Muerte, que le enseñará las reglas (que por cierto ya están escritas en el cuaderno) para poder aplicar justicia divina. Sí, el cuaderno tiene el poder de matar a la persona cuyo nombre sea escrito en él. Así es como Light, con la ayuda de su novia por interés Mia, se convertirá en un dudoso justiciero llamado Kira. Por su parte, el investigador más famoso del mundo, apodado "L", buscará acabar con el reinado de terror de Skinn... digo de Kira. Básicamente todo eso pasa en 15 minutos de película.

¡SENTÁTE BIEN, por el amor de Dios! ¡Me pones nervioso!

El director, Adam Wingard (el mismo de la paupérrima Blair Witch de 2016), nos presenta un film con un ritmo donde todo avanza demasiado rápido, apresurándose en resumir una historia que hubiera funcionado mucho mejor como serie. Con una duración de 100 minutos, no hay tiempo de desarrollar a los personajes; apenas tiene tiempo para contar las "motivaciones" de Light.

Las actuaciones dan un poco de pena. Nat Wolff tiene toda la onda y lo bancamos cada vez que labura en films independientes como Paper Towns y The Fault in Our Stars, pero acá se nota su desgano y desinterés (¿o será verguenza ajena?) a lo largo de toda la película. Da la sensación de que se terminaba de fumar su marijuana, salía de su trailer y simplemente improvisaba ("Voy a hacer que Light sea gracioso"). Margaret Qualley interpreta a Mia una chica, que como toda chica linda, tiene el superpoder de manipular a Light (ya sé, ¡no vomiten, queridos otakus!). "L" (Keith Stanfield, a quien nadie vio en Snowden en 2016) tiene la mochila de hacer un personaje bastante difícil de llevar a "la vida real" y sin embargo, cuando aparece en escena, hace que la cinta sea un poco más interesante. Ryuk aparece muy poco, y el CGI es bastante pobre (las adaptaciones live-action niponas tienen un diseño mucho más fiel al anime/manga), aunque se muestra mucho más amenazante. Willem Dafoe hizo un ¡clin, caja! y seguramente nunca más vuelva a mencionar el tema.

"L" dando la lista de los convocados.

Tal vez una de las cosas más molestas del film es que todas las muertes son "destinofinalizadas", es decir todas empiezan con una serie de sucesos que derivan en la muerte del malhechor de turno. Y ni siquiera están bien filmadas.

Sin embargo, cabe destacar el aspecto técnico, con una fotografía más que correcta y un soundtrack excelente (aunque no estoy muy de acuerdo en los momentos en que eran utilizadas las canciones). Acá sí podemos ver una identidad bien marcada que nos remite a los dramas adolescentes de la década del '80.

¿Ryuk? ... ponéle.

Death Note es otra adaptación de anime (uno de excelencia en este caso) desaprovechada, que se queda a mitad de camino entre ser una adaptación y una remake. Con un final bastante obvio y que deja abierta la historia para una posible secuela o, peor aún, trilogía (que estaría llegando junto a la segunda parte de Dragon Ball Evolution, alias "Ojalá que nunca"), su realizador y el elenco jamás llegan a tenerle suficiente fe a la cinta. Incluso en sus créditos finales muestra imágenes graciosas del "detrás de escenas"... ¿WTF?



VEREDICTO: 4.0 - QUÍTENME LOS OJOS

No dejo de tener la sensación de que en Death Note todo el mundo tiene vergüenza ajena de lo que están haciendo. Desde su director hasta su último extra, nadie sabía bien qué estaban haciendo. En un momento captó mi atención, pero más que nada por el recuerdo del fantástico anime, el cual les recomiendo enfáticamente que SÍ vean en Netflix. No hay mucho más para decir, sólo que perdí mi tarde libre para ver esto.


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