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la cuarta pared

miércoles, 22 de marzo de 2017

Review: UN CAMINO A CASA


By on 6:34 p.m.



Pasaron los Oscars, y algunas personas como quién escribe les gusta estar al tanto de todas las películas que están/estuvieron nominadas. Entonces entramos en un frenesí de cine del que sólo podremos salir una vez terminados los dichosos premios. Y los premios terminaron con un gran escándalo del que, si no te enteraste porque vivís en un tupper, te podes informar acá.

Pero hablemos de Lion, que estuvo nominada a 6 premios Oscar y debería haber ganado varios pero se tuvo que conformar con pisar la alfombra roja y aportar "diversidad" a la Academia de Hollywood. Este dramón de Garth Davis va directo al corazón y te lo hace mierda. Marley y Yo es un poroto al lado de esta película, que exprimirá la sensibilidad de la mayoría de espectadores. Algún insensible nunca falta, pero Lion hará todo lo posible por cascotearle el rancho.

Un Camino a Casa (como la tradujeron acá los hijos de puta de siempre) cuenta la historia real de un niño llamado Saroo (porque, por si fuera poco, no vas a poder creer que esto pasó y probablemente sigue pasando en este mundo) que, como nos anticipan las mentes brillantes que traducen los títulos, no encuentra su casa.

En fin, no me quiero ir por las ramas que el editor en Jefe, alias "Jefazo", alias Diego "Me gustan los músicales más que la cerveza" se me ofende y me reta [N. del E.: ¡te dije que no te vayas por las ramas, carajo!]. Saroo es un niño entrañable que vive cerca o no tanto de Calcuta y, por ser niño, se pierde... durante unos 25 años, hasta que finalmente puede encontrar su pueblo (ya les anticipé que la historia basada en hechos reales, así que eso no califica como spoiler, porque es lo mismo que ver Titanic y enfurecerte porque alguien te diga que se hunde).

La cámara siempre a la altura de los ojos.

En el medio, hay una gran película que por momentos me recuerda a la enorme Cinema Paradiso, de Giuseppe Tornatore. La mejor parte (y la más dura) es el inicio, reflejando la carencia y la inocente mirada del niño: la cámara sigue a Saroo desde la óptica de Saroo, sentimos su soledad  y vulnerabilidad desde la construcción de los planos, la percibimos claramente. Garth Davis logra retratar la infancia desde la infancia.

El director elige contar la historia desde esa perspectiva no sólo por cómo ubica la cámara, sino también por cómo cuenta lo que cuenta. Muchos momentos son vistos con terror por lo que el espectador imagina que pasa o va a pasar, pero la realidad es que son meros reflejos pesadillescos de algo que imaginamos y que el director no se molesta en explicar, porque tampoco es necesario.

Recordando que es una historia real (si a esta altura que lo escribí como tres veces no lo entendiste, curtíte), parece que Garth no pudo evitar contar ciertas cosas. Y tal vez no son las más felices. Los recuerdos que atormentan a Saroo, y por los que decide emprender la búsqueda, parecen ser los momentos menos logrados. No es problema de la interpretación de Dev Patel, sino más bien un problema de desarrollo. Es como si el relato hubiera pasado tanto tiempo generando un clima y un ritmo al inicio, que le quedó poco tiempo para llegar al desenlace. No está mal, pero la película cae, se desinfla.

Dale, Dev. Menos facha y más Actor Studio.

Este retrato de la vida de un niño tiene sus puntos fuertes; no por nada fue nominada al Oscar como Mejor Película. Sin embargo, esa caída sobre el final que mencioné previamente hace toda la diferencia en lo que podría haber sido un clásico desgarrador, como sí lo es Cinema Paradiso. En ese sentido, Un Camino a Casa (valga el chiste) le falta muuuuucho camino por recorrer. Pero también hay que reconocer que el inicio y esos ojos del pequeño Saroo tienen ese no sé qué.

Ahora lo más importante a la hora de verla: evitála a toda costa si estas en un momento sensible. No la mires con una minita o un chongo, porque después de llorar tanto va a querer un abrazo y te vas a dormir triste y caliente (mala combinación). Y en lo posible, hacéle un alto a la dieta y compráte una buena dosis de helado; vas a sufrir igual, pero con helado todo es un poco más tolerable.



VEREDICTO:  7.0 - SI QUERÉS LLORAR, ¡LLORÁ!

Lion (o "Un camino a casa") es una gran historia pero no una gran película. Tiene momentos muy bien contados, pero no logra mantener esa calidad, intensidad y compromiso a lo largo todo el relato. Me gustó, me gustó mucho, y merecía al menos un Oscar. ¡Si hasta Suicide Squad ganó uno!


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