(Habría una especie de
Crónica Día Cero que fue ayer, donde retiré el material de prensa y caminé midiendo si las distancias entre cines que estimaba
Google Maps son reales, porque si salís de un complejo a una hora y tenés que estar para ver una
peli que arranca en 15 minutos en otro lado, es básico saber si vas a llegar).
El día empezó medio de costado: es imposible dormir bien en cama de una plaza y el desayuno del hotel era bastante amarrete.
Pasé toda la mañana juntando información previa sobre las películas que quiero reseñar, así cuando empieza el
cachengue aprovecho mejor el tiempo. No hay locales de comida al peso, tipo los chinos del Microcentro, lo cual me desilusionó un poco 😒
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| Perdón por todas las veces que te critiqué, Chun Li. |
A eso de las 15:30, arranqué para el
Museo del Mar (la sede que está físicamente más alejada de las otras, alrededor de una hora caminando... pero vas caminando por la playa, chabóoon) a ver
Arroz con Leche, de
Carlos Schleiper. Voy a insistir toda la vida con que una de las mejores cosas del festival es
la posibilidad de ver películas argentinas restauradas y en buena calidad, sobre todo de sonido. Y además, durante la proyección
se quemó un pedacito de celuloide (es una versión de 16 mm. sin restaurar ni nada), lo que le dio a la función un toque único: ¡con el digital estas cosas no ocurren! Pasando directamente al film, Schleiper, como siempre, lleva adelante
una sarpada comedia de enredos, en la cual una jovencita que suele plantar a sus novios en el altar finge estar casada y con dos hijos para seducir a un millonario en Bariloche. Si tienen la posibilidad de verla, háganlo:
la sala estallaba en carcajadas genuinas.
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| Risas a granel con Malisa Zini, Esteban Serrador, Amelita Vargas y Ángel Magaña. |
Después de eso (y tras confundirme de cine, porque la abreviatura de una de las categorías es "CIN", misma abreviatura que se usa para designar al complejo de cines "CINEMA", y por leer apurada me fui a ése lugar en vez de ir al Ambassador), arrancó Fritz Lang, de Gordan Maugg: un extraño biopic sobre el director de Metropolis, que se centra fuertemente en lo que sería la pre-producción de M (o El Vampiro Negro, en Argentina), sin dejar de lado la mención a algunos sucesos un poco oscuros de la vida del cineasta. De a ratos, cuando el ritmo narrativo decaía y me embolaba un poquito, me distraía pensando en lo parecido que es el protagonista, Heino Ferch, a Burgess Meredith interpretando a El Pingüino en la mítica serie de Batman de los '60s. También, muy recomendable.
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| Fritz, un dandy. |
Después de apenas comer medio sandwich de pollo (que tardó más o menos como si hubieran ido a cazar un pollo a Chascomús), entré a ver
She, en la sección
"VHS". En una copia que terminaron de acomodar bien a los 15 minutos de proyección, pude ver la delirante propuesta de
Avi Nesher, que es un entretenidísimo y por momentos casi absurdo cóctel de
Monty Python,
Mad Max,
Las Primas y
Red Sonja.
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| Más ochentoso, imposible. |
Ni bien arrancaron los títulos finales,
volé a la sala de al lado, a ver El Amor Inmoral. La verdad entré a verla porque era de nazis y recomendaban que, "si eras sensible", no la veas porque las imágenes podían herir tu sensibilidad; pero
exageraron fuerte, porque no es nada del otro mundo. Es la historia de un oficial nazi que se resiste a matar a una de sus prisioneras judías porque antes la quiere quebrar psicológicamente, pero la piba
se la re banca (curiosamente, la sinopsis del catálogo hace hincapié en una subtrama con mucho más
gancho). De 1977, dirigida por
Cesare Canevari, está
muy enmarcada en los códigos europeos de la época: mucho zoom, mucho melodrama en las actuaciones y
pelvis femeninas llenas de arbustos. Se me hizo un poco cuesta arriba, más que nada por el horario (terminó cerca de las 3 de la madrugada y esto es una casa de familia, nos acostamos temprano), pero
está muy lejos de ser un bodrio.
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| Póster original. |
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