Después de las dos grandiosas temporadas de Daredevil y de la genial Jessica Jones, la dupla Netflix – Marvel TV demostró que la tienen muy clara a la hora de producir series de superhéroes, no como otros (sí, Gotham, te hablamos a vos, y vamos a ser prejuiciosos con la nueva temporada de DC's Legends of Tomorrow también). El tema es si, de cara al hype que lentamente se cierne sobre The Defenders (tenemos la ilusión de una Avengers con guión, por supuesto), Luke Cage iba a estar a la altura de nuestros ideales. Y la verdad que nos genera más dudas que certezas...
A Luke Cage (Mike Colter) ya lo conocíamos de su participación en Jessica Jones. Pero no es necesario haberlo visto allí para poder entrar en el mundo que propone su serie unitaria. Cage es un laburante más de Harlem: de día barre los pelos en la barbería de Pop (Frankie Faison) y de noche es lavaplatos en el boliche de Cornell "Cottonmouth" Stokes (Mahershala Ali). Buen tipo, solidario, compañero, con una piel literalmente indestructible y una fuerza descomunal que guarda en secreto, mitad asustado, mitad avergonzado, negándose a toda costa a lucrar con su talento. Pero claro, escapa de ello hasta que tiene que usarlo o usarlo. De pronto se ve involucrado en una manganifa entre Cottonmouth y su prima, la política Mariah Dillard (Alfre Woodard), que le cuesta la vida a un personaje muy querido por él. De ahí en más, y a lo largo de toda la trama, emprende un recorrido de autoconocimiento, de búsqueda de justicia/venganza y de erigirse como símbolo y referente de la minoría que representa, en un trayecto que pone a su propia vida en juego y lo lleva a rastrear sus orígenes.
Luke y Pop, esperando a que llegue Rolo Puente. |
Sin lugar a dudas uno de los puntos fuertes de la serie es la construcción de los personajes. La relación de poder entre los dos primos, por ejemplo, con algunos secretos en su pasado, ajustes políticos y sentimientos involucrados, se convierte en lo más atractivo de la primera mitad de la serie. La fusión entre ambos conforma un "único" villano ambicioso e inescrupuloso, pero frágil (como se dice del Peronismo, que cuando cae es por contradicciones propias y no por fuerzas externas). Lo bueno es que a partir de la fisura de este antagonista se le da pie a la entrada de Shades (Theo Rossi), un villano un poco más a la altura de Cage y con una historia más personal que lo vincula a nuestro amigo. Vos imagináte que, por más mafiosos que sean los primeros, si el tipo tiene piel de acero y súper fuerza, mucho no pueden hacer...
Ahí, en esta segunda mitad, es cuando la serie se pone un poco más interesante. Luke deja de ser un héroe anónimo, un tipo que reniega de sus virtudes, se da a conocer y se convierte en una especie de héroe, de rol modelo, imagen a seguir, logrando contar con todo el apoyo de sus pares que incluso (en una de las pocas secuencias emotivas que tiene la serie) se visten con buzos con capucha llenos de agujeros de balas en la espalda, para así despistar a la policía que lo busca por un crimen que obviamente no cometió.
Luke y Cottonmouth practican su imitación de Arnold: "¿De qué estás hablando, Cornell?" |
Dentro del mismo esquema actancial, es también interesante como opera el personaje de Misty Knight (Simone Missick): la detective a cargo de diferentes investigaciones que atañen a Luke lo conoce (ocultando su identidad) en el primer capítulo, donde tienen un round carnal. De ahí en más, el soporte que se brindan en sus sucesivos encuentros carece de tensión sexual, actuando más desde el lado del compañerismo y la amistad; lo cual está perfecto, porque no hay que forzar una historia de amor donde no la hay, no hay que entrar en distracciones inútiles (¡ni en la ficción ni en la vida real, eh!). No obstante, hay cierto coqueteo con la infaltable Claire Temple (Rosario Dawson), quien se convierte, al igual que en las series anteriores, en pilar fundamental de la acción.
El segundo gran acierto es la clara intención estética de la serie: hay un cuidado y un balance en los encuadres, en los contrastes de la fotografía y en las paletas de colores elegidas para enmarcar cada lugar y cada situación, lo cual ya se está convirtiendo en una deliciosa marca registrada de los productos de Netflix (y no sólo en las series de superhéroes, sino fíjense en Better Call Saul, por ejemplo). No hay que dar por sentado que un producto mainstream va a ser prolijo y atractivo visualmente, jamás. De hecho hay muchas películas actuales que se acercan más a cómo pone las cámaras un noticiero que un lenguaje cinematográfico propiamente dicho. Y dentro de este lenguaje, por supuesto, también cobra una gran importancia la acertadísima musicalización, reforzando tanto las intenciones dramáticas como la identidad de los personajes representados.
"¿Cafecito?" |
No obstante todas las cosas buenas que tiene la serie, el producto final no termina de convencer. En parte porque propone un ritmo demasiado lento que, por momentos, se hace tedioso (ojo, no pretendemos que todo vaya a las chapas siempre, pero un poquito más de ritmo no le habría venido nada mal): cuando ya te presentaron a los personajes y después de un rato te los siguen presentando, sin aportar nada nuevo, realmente dudás entre seguir viéndola o no. Y el verdadero conflicto, el que pone en riesgo la vida de Luke, aparece relativamente tarde y escuetamente construido. Más que un segundo obstáculo (de acuerdo al clásico "camino del héroe") parece ser un manotazo de ahogado en vistas que los primeros "malos" no eran tan "malos". Algo esperable en una serie que sale regularmente y que se puede modificar ante la respuesta del público, pero realmente inexplicable en estos productos que son lanzados por temporada completa.
VEREDICTO: 6.5 - CLAROSCURO
Lo más loable de Luke Cage es que está inmersa en una minoría, la cual logra encontrar en ella misma un referente en quien confiar, haciendo foco en que tanto la maldad como la nobleza dependen del interior de cada persona, y no de su aspecto. El ritmo lento y cierta irregularidad en el arco argumental la colocan indudablemente en el último puesto del ránking de las producciones Netflix-Marvel TV, pero a no decaer: ¡en Marzo llega Iron Fist!
Lo más loable de Luke Cage es que está inmersa en una minoría, la cual logra encontrar en ella misma un referente en quien confiar, haciendo foco en que tanto la maldad como la nobleza dependen del interior de cada persona, y no de su aspecto. El ritmo lento y cierta irregularidad en el arco argumental la colocan indudablemente en el último puesto del ránking de las producciones Netflix-Marvel TV, pero a no decaer: ¡en Marzo llega Iron Fist!
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