Drunk, Stoned, Brilliant, Dead: The Story of the National Lampoon es un documental necesario. Rescatando material de archivo inédito y entrevistando a sus protagonistas, la película de Douglas Tirola nos sumerge de lleno en la historia de la publicación estadounidense que, con un contenido satírico, políticamente incorrecto y polémico por demás, gobernó las ventas de las revistas en los Estados Unidos en la década del '70 y marcó un quiebre generacional en la historia del humor de ese país.
Con un recorrido lineal desde la tradicional publicación universitaria Harvard's Lampoon, donde Doug Kenney y Henry Beard comenzaron a hacer de las suyas, Tirola rápidamente deja en claro desde el inicio la premisa que hilvanará todo el documental: los tipos eran unos genios. Podrían haber sido ingenieros nucleares, neurocirujanos o lo que quisieran, pero el humor los pudo más y tan mal no les fue.
La cinta reúne múltiples testimonios de parte del staff de la revista y colaboradores posteriores, cuando National Lampoon's se convirtió en el imperio del humor estadounidense y conquistó la radio, el cine y la TV: Bill Murray, Chevy Chase, Harold Ramis, el director John Landis (National Lampoon's Animal House, The Blues Brothers), Al Jean (que dejó la publicación en su etapa de decadencia para irse ni más ni menos que a escribir... Los Simpsons) y hasta Kevin Bacon (!), entre tantos otros. Ilustrando los testimonios salen a la luz imágenes documentales nunca vistas, sobre todo de la etapa en la que comenzaron a hacer shows en vivo, un híbrido entre radio en vivo y café concert, con el eterno John Belushi a la cabeza, además de las portadas y contenidos más divertidos de la revista, animados digitalmente para la ocasión.
Los pibes del Lampoon: eran tiempos hermosos, oh, sí que lo eran. |
La historia del National Lampoon es una locura. La cinta te sumerge de lleno en un mundo de drogas y polémica. Mucha polémica, mejor dicho; y completamente genuina, porque partía de la búsqueda del humor. No era buscar la polémica porque sí; era, simplemente, no censurarse. Hablar de todo y de todos, sin ningún tipo de filtros, reírse sin distinciones sociales: mujeres, niños, judíos, oficinistas, nadie escapaba de las garras de los editores. Si eras inteligente y gracioso, les llevabas un dibujo o historia y te publicaban. Sin envidias, sin egos, sin competencia, tirando todos para el mismo lado. Claro que empezaron a ganar dinero, a involucrarse cada vez más duramente con las drogas y las fiestas, y este clima de camaradería se perdió por completo: empezó el éxodo y, con él, la decadencia.
Portada original de Enero 1973. (Quizás la más célebre de la publicación) |
Como bien dije al comenzar esta reseña, Drunk, Stoned, Brilliant, Dead: The Story of the National Lampoon es un documental necesario. Pero también es realmente interesante y divertido en exceso. Esto se debe principalemente a los testimonios de los entrevistados, que no dan más: entre el tono en que cuentan las anécdotas y lo bizarro de las anécdotas mismas, no tenés respiro. Y a fin de cuentas, tampoco querés tenerlo.
Un tipo parecido a Hitler y una isla paradisíaca. Perfecto. |
VEREDICTO: 8.0 - DRUNK STONED BRILLIANT... ¡ALIVE!
El legado que dejó la National Lampoon es enorme. Aunque ellos mismos en sus últimos años le hayan "perdido la mano" y se hayan dedicado prácticamente sólo a poner tetas (porque las tetas venden), es innegable que han influido en toda una generación. Drunk Stoned Brilliant Dead rescata sabiamente su espíritu y lo pone al alcance de la mano de todos.
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