BARS 16: La Muerte juega a los dados

La Muerte Juega a los Dados es una película que en el contexto del Buenos Aires Rojo Sangre llama la atención enseguida. En primer lugar, porque antes de empezar se proyecta el videoclip del tema oficial, compuesto por Richard Coleman (de Fricción y Los Siete Delfines, entre tantas otras), y, en segundo lugar, porque en los créditos iniciales se mencionan distintos apoyos que ha tenido el proyecto: Municipalidad de Tigre e Itaú Cultural, en el marco del Programa de Mecenazgo Cultural de Buenos Aires Ciudad. Entonces ya sabés que vas a ver algo independiente pero no completamente under: subís, instintivamente, la vara de la expectativa técnica.

Tres compañeros de oficina, Alberto (Rubén Ballester), Elías (Douglas Vinci) y Alex (Juan Ignacio Machado), cada uno con sus secretos y sus defectos mostrados con más fuerza que sus virtudes, invitan a Lucas (Estéban Coletti), el nuevo cadete que entró a trabajar recomendado por Laura, la recepcionista (Ana Livingston), a comer un asado en la casa de fin de semana de Alberto, en el Tigre. Lucas es un personaje completamente abstemio y correcto, que está predestinado a sufrir cierto bullying por parte de sus compañeros; sobre todo de Alex, el grandote, provocador, misógino y mal llevado, que parece ser el peor de los tres, pero aún así cada uno esconde lo suyo. Con una situación de crisis, y ante el patrullaje de dos prefectos, las peores facetas de cada uno van saliendo a la luz, como así también sus más turbios secretos.

Los compañeros de trabajo, de copas.

Realmente, la cinta sorprende. Cumple con creces las expectativas técnicas y narrativas, además de contar con actuaciones sobresalientes. Cada personaje es único, distinto; camina y se mueve con su propia forma, habla con su propia voz. La gente de Superurban Producciones no sólo ha sabido administrar los recursos técnicos, sino también explotaron al máximo el talento artístico de sus artífices. 

Los prefectos: ¿serán tan corrompibles como parecen?

La soledad de la isla, la negrura de la noche, el acecho corrompible de los prefectos y la desesperación se desenvuelven con naturalidad en medio de una narración completamente fluída, bien estructurada y verosimil.

La película, dirigida por Martín Riwnyj, ya cumplió con sus dos proyecciones en el marco del festival, y anteriormente se había lucido en el ya tradicional Festival Cine con Vecinos de Saladillo, y anda girando por varias pantallas (ya llegó a Perú, por ejemplo). Por eso te recomendamos que te sumes al Facebook de la productora Superurban para estar al tanto no sólo de las nuevas proyecciones, sino también de todas las actividades de la productora, que viene haciendo cosas muy copadas, como el videoclip Tu Sonido de Juan Regidor (2013), y los cortometrajes El Río (2012), Últimos Minutos (2011) y El Colorista (2007).