Vince Gilligan, creador de la exitosa Breaking Bad y de su pseudo-precuela, Better Call Saul, recientemente habló en el podcast perteneciente a ésta última y se tomó unos minutos para pedirle encarecidamente a sus seguidores: muchachos... dejen de revolear pizzas.
El asunto es así: la casa que se utilizó durante toda la serie para realizar las tomas exteriores del hogar de la familia White (todos ya la conocemos de memoria)... es una casa real, existe, está en Albuquerque de a de veras. Y por supuesto, luego del fanatismo generado por la serie, se convirtió prácticamente en un punto de atracción turístico. La gente pasa, se detiene con el auto, se saca fotos frente a la entrada, se hashtaguea, se filma... hasta ahí todo bien, no hay drama.
Pero según cuenta Gilligan, la cosa está pasando de castaño claro a castaño oscuro:
Últimamente, estamos escuchando de parte de la propietaria que la gente se mete en su propiedad, y están siendo groseros cuando ella básicamente sale y les dice 'Están en mi propiedad' (...) Están arrojando pizzas en la terraza y cosas así. Déjenme decirles: no hay nada original o gracioso o copado en arrojar una pizza a la terraza de una señora. Simplemente no es gracioso. Ya se ha hecho. No son los primeros.
En dicho podcast también estaba presente Jonathan Banks, más conocido como Mike Ehrmantraut (capo). ¿Qué dijo él al respecto?
Si los atrapo haciéndolo, los voy a cazar.La escena en cuestión, del episodio "Caballo sin nombre" de la tercera temporada, en la que Walter se calentaba y revoleaba la pizza de peperoni luego de querer hacer "buena letra" con Skyler y que ella no lo dejara quedarse a cenar, se convirtió en una gran favorita de los seguidores. Tanto es así, que tiene su propia sección en la edición en blu-ray, con Bryan Cranston contando cómo la filmaron en una sola toma.
Posta, mirá:
Para finalizar, Gilligan remató en tono lapidario:
Adoro a nuestros fans. A esos (que arrojan pizzas) no. No los considero fans.
Chicos, chicos... chicos... chicos... en serio, chicos. Basta. BASTA.
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