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la cuarta pared

viernes, 21 de junio de 2019

Review: TOY STORY 4


By on 6:24 p.m.


"¿Hacía falta Toy Story 4?".

Desde hace ya unos años, y sin lugar a dudas producto de esta manía de Hollywood de convertir todo en una trilogía/franquicia cinematográfica (o, por lo menos, intentarlo) y sacar continuaciones hasta de la película más inesperada, que existe entre el público general cierto descontento y desconfianza ante la noticia de una secuela o remake de X película. En nuestra fan page leemos de manera incesante comentarios como "¿Hace falta?""No se les cae una idea", o el ya clásico e infaltable "La van a cagar". En lo personal, detesto profundamente esa forma de pensar, no le encuentro sentido en absoluto (no me imagino a nadie en 1983 diciéndole a Brian de Palma y Oliver Stone que "no hacía falta" una remake de un film de gángsters de 1932, por ejemplo), pero bueno... ese es otro debate que excede a esta reseña.

No obstante, existían algunas franquicias que parecían estar a salvo de esta secuelitis predominante; trilogías que habían cerrado su historia con un moño, pasacalle y mariachis incluidos, sin dejar cabos sueltos, satisfaciendo plenamente tanto a los fans como a la prensa especializada. Toy Story era una de ellas. Todos nos sentimos identificados y lloramos (bastante) con el desenlace de Toy Story 3 en 2010. Y si bien Pixar lanzó varios cortometrajes animados posteriormente (Hawaiian Vacation, Small FryPartysaurus Rex, Toy Story of Terror! y Toy Story that Time Forgot), para la gran mayoría del público la historia terminó con la llegada de Woody, Buzz y cía. a las manos de la pequeña Bonnie. Listo. The End. C'est fini. ¿"Con qué necesidad" hacer una cuarta película, cierto? ¡Disney "la va a cagar"!

Oh, ustedes... adultos de poca fe.

Forky: Año Uno.

Toy Story 4 comienza nueve años atrás, cuando Woody y toda la banda aún eran posesión de Andy. Es una noche tormentosa, y todos ayudan en el clásico rescate de RC (el vehículo a radiocontrol), que quedó varado en el jardín. Es en esta escena donde realmente conocemos qué pasó con Bo Peep, la pastorcita de porcelana que era algo así como "la noviecita" de Woody. Recuerden que en TS 3 ella no aparecía; Woody simplemente mencionaba que ya no estaba con ellos. Acá nos enteramos de todos los detalles.

Inmediatamente después de esta escena, la trama retoma post-TS 3, con Bonnie como la nueva dueña de los juguetes. Es un momento especial y de cierto nerviosismo para todos: la pequeña comenzará la escuela, y tiene miedo de asistir a su primera clase de adaptación. Es por ello que Woody, siempre preocupado por sus dueños, se esconde en la mochila de Bonnie a pesar de que todos le aconsejan lo contrario. Gracias a su terquedad, el sheriff puede contemplar con sus propios ojos cómo Bonnie crea a Forky, un juguete hecho, literalmente, de basura. Como se imaginarán, Forky cobra una inusitada importancia para la niña, convirtiéndose automáticamente en su juguete favorito. El problema es... Forky no se siente un juguete. Forky siente y cree que es basura (sí, háblenme de baja autoestima).

El primer acto del film gira en torno a Forky y su crisis existencialista: esta suerte de Frankenstein de juguete sabe que provino de un cesto de basura y cree que ese es su lugar, a pesar de que este delgado vaquero le dice que se ha convertido el juguete más importante de una niña a quien no conoce. ¿Cuál es su propósito en este mundo y por qué? Con la genial interpretación de Tony Hale (Arrested Development, Veep), Forky es un neurótico que va ganando consciencia paulatinamente (al comienzo apenas sabe hablar) mientras intenta volver a la basura una y otra vez. Como suele pasar, su cuestionamiento poco a poco se va filtrando y generando en Woody sus propias inseguridades y dudas sobre su lugar en la vida de Bonnie.

El reencuentro entre Woody y Bo Peep es el eje del film.

Toda esas inseguridades se disparan cuando, en un viaje familiar, Woody inesperadamente se reecuentra con Bo Peep. "Perdida" durante siete años, Bo se ha convertido casi en una figura de acción, una especie de Lara Croft de porcelana. Segura de sí misma, independiente y autosuficiente, y lista para la aventura, Bo va echando por tierra una por una las creencias que tenía Woody sobre los juguetes perdidos, así como desafiando su personalidad y su sentido de la responsabilidad frente a los demás juguetes. Esto por supuesto crea cierta fricción entre ambos (Woody no termina de entender a "la nueva" Bo), pero aún así trabajan juntos para un último rescate en una casa de antigüedades que por momentos es el equivalente a una mansión del terror (¿qué sería una película de Toy Story sin un rescate, cierto?).

En el camino conocen o se cruzan con los nuevos personajes, los cuales jugarán un rol fundamental en el desenlace del film: Ducky y Bunny son dos muñecos de peluche que solo conocen una vida de exposición como premios en la feria del pueblo; con las voces de Keegan Michael-Key y Jordan Peele (quienes, luego de trabajar durante juntos en su programa de comedia durante cinco temporadas, manejan el timing humorístico a la perfección), el dúo tiene dos de las varias escenas que me hicieron llorar de la risa. Luego está Gabby Gabby (voz de Christina Hendricks), una bebota de las viejas, de esas que uno ve con cierto temor en las ferias de San Telmo. También tenemos a la diminuta oficial Giggle McDimples (voz de Ally Maki), principal compinche de Bo Peep. Y finalmente está mi nuevo personaje favorito (redoble de tambor): Duke Caboom, el motociclista Nº 1 de Canadá, con voz de El Hombre del Año, (más redoble de tambor) Keanu Reeves. Duke tiene otra de las escenas que me hizo llorar de la risa, y es simplemente genial. Quiero una remera de Duke Caboom. Y la quiero ya.

Gabby Gabby y sus patovas.

Analizando ahora sí el argumento, comprobamos que no es la primera vez que la saga toca estos temas. La principal diferencia con las otras entregas es que, esta vez, Woody tiene enfrente a alguien que provino del mismo lugar que él, alguien de los suyos, que le demuestra que realmente se puede seguir adelante y lograr algo positivo para sí mismos y para los niños. ¿Cómo negar el discurso de Bo Peep, cuando se la ve radiante y renovada? ¿Cuánto necesita realmente Bonnie a Woody, y cuánto necesita Woody a Bonnie? Todos sabemos que es el sheriff (nunca fue casual su oficio), pero ¿hasta cuándo puede seguir asumiendo la responsabilidad por el bienestar de los demás juguetes? Como toda buena película de animación que se precie de tal, Toy Story 4 plantea temas mucho más adultos y profundos.

Y aún así, aunque parezca imposible luego de tres largometrajes y varios cortos, Pixar logró que esta sea la entrega más divertida de toda la saga (¡en tu cara, Shrek Forever After!). Hay como media docena de escenas donde lloré de la risa. Literalmente. Agua salada brotaba de mis ojos. Y sé que estuve lejos de ser el único: la función de prensa estaba colmada, y todos estallaban en carcajadas una y otra vez. Quizás como resultado de los numerosos gags es que la película resulta un pelín menos emotiva. No se confundan: el final muy probablemente los conmueva hasta el llanto, pero no llega a los niveles de cuasi-tortura emocional de Toy Story 3. Es más: los últimos 15 o 20 minutos van a estar alternando entre llanto emotivo y llanto de risa, emotivo y de risa, emotivo y de risa (y más risas).

Así chiquito como lo ven, Duke Caboom es lo más grande que hay.

Quizás lo único "malo" (nótese las comillas) de Toy Story 4 es el rol secundario al que quedó relegado Buzz Lightyear (ni hablar de HamRexSlinky y el resto: apenas tienen un par de escenas). Por desarrollos de la trama, el astronauta espacial no es el principal sidekick de Woody, y además continúa lobotomizado reseteado tras los eventos de TS 3, con lo cual no es lo ingenuo que era en la primera entrega pero tampoco posee el nivel de autoconsciencia que ya había alcanzado en TS 2; está ahí, en el medio, ni tan avispado ni tan bobo. A los más fans del personaje esto quizás los decepcione un poco, pero sinceramente es difícil quejarse cuando su lugar es ocupado por excelentes nuevas incorporaciones, como Forky o Duke Caboom (oh yeah!).

Más de uno se estará haciendo la otra gran pregunta ineludible: ¿Continuará la franquicia? La respuesta en este caso es doble:  y No Sabemos. Por un lado, Forky ya tiene confirmada su propia serie de 10 episodios en Disney Plus (el servicio de streaming de la factoría que debutará el 12 de noviembre) titulada Forky Asks a Question; esta permitirá que varios de estos personajes sigan teniendo su merecido lugar en pantalla (a mí me divierte mucho Trixie, por ejemplo), tal como ocurrió con los cortometrajes luego de TS 3. Por otro lado, el film se siente como la verdadera despedida, emotiva y adecuada, de algunos personajes. Pero lo mismo pensamos en 2010, así que... ¿quién sabe? Mientras nosotros, como espectadores, nos sigamos sintiendo como niños con cada nuevo lanzamiento, sea en el formato que sea, siempre habrá un Woody y un Buzz en nuestras vidas esperando para sacarnos una sonrisa.



VEREDICTO:  9.5 - POR SIEMPRE AMIGOS

Toy Story 4 es el epílogo animado perfecto. Es "el final después del final", la coda de esa canción que venimos tarareando hace casi 25 años, la escena post-créditos de 100 minutos que no sabíamos que íbamos a tener pero agradecemos y celebramos. Sin dudas es la la película más divertida de toda la saga y consigue ser menos lacrimógena que la entrega previa, aún cuando posiblemente sea la despedida de algunos de estos personajes.
Pero volviendo ahora sí a la pregunta del comienzo: ¿Acaso "hacía falta" Toy Story 4? Sinceramente no sé ni me interesa. Estoy demasiado alegre de que exista como para preguntármelo.


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