Es un hecho que el final de Game of Thrones nos golpeó a todos. Nuestros domingos no serán los mismos (aún cuando muchos continúen enojados por el final) y nadie es indiferente a esto, ni siquiera el mismísimo "King in the North", Kit Harington, quién ingreso hace casi un mes en un centro de bienestar del estado de Connecticut para estar bajo un programa de rehabilitación de lujo por estrés y abuso de alcohol. Aparentemente ese vino de Dorne que tomaron en la celebración por la batalla de Winterfell tuvo sus consecuencias...
En enero del año pasado, el portal TMZ había publicado un video del actor pasado de copas en un bar de New York, revisando el arcón de los recuerdos. Aquellas imágenes habían decepcionado a más de un fanático del bastardo favorito de Castle Black.
Volviendo al presente, de acuerdo a la web, su
representante envió una declaración en la cual aclara la situación:
Kit ha decidido utilizar esta pausa en su agenda como una oportunidad para pasar un tiempo en un retiro de bienestar para trabajar en algunos asuntos personales.
Oh, pobre Jon... aún tiene remordimientos por enterrar una daga en el pecho de
Dany; matar a Khaleesi no es para cualquiera.
Según agrega el diario británico The Post:
El actor británico ha estado recibiendo entrenamiento psicológico, practicando mindfulness y terapia cognitiva conductual para combatir el estrés y lidiar con las emociones negativas en las instalaciones, que cuestan más de U$S120.000 al mes.
Recuperarse
del final de GoT le está saliendo muy caro. ¿Quizás recibió algún tipo de
préstamo del Banco de Hierro?
Entre sus allegados, su esposa, la actriz Rose Leslie (quien lo conoció interpretando a Ygritte, salvaje que le enseñó lo que era el
verdadero amor en aquella cueva, ¿se acuerdan?), ante esta situación "está
siendo su gran apoyo". Otro amigo del actor agregó que el final de la serie, luego de 10 años, "realmente golpeó duro a Kit".
Quienes vimos The Last Watch, el excelente documental que HBO lanzo el último
domingo, fuimos testigos de las lágrimas del actor al leer su escena
final junto a Emilia Clarke; realmente se lo vio muy conmovido. Sobre esto, él mismo declaró en la revista Esquire del mes de abril que se quebró después de filmar sus últimos momentos como Jon Snow:
El último día de rodaje, me sentí bien... me sentía bien... me sentía bien... Luego fui a hacer mis últimas tomas y comencé a hiperventilar un poco. Luego gritaron: '¡Corte!' y me desmoroné. Fue un ataque de alivio y pena por no poder hacer esto de nuevo.
Tomen nota
que dijo tres veces que se sentía bien. Raro...
Desde La Cuarta Pared le deseamos que encuentre la luz más allá del muro, que cambie el alcohol por leche de gigante y vuelva a ser el Kit Harington que todos queremos ver, un verdadero héroe de Winterfell.
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