Sumándose a la tendencia de revitalizar y darle una nueva onda a personajes clásicos (como pudimos ver en los Sherlock Holmes o Rey Arturo de Guy Ritchie), la hora le toca al más honesto entre los ladrones, el que equilibra la balanza: Robin Hood. Kevin Costner no pudo venir esta vez, pero si me acompañan un rato les cuento de qué va esta nueva visión sobre la clásica historia.
En primer lugar, el proyecto se encuentra comandado por Otto Bathurst, director inglés que viene del mundo de las series. Tras dirigir capítulos de la genial Black Mirror así como de la destacada Peaky Blinders (de quien mantuvo a Paul Anderson como uno de los villanos), Bathurst encara su primer largometraje con un marcado tono guyritchiesco (no existe el término, pero me gustó). Esto se percibe de manera clara en los rápidos y frenéticos cambios de cámara, el tratamiento del sonido y la general pérdida de respeto por lo ecléctico del personaje, bastante más adaptado a nuestro tiempo.
Hablando ya del elenco, cualquier alfombra roja queda chica para tanto apellido. Como el bandido protagónico tenemos al carismático Taron Egerton, que cambia los traje de etiqueta de Kingsman por la capucha y el arco; no sin contar con una mano derecha destacada, en este caso interpretada por el ilustre Jamie Foxx como John.
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| Héroe modelo 2018. |
El papel de interés romántico de nuestro protagonista lo lleva adelante Eve Hewson, actriz de películas como Bridge of Spies, la reciente remake del clásico Papillon, e hija del ídolo de Bono (datazo a lo "Intrusos en el Espectáculo"). Pero el tema acá es que nuestro héroe se ve dentro de un fatídico triángulo amoroso, y no con cualquiera, debiendo competir con un escupidor de asados Jamie Dorman. Pobre Robin: como si una guerra en Arabia, ser considerado muerto, y que su hogar esté tomado por un vil gobernante fuera poco, encima tiene que disputarle su pareja a Christian Grey.
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| El poder en Nottingham. |
¿Y quién para el vil gobernante? ¿Qué actor puede calzar tales zapatos? Quien otro sino el magistral, maquiavélico, y uno de mis actores favoritos en la actualidad, Ben Mendelsohn. Un tipo versátil que, a esta altura, hizo de todo: malo de la película en Ready Player One con Spielberg, villano en la familia Star Wars con Rogue One, y trabajando con Nolan en posiblemente una de las mejores películas de superhéroes de la historia, The Dark Knight.
Dato de color para una breve pero destacada aparición de F. Murray Abraham (y el abuelo Simpson nunca pudo ir al baño), veterano actor partícipe de films como Scarface, Amadeus y Last Action Hero, entre otros; en esta ocasión encarnando a un cardenal con una ética y moral dudosa.
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| John y Robin: compañeros de aventuras. |
Entrando ya en la valoración del film, las cosas se complican un poquito. Partiendo de la base de que claramente todo está teñido por un tono "a lo Guy Ritchie", hay numerosos elementos que no cuadran en esa sintonía: escenas vomitivamente románticas y melosas, frases híper cliché y algunos chistes muy bobos son solo algunos de ellos. Por momentos es demasiado evidente la intención de los realizadores de lograr un tono naif y apto para todo público (con un guión que va por esa vía), lo cual torna la relación con el proyecto en sí un poco confusa.
Algunas secuencias son entretenidas y hay cierta química entre Egerton y Foxx, pero la película en general no se termina de definir, no sabe si quiere ser ruda y sanguinaria o una historia ATP amigable para toda la familia, mezclando elementos que son el agua y el aceite.
Robin Hood es un film que, de haberlo querido, podría haber explorado un camino propio y quizás más entretenido, pero falla al querer copiar un estilo dentro del cual muchos de sus elementos no coinciden para nada. Una película que no termina de definir claramente su esencia, a la cual ni un cast estelar puede salvar ni convertirla, por lo menos, en una experiencia pasatista.
VEREDICTO: 4 - RITCHIE HAY UNO SOLO
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