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la cuarta pared

viernes, 17 de agosto de 2018

Review: MI OBRA MAESTRA


By on 5:43 p.m.



El filme comienza con la imagen de una pintura, muy colorida, de un hombre parado frente a una cadena montañosa. Una voz en off en inglés explica (para los espectadores que no sepan mucho sobre artes plásticas; o sea, la mayoría de los espectadores) que una pintura como esta no puede explicarse con palabras, sino que debe experimentarse, sin pensar ni pronunciar palabra alguna. La voz nos pide que nos tomemos un minuto para apreciar la obra.

Inmediatamente después vemos algunos planos detalle de la pintura, acompañados de música ambiental. Estos son obra de Gastón Duprat, director de la película. Es una decisión autoral algo irritante. Nos acaban de decir que tratemos de entender la obra nosotros mismos, y acto seguido, el director hace estos acercamientos cargados de sentido, impidiéndonos llegar a una conclusión propia sobre la pintura que estamos viendo.

Nadie mejor que Francella y Brandoni para representar
la amistad en la tercera edad.

Es el primero de varios errores que comete Duprat durante su nuevo filme, Mi Obra Maestra. Los protagonistas son Guillermo Francella y Luis Brandoni, que interpretan respectivamente a Arturo, un galerista de arte, y a Renzo, un pintor en decadencia. Arturo quiere que su amigo vuelva a las "grandes ligas" del arte, pero el comportamiento impredecible de Renzo hacen de esto una tarea imposible. Hasta que Renzo tiene un pequeño accidente, lo cual le ofrece una oportunidad enorme a Arturo, pero que también lo obliga a tomar una decisión de la que no hay retorno.

Mi Obra Maestra juega con muchos tonos, en parte porque la historia toma senderos inesperados y nunca se instala en un solo género. Hay drama, hay humor, y otras cosas que prefiero no decir porque contarían como spoilers. Y Duprat no se muestra muy capaz para manejar esos tonos: desperdicia oportunidades cómicas en la primera mitad del filme que en parte diluyen el efecto emocional de otras escenas más dramáticas. Miramos la película como uno mira una mala pintura: en silencio respetuoso pero sin reaccionar.

En la calle y sin guita, como todos los artistas: Luis Brandoni se luce.

Sin embargo, y a pesar de lo que pueda parecer según los párrafos previos, Mi Obra Maestra no es una mala película. La dupla Francella-Brandoni es simplemente irresistible, como ya vimos en las series Durmiendo con Mi Jefe y El Hombre de Tu Vida; su presencia sola basta para levantar el nivel del material. Andrea Frigerio tiene un papel pequeño pero memorable como una sofisticada galerista con más éxito que Francella, mientras que el español Raúl Arévalo tiene una intervención como un joven discípulo de Brandoni.

Duprat no demuestra tener el talento o el conocimiento para hacer una película sobre el mundo del arte. Cree que puede hacerlo, según infiero de la escena inicial del filme. Sin embargo, Mi Obra Maestra, para bien o para mal, no es una historia sobre el mundo del arte. A fin de cuentas, es una historia sobre dos amigos veteranos que emprenden una (¿última?) gran aventura juntos. No hace falta ir a la facultad o haber pisado el MALBA para entenderla y disfrutarla.



VEREDICTO:  6 - PARA MIR-ARTE MEJOR

A pesar de lo que sugiere su título, Mi Obra Maestra no es una obra maestra ni está cerca de serlo. No obstante, se mantiene a flote gracias a la gran química entre los actores protagonistas. Recomendada para todas las tías ancianas que tengan el hobby de pintar.


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