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viernes, 27 de octubre de 2017

Review: MINDHUNTER - Primera temporada


By on 4:19 p.m.




Debo confesarme, antes que nada, bastante fanática de los policiales. Desde Vertigo (Alfred Hitchcock, 1958) hasta The X-Files (sí, chicos, en su base es un policial), miro todos los que encuentro por el camino. Últimamente -por suerte- la TV nos está malcriando y generando contenidos más ambiciosos, como The Night Of (HBO) y Sherlock (BBC, en Argentina por Netflix), ni hablar de la primera temporada de True Detective. Entonces, cabía preguntarse, ¿qué onda Mindhunter?

Esta nueva serie (producción original de nuestro streaming favorito Netflix) creada por Joe Penhall (The Road), que estrenó el pasado 13 de Octubre, está levemente basada en el libro de John Douglas de 1995 titulado "Mindhunter: Dentro de la Unidad de Crimen de Elite del FBI". De hecho, nuestro protagonista Holden Ford, interpretado por Jonathan Groff, estaría basado en el propio autor, un francotirador del FBI convertido en negociador de rehenes y quien fuera el principal responsable por llevar el estudio de los perfiles criminales al FBI.

Al arrancar la serie, Ford se encuentra dando clases a otros agentes sobre cómo llevar adelante una negociación de rehenes, y es al ver la película Dog Day Afternoon (Sidney Lumet, 1975) y al gran Al Pacino gritando "¡Attica!" cuando se da cuenta del potencial de la psicología como herramienta para su trabajo: quizás la clave para atrapar criminales sea primero entenderlos.

Habláme de composición de cuadro.



















Luego de su idea sobre plantear perfiles criminales mediante entrevistas a los asesinos seriales -término que inventan ellos-, Ford suma dos aliados a la causa: otro agente del FBI, líder del departamento de Ciencia del Comportamiento, Bill Tench (interpretado por el genial Holt McCallany), y Wendy Carr, una Doctora en Psicología muy reconocida (interpretada por Anna Torv). Este trío fantástico irá lentamente formando sus teorías sobre los asesinos con la intención de, a la larga, poder identificarlos antes de que cometan un crimen. 

Mindhunter tiene sus dos primeros y dos últimos episodios dirigidos por David Fincher (Se7enFight Club, Zodiac), lo cual ya generaba un atractivo en el asunto. Se usó de hecho como gancho marketinero por ser más reconocido que los otros tres directores de la serie, pero lo mejor no es él. Si bien gracias a Fincher se marcó un tono en la serie que los demás directores mantuvieron, es en los episodios "del medio", dirigidos por Andrew Douglas (The Amityville Horror), Asif Kapadia (Amy, Senna) y Tobias Lindholm (A War, A Hijacking), en donde se producen distintos -y más interesantes- ritmos, tanto desde el guión como desde el montaje y la dirección. 

Más allá de su hermosa fotografía, paleta de colores y de su precioso montaje, lo que más se destaca es la construcción de los personajes: Holden, Wendy y Bill tienen sus personalidades muy bien delimitadas y sus objetivos claros. Son tres personas totalmente distintas, que casualmente se interesan por lo mismo y quieren trabajar juntos para llevar adelante esta investigación, pero sus personalidades y actitudes hacia la vida son tan diferentes que terminan generando la mayoría de los conflictos de la serie. Y es hermoso que el conflicto se mantenga justamente personal, porque en definitiva la serie trata sobre humanos tratando de descifrar el comportamiento de otros humanos 

Un gran momento del séptimo episodio.

El uso de los planos de miradas es una gran herramienta que Mindhunter sabe explotar y usar a su favor. No sólo nos da -a nosotros espectadores- la sensación de complicidad entre nuestros protagonistas, sino que nos hace partícipes de la situación y nos pone siempre en estado de tensión. Este recurso se ve claramente en las entrevistas a los asesinos (actuadas y dirigidas de manera soberbia) , donde quien tiene el poder en la conversación va cambiando sutilmente y lo vemos tanto en las miradas como en el lenguaje corporal. A esto nos referimos con el ritmo que estableció Fincher en la serie y que los demás directores mantuvieron: la cámara sigue el movimiento de los cuerpos de una forma muy orgánica, lo cual nos mete en la situación al 100%. Es este uso de la cámara que capta la fisicalidad de los personajes y genera una unión inconsciente con ellos. (Para los interesados en el tema, miren este genial video ensayo)

El mejor asesino.

Para Fincher lo más importante al momento de dirigir es el concepto de "el comportamiento a lo largo del tiempo". Esto es sacado de Hitchcock, el maestro del suspenso. En el documental Hitchcock/Truffaut (de visión obligada para cualquiera mínimamente interesado en el cine),  Fincher señala que es el trabajo del director nunca olvidar cómo un ligero ajuste en la edición y el diálogo puede ralentizar o acelerar la percepción del tiempo del público. Dice que con el proceso correcto, los cineastas pueden convertir un momento en una fracción de segundo en un gran evento climático. Y es justamente esto lo que pone en práctica en el segundo episodio de la serie, cuando Holden entrevista por primera vez a Ed Kemper (con una impecable actuación por Cameron Britton) y nos demuestra lo tensos que nos podemos poner frente a un asesino, aunque nos separe la pantalla.



VEREDICTO:  8.5 - AGUANTE LA YUTA

La serie se desarrolla lentamente, con un ritmo que se va acrecentando de manera leve capítulo tras capítulo. Si te gustan las historias policiales con mucha acción, Mindhunter no te va a gustar. Acá la acción se plantea desde el diálogo, desde las pequeñas acciones que realizan los personajes y que nos ponen en estado de tensión, desde los encuentros con asesinos seriales tan bien interpretados que te ponen la piel de gallina. Básicamente, es una serie con excelentes guionistas; algo así como Mad Men pero con asesinos e investigadores en lugar de creativos infieles.


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