Tomando una premisa que ya es conocida desde la época de Las Mil y Una Noches (pedir un deseo, que se cumpla, pero que acarree algo horrible a cambio, ya sea por alguna trampa en la entidad que lo concede o por el cobro encubierto de algo a cambio), Siete Deseos ofrece una versión actual, protagonizada por adolescentes y con problemáticas relacionadas al bullying. La pregunta es si nos convence.
Claire (Joey King) es una de las chicas menos populares de la escuela, cuyo talento para el dibujo y la pintura queda constantemente opacado por los maltratos que sufre y por su propia torpeza. Además, su padre (Ryan Phillippe, que ya hace de padre con lo cual nos sentimos viejos) es una especie de cartonero que busca cosas útiles ("útiles") en la basura, frecuentemente cerca de su escuela, a la vista de sus propios compañeros, llenándola de vergüenza. Y su madre, bien gracias, se suicidó cuando ella era una niña.
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| La caja en cuestión. |
La cuestión es que su padre, hurgando los residuos de una mansión aparentemente abandonada, encuentra una caja de música de madera, con inscripciones en chino, que Claire casualmente está estudiando, y decide llevarla para regalársela. Un poco descreída y jugando al principio, pide que una compañera insoportable "se pudra". Y dicho y hecho, la rubia amanece con una necrosis improbable.
Así que Claire va pidiendo diferentes deseos, sin pensar mucho, sin prestarle atención a que las cosas efectivamente se cumplen, y sin establecer ningún tipo de relación con las tragedias que empiezan a suceder a su alrededor. Y acá es cuando uno se da cuenta que está viejo y que no es el target de la película, claramente orientada a adolescentes: todas las acciones de Claire son absolutamente estúpidas y carentes de sentido. En lugar de identificarte con ella y querer que triunfe, que venza al mal y sea feliz, querés que le caiga una caja fuerte en la cabeza mientras camine por la calle o que la pise el tren. Pero, insisto, esto es porque opera con una lógica orientada a otro público, casi infantil. O a un público subestimado intelectualmente por completo.
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| Así es, fans de Stranger Things: ¡está Barb! |
Lamentablemente, la falta de empatía que uno siente con la protagonista hace que nunca termine de engancharse. Es una de esas películas que si agarrás haciendo zapping no la ves hasta el final. No solo la construcción de la protagonista es sosa, sino que el exceso de cromosomas también aplica a todo su entorno. Solamente un personaje, Ryan Hui (Ki Hong Lee), parece reconocer la magnitud del problema y las consecuencias de pedir deseos. Pero cuando se da cuenta, quizás es demasiado tarde y ya cambiaste de canal.
VEREDICTO: 3.0 - DESEO QUE HAGAN BUENAS PELIS
Siete Deseos pasa sin pena ni gloria por nuestras salas. Absolutamente nada que destacar. El único miedo que te genera es volver a cometer otra vez el error de meterte a ver una película tan mala el día de mañana.
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