A priori, viendo la sinopsis de la película, que habla de Baby, un buen pibe que es forzado a trabajar como conductor en golpes criminales, que conoce el amor y, a punto de retirarse, es casi obligado a conducir en un último golpe que sale mal, uno dice "Ufffs... oiga amigo, pero eso ya se ha visto". Y sí, el cine tiene como doscientos años, chicos; más vale que se ha visto. Lo que no quita que, a pesar de caer en una larga lista de lugares comunes, el resultado sea uno de los estrenos más interesantes en lo que va del año.
Doc (Kevin Spacey) es un tipo turbio que organiza golpes comando, y a quien Baby (Ansel Elgort) le debe algo. Entonces el trato (por "trato" entiéndase lo que Doc decidió unilateralmente) es que Baby oficiará como chofer de los golpes que coordina, conservando él parte de su paga hasta saldar la deuda, momento en que la "relación laboral" llegará a du fin. Pero claro que cuando uno se involucra con el mundo del crimen no puede salir tan fácilmente, y Doc encuentra la manera de extorsionarlo para una misión más. Este capomafia va variando los integrantes de los equipos que conforma en cada golpe, y la combinación que elige para un gran robo a la oficina central de correos es realmente explosiva: Buddy (Jon Hamm) y Darling (Eiza Gonzalez), la parejita franelera, se lleva pésimo con Loco (Jamie Foxx), que, como su nombre lo indica, es un desequilibrado que puede saltar en cualquier momento con cualquier cosa.
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| #TeamBaby |
La particularidad de Baby, además de ser un chofer de la hostia, es que tiene tinnitus: un zumbido constante en sus oídos que intenta aplacar escuchando música las 24 hs. del día. Y es la música justamente lo que marca el ritmo de sus acciones y de la película en sí: con una banda de sonido de grandes hits de los '80 y los '90, la música es casi tan protagonista como Baby. Las primeras escenas, donde se presenta al personaje haciendo hincapié en su talento para manejar, logran que el automóvil que conduce tenga un movimiento tal que parece estar danzando. Lo mismo ocurre con los planos secuencia que lo siguen yendo a comprar café una vez culminada la misión. Con dirección de Edgar Wright (Scott Pilgrim vs. The World, Hot Fuzz, Shaun of the Dead), el inicio del film es una auténtica lección de cine, con un uso del movimiento de cámara que no tiene nada que envidiarle a Hitchcock ni al sobrevalorado Iñárritu (nada que ver, pero cada tanto está bueno pegarle).
Como decíamos, Baby Driver (su nombre original) empieza con un gancho muy grande: es atractiva la propuesta, interesante la historia y el personaje de Baby tiene un magnetismo terrible. Con el correr de los minutos se pincha un poco, para retomar la adrenalina en el tercer acto y terminar ¡pum, para arriba!
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| Toretto, este pibe te come entre dos figacitas. |
Las tramas secundarias (el pasado con su madre, la relación con su sordomudo padre adoptivo y la historia de amor) no terminan de apuntalar del todo la historia principal, sino que favorecen a que ciertas situaciones se hagan previsibles. Si bien la trama nunca busca generar sorpresa ni dar vuelcos "a lo Shyamalan", no está bueno cuando te anticipás a la acción. Pero, en los momentos en que la trama puede hacer un poco de agua, siempre está la música o las espectaculares persecuciones (¡Rápido y Furioso no existís!) para levantar los ánimos y recapturar tu atención.
Baby como protagonista de una película de estructura mayormente clásica (quiero decir que no es un guión de estructura clásica a rajatabla, se toma algunas libertades) recorre un camino a través del cual se transforma. Pero ---SPOILER ALERT--- el hecho de cerrar la historia con su breve paso por prisión opaca el destino brillante que un cierre políticamente más incorrecto le podría haber dado al personaje --- FIN DEL SPOILER---
VEREDICTO: 8.0 - OH BABY, LLEGASTE A MI VIDA
Sin lugar a dudas, lo mejor de Baby, el aprendiz del crimen es el uso de la música, que se potencia con el manejo de la cámara y el montaje en determinadas secuencias. Depende de cuánto cine tengas encima te pueden parecer trilladas o previsibles algunas situaciones, pero no deja de ser una película altamente recomendable para ver en sala.
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