Cuando pensábamos que en materia de zombies ya estaba todo hecho, inclusive una remake de Evil Dead, los coreanos nos demostraron, una vez más, que nos equivocamos. Asiáticos, ¿qué haríamos sin ustedes?
En Train to Busan (Busanhaeng, dirigida por Sang-ho Yeon), acompañamos a Yoo Gong (Seok Wooa) a tomar un tren junto a su pequeña hija Soo-an Kim (Soo-an), con quien no tiene un vínculo para nada estrecho; es un padre separado llevando a su hija de Seúl a Busan para saludar a su madre por el cumpleaños. Pero ni bien se suben al tren (previa pequeña pero efectiva introducción del resto de los personajes), una última pasajera, joven, llega a subirse atropellada, y cae al piso, convulsionando. Lo que parece ser una epilepsia o un incidente menor es el detonante para toda la trama: la chica había sido mordida por un zombie y, en los torpes primeros auxilios que una azafata y algunos pasajeros intentan darle, resultan mordidos e infectados. Se ve que la contaminación ambiental pasó al reino animal y fue infectando de a poco a diferentes especies, hasta que llegó el momento en que el también infectó al hombre.
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| Sang Hwa, héroe. |
¡BOOOOM!, bomba, el caos también se desató en el exterior, así que no es seguro bajarse en ninguna estación: la única opción que tienen nuestros pasajeros para sobrevivir es aislarse, usando los diferentes compartimentos del tren (cuyas puertas cierran correctamente, no como en los nuestros) para lograr llegar a destino sin ser infectados por los zombies. Algo que parece tan simple, básico y tonto, se termina transformando en una verdadera odisea donde cada personaje va siendo parte de las soluciones provisorias que toman para sobrevivir. Por ejemplo, se dan cuenta que los zombies se alteran y los quieren atrapar cuando los ven. Como los vagones están separados por puertas de vidrio, para calmarlos en primera instancia arrojan agua contra el vidrio y "pegan" papel de diario para impedir la visual: sentido común liso, llano y efectivo. Toda la acción está construida a consciencia, nunca se va a la solución fácil de que "el zombie es medio boludo" (de hecho, son bastante rápidos, fuertes y sus cuerpos son resistentes), y los personajes tampoco caen en actos irracionales ni cometen estupideces como los típicos adolescentes yankees, que se quedan gritando en lugar de escapar.
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| Perspectivas a pleno. |
En su trayecto a Busan, la ciudad que parece estar a salvo de la epidemia zombie, el grupo atraviesa toda una serie de peripecias que incluyen pasar por una estación atestada, conflictos internos, separaciones y reencuentros. Como toda situación de presión, salen a la luz los verdaderos valores de cada personaje (sean buenos o malos), y es justamente éste uno de los principales logros de la película: si bien los personajes se engloban en cierto "tipo genérico" (el empresario, la estudiante, la futura madre) esos tipos no son determinantes, no son personajes cuadrados y huecos: hay una personalidad, un objetivo, un carácter, una debilidad; eso los hace interesantes y queribles. Y el hecho de encariñarse con ellos también es usado en algunos casos para generar un gran impacto.
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| Zombies contorsionistas. |
Con una historia interesante para contar como base y personajes bien construidos (mucho mejor que la mayoría de las cosas que nos llegan de Hollywood últimamente), el apartado visual es impecable. Ya que el espacio dentro del tren es escaso, la película utiliza la profundidad de campo a menudo para mostrar varias acciones que suceden en paralelo, dando a la acción un dinamismo y una continuidad muy particulares. Lo mismo con los movimientos de cámara: el director no abusa de ellos para generar confusión y desesperación, sino que son más sutiles, dejando que la acción se luzca dentro de campo a través de los movimientos internos de cada composición. La paleta de colores también es muy particular: por momentos tiene algunos toques de color (en algunas prendas de ropa, por ejemplo) más saturados que, a pesar del caos que se está desatando, tiñe a la imagen de cierta alegría visual.
Sin cometer abusos de ningún tipo, ni narrativos, ni formales, Train to Busan logra una armonía y un equilibrio puramente orientales, y no se olvida en ningún momento que es una aventura zombie apocalíptica. Se corre el rumor que llegaría a nuestras salas promediando Noviembre, lo cual esperamos con ansias, porque es realmente una película de calidad que vale la pena ver grande y linda.
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