Voy a cometer una infidencia: durante los primeros minutos de Love se desarrolla un diálogo entre Gus, el protagonista masculino de la serie, y su novia Natalie, que es idéntico a charlas que tuve en más de una oportunidad con mi ex-novia. El motivo de la conversación es exactamente el mismo, y se repite casi palabra por palabra. Afortunadamente, en mi caso particular, el desenlace siempre fue mejor que en el de Gus.
Bah... eso creo ¬_¬
Confieso esto porque fue justamente esa familiaridad con la situación, con el intercambio que se da dentro de esas cuatro paredes que acogen a la pareja, lo que me hizo decir "Uh... a mí me lo dijeron eso. Y yo reaccioné casi igual. OK... eso gracias a Dios no me lo dijeron nunca, pero el resto fue bastante real", y que logró que me enganche con la nueva serie de Judd Apatow desde las primeras escenas.
Lo cual, pensándolo en frío, es bastante lógico viniendo de uno de los guionistas-directores que mejor representa en pantalla lo difícil y complicadas que son las relaciones entre dos personas adultas (por lo menos de edad, no siempre de mentalidad). Sus comedias ¿románticas? se caracterizan por mostrar personajes sinceros -que no siempre tienen el gesto más romántico ni la actitud más honesta para con el otro pero sí consigo mismos- con los que uno se puede identificar en muchos aspectos, y que se sienten... inmaduramente reales. Sí, por supuesto que sus historias en algún momento pecan de ciertos clichés (es inevitable en cualquier género), pero aún así claramente ninguno de sus films más famosos (Virgen a los 40, Ligeramente Embarazada, Bienvenido a los 40) es Diario de una Pasión. En el caso de Love, la nueva serie producida por Netflix, Apatow se une con Leslie Arfin (Brooklyn Nine-Nine, Girls) y Paul Rust (quien además protagoniza) para escribir una historia que, por momentos, es más de desencuentros que de amor.
Felicitaciones a los... ¿novios? |
Por un lado tenemos a Gus (Rust), recientemente separado tras un mes de convivencia (y no, no es un spoiler: sucede a los 5 min. de iniciada la serie). A raíz de ello, debe mudarse a esos condominios de apartamentos en Los Angeles (ciudad donde transcurre la serie), generalmente habitados por universitarios o jubilados, mientras se desempeña como tutor escolar de una niña actriz (Arya, a cargo de Iris Apatow, hija de Judd) en el set de rodaje de una serie pedorra llamada Witchita: una especie de telenovela mezclada con Supernatural. Pero en realidad Gus quiere convertirse en guionista del programa, por lo que siempre anda cargando el borrador de un guión en su mochila, esperando que alguien de la producción alguna vez lo valore y tome en cuenta.
En la otra vereda tenemos a Mickey (Gillian Jacobs, de Community), que es... es... Mickey es un bardo de mina, seamos sinceros. Tóxica y vulnerable, la conocemos en una relación intermitente (se pelean, se arreglan, se pelean) con Eric, un adicto al que parece no soportar en absoluto. Pero... hey, tienen buen sexo, eso siempre suma y hasta compensa las demás falencias, ¿cierto? Mickey es productora de un programa radial de auto-ayuda a cargo del Dr. Colter (Apatow tiene cierto fetiche con el detrás de escena de la industria audiovisual; sus protagonistas suelen trabajar en los medios). Es durante una de esas tantas separaciones, que ahora parece ser "definitiva", que Mickey conoce a Gus de pura casualidad.
Y ahí dejo de contar, porque a partir del momento en que ellos se conocen y pegan onda, es que Love disfruta de jugar con aquellas situaciones esperadas de las comedias románticas, los lugares comunes, para repentinamente gambetearlos y encarar por otro lado.
Podría andar la pareja... si no fuera porque los dos son medio soretes, claro. |
Una de las primeras cosas interesantes que noté de Love es que no apura "El Encuentro". Y no me refiero al encuentro físico (aunque eso también se demora) sino a la conexión real entre Gus y Mickey. Sí, cuando se conocen hay onda, pero no quedan obnubilados por el otro en un instante, no hay amor a primera vista. Cada uno viene demasiado preocupado con sus mambos, con su mochila de problemas aún sin resolver de la relación anterior, como para empezar a fijarse seriamente en/darle una oportunidad a otra persona.
Otro de los grandes aciertos de la serie -y acá hay que reconocer la astucia por parte de los guionistas- otorgarles a Gus y a Mickey su propio espacio y sus propios tiempos individualmente; si nos ponemos a ver los 10 episodios que componen esta primera temporada con un cronómetro en mano, creo que es mucho mayor la cantidad minutos que ellos pasan por separado que los que comparten juntos. Lo cual está perfecto, porque nos permite ver cómo es cada uno realmente cuando no está pensando en el otro, cuando no está intentando caerle bien al otro. Gracias a esto nos damos cuenta que... ambos son bastante forros. Cada uno a su manera y con sus propias cosas, obvio. Pero en más de una oportunidad me pregunté a mí mismo si realmente se merecían estar juntos, si efectivamente noviar era lo mejor para ellos.
Si bien hay una fluidez narrativa a lo largo de Love, con capítulos que retoman la historia a los pocos minutos de finalizado el anterior, se respeta bastante el formato episódico, con varias entregas teniendo un "tema principal" y a veces hasta una locación casi única donde se desarrolla la trama (recordando a algunos de los episodios más clásicos de Seinfeld, como el del estacionamiento, el del subte o el del restaurant chino). Es así como tenemos el capítulo del encuentro casual, el de la cita arreglada que sale mal, el de la fiesta, el de los problemas laborales (con un interesante paralelismo entre ambos), el de la espera por la respuesta de Whatsapp (se le da mucho énfasis a la encrucijada de qué responder exactamente para que el otro no piense ni de más ni de menos), etc. Destaco ese detalle porque, en esta época de series que estrenan la temporada completa de un tirón para que las veamos en un solo fin de semana (incluyendo a ésta, irónicamente)... se fue perdiendo un poco esa estructura narrativa. Afortunadamente Love la retoma a lo largo de casi toda su extensión.
Cuando recuerda cómo serlo, Mickey es encantadora. |
Desde el lado puramente interpretativo, sin lugar a dudas el punto alto de la serie es Mickey, gracias a la soberbia actuación de Jacobs. Como mencioné antes, Mickey es una mina nociva, tóxica, no sólo con ella misma sino también con la persona que tiene al lado, sea amiga, pareja o amigarcho. Lo que al principio parece ser una mujer que la tiene bien clara, que sabe lo que quiere, confiada y segura de sí misma (especialmente ante la inocente mirada de Gus), poco a poco va dejando caer esa fachada, va mostrando la hilacha, revelando a una mina... a la deriva, sin rumbo. Por lo general, comienza teniendo buenas intenciones, genuinas, pero rápidamente se deja llevar por las emociones y toma decisiones apresuradas (y casi siempre equivocadas). Es una de esas personas que no saben estar solas y siempre dependen de estar bien con alguien, aún cuando ese bienestar sea una truchada o por simple interés de su parte. En varias oportunidades, Mickey termina siendo mala persona, mala compañera y mala amiga; a veces por separado y a veces todo junto. Pero a diferencia de Gus -y esto es vital en la construcción y crecimiento del personaje- ella logra reconocerse como tal, ver sus errores, sus cagadas, e intenta salir de esa situación y ser "mejor persona". Quizás eso le sale como el orto y falla miserablemente y termina empeorando todo. Pero es justamente ese factor lo que la convierte en un personaje más real y apasionante de presenciar. ¡Hinchamos por Mickey, queremos que le vaya bien, que pueda superar ese pozo adictivo y de auto-boicot!
Y sí, flaco, ¡y sí! ¡Algo habrás hecho! |
¿Hinchamos de igual manera por Gus? Mmmh... no tanto, eh. A veces tiene actitudes que lo hacen realmente infumable, y te encontrás hablándole a la pantalla, diciéndole "Uh, flaco... sos un tarado; así te va". Por momentos es medio asqueroso, terco, y cuando algo le molesta, rápidamente pierde esa galantería y encanto que tenía al principio. Como bien le señala Mickey en una escena, es de esas personas que te dicen "Siiii, todo bien, no pasa nada..." y tres segundos más tarde empiezan a portarse como pelotudos con diploma, lo cual es peor, porque significa que tienen una "falsa caballerosidad", pretendiendo dar una imagen que en realidad no se sostiene con sus acciones.
Respecto al elenco de personajes secundarios, definitivamente hay que destacar a Bertie (Claudia O'Doherty), la roomate australiana de Mickey. Con su personalidad siempre positiva y allá arriba, y su amplia sonrisa de dientes pronunciados, la primera impresión que nos da Bertie es la de la extranjera ingenua que no caza una. Pero en cuanto se relaja un poco y se suelta, se convierte en el personaje más divertido de la serie y en el más buenazo de todos, por lejos.
Yo me quedo con vos, Bertie ^_^ |
Para cerrar (¡por fin!), creo que Love termina convenciendo y ganándote porque supera el obstáculo más difícil que tienen las comedias románticas: que la pareja sea creíble. Quizás, viendo las fotos que acompañan esta reseña, digas "Hurm... ¿y se supone que ELLA va a salir con ÉL?". A lo cual yo respondo a lo Guido Kaczka: "¿Sabes que SÍ? ¡¿Sabes que SÍ?!". Debido a sus historias individuales, y a la gran actuación de ambos actores protagonistas (especialmente de ella), es totalmente convincente y verosímil que se sientan atraídos el uno por el otro; como espectador entendés perfectamente qué se ven entre sí, y qué motivos -conscientes e inconscientes- tienen para buscarse.
Y también para distanciarse.
Y también para distanciarse.
VEREDICTO: 8.5 - ¡EL AMORRRR...!
Los 10 episodios que componen la primera temporada de Love le permiten a Apatow y Rust crear una comedia romántica (bah, por momentos) de más de 5 hs. de duración, sin la urgencia argumental de recurrir a encuentros fortuitos ni situaciones inverosímiles. La historia se toma su tiempo para mostrarnos y permitirnos conocer a cada integrante de la "parejita", y reciéeeen después los vemos empezar a conectar en serio. Esta familiaridad con las situaciones representadas, sumado a que esta vez los protagonistas son más jóvenes y sin hijos, te permite sentirte identificado en más de una oportunidad y, por qué no, algo avergonzado de haber hecho o dicho la misma burrada que ellos.
Me gustó la serie, fácil de ver y muy llevadera. Estoy de acuerdo con la puntuación. Aunque para mi la actuación de gus también es muy buena, y se hace cargo de sus falencias como lo hace Mickey. Ambos trabajan muy bien. Se toca muchas adicciones con mucha altura. Creo que todos en algo de algún personaje nos vemos reflejados. Los personajes secundarios están muy bien planteados y representan una gran paleta de personalidades. Muy buena crítica. Poco benévolo con Gus.
ResponderBorrar