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la cuarta pared

jueves, 14 de enero de 2016

Review: LA GRAN APUESTA


By on 4:55 p.m.



La Gran Apuesta (o The Big Short) es una película que parte de una premisa compleja: el colapso del mercado financiero de los Estados Unidos en 2007 y la consiguiente crisis económica. Los conceptos económicos son complicados de explicar a la media de la humanidad, por la cantidad de variables en juego y por la abstracción propia del asunto. Pero a la hora de cerrar números: ¿sale ganando o termina en bancarrota?

La película arranca muy bien, consciente de esta complejidad, explicando de la manera más didáctica y dinámica posible -y con una gran cuota de humor-, mediante imágenes de archivo y diagramas, dónde se origina la fisura que, años después, producirá el colapso. Los veinte minutos iniciales de la cinta son fundamentales para comprender todo lo que sucederá después si uno no es un economista avezado.

Transcurrida esa primera parte, ya la historia se vuelca de lleno a la presentación e interacción de los personajes principales, pero siempre volviendo a la explicación en tono documental (o no) de los nuevos conceptos que va introduciendo; por ejemplo: "Y ahora, Margot Robbie bebiendo champagne en una bañera nos explicará lo que acabamos de decir". Esta intertextualidad, esta fragmentación del relato, hace que la película de a ratos se pueda volver tediosa y difícil de seguir, sobre todo por la enorme cantidad de información completamente desconocida que nos proporciona. Pero, si la seguís, termina siendo un acierto: todo se vuelve inentendible sin estas paradas técnicas.

Claro, se la pasa boludeando en el trabajo pero nadie le dice nada porque es Batman.

La trama en sí gira en torno a cuatro analistas/inversores independientes que, analizando determinados parámetros, llegaron a la conclusión que la fisura se produciría tarde o temprano. Michael Burry (interpretado por Christian Bale) es un personaje muy extraño, muy antisocial, con un ojo de vidrio, completamente desestructurado, que es el primero en vaticinar el caos y decide, ante la risa de los agentes bancarios, comenzar a invertir en comprar bonos apostando en contra del mercado inmobiliario; un mercado hasta ese momento completamente sólido, que nadie creería que podría llegar a desplomarse. Estos movimientos de Burry le llaman la atención al narrador de la película, Vennet (Ryan Gosling), que también empieza a hacer un esfuerzo sobrehumano para conseguir financistas que quieran jugar el mismo juego de Burry. Obviamente es rechazado por las principales casas financieras con el mismo pretexto: el mercado inmobiliario es demasiado fuerte y apostar en contra de él es perder el dinero directamente. Aún así, y por error, da con el idealista Mark Baum (Steve Carrell), quien ya viene notando que hay cierto fraude y cierta conspiración en el mundo de las finanzas, que no es transparente en absoluto, y que, luego de hacer algunas investigaciones junto con su equipo, comprueba que la tesis de Vennet es cierta y decide comprar bonos, lo que conlleva un dilema que enriquece profundamente su personaje: ¿es lícito ganar dinero en base a una crisis mundial de la economía que dejará a millones de personas sin casa ni trabajo? Y, completando el que quizás sea el mejor reparto que hemos visto en los últimos meses, vuelve al mercado de finanzas Ben Rickert (un irreconocible Brad Pitt), para ayudar a dos novatos a concretar su inversión para llevarse una tajada también a costa de la crisis mundial.

La película quizás, por momentos, peca de ser demasiado técnica y de centrarse mucho en intentar que los conceptos económicos queden claros, desperdiciando así la posibilidad de profundizar en los costados humanos de los protagonistas. Al principio, en la presentación de cada uno de ellos, se esbozan las personalidades e historias personales, que parecen haber sido minuciosamente construidas para el desarrollo de la historia pero, al final, quedan completamente fuera de la historia. Probablemente, en una segunda visualización, con el foco menos puesto en entender la crisis, se pueda hacer una lectura más profunda de los pequeños gestos y movimientos de cada actuación. Por cierto, hay que destacar que juntar un gran elenco no siempre es garantía de buenas actuaciones. Ese era justamente uno de mis principales miedos al enfrentarme a esta cinta. Por suerte, todos superan el reto con creces; parece haber algún tipo de competencia implícita entre todos los artífices de la historia por ver quién se destaca actoralmente: el nivel logrado es impecable, incluso en los personajes secundarios.

Todos se la agarran con Vennet por mear la tabla en el baño de la oficina.

El director, Adam McKay, es el histórico realizador de muchas de las películas de Will Ferrell (las dos Anchorman, Stepbrothers) y demuestra que lleva el ritmo y el dinamismo de la comedia en la sangre, pudiendo trasladarlo a temáticas mucho más engorrosas que las que venía trabajando.



VEREDICTO:  8.00 - BUENA JUGADA

La Gran Apuesta termina siendo, en un balance general, una muy buena combinación: un tema complicado explicado con ritmo y dinamismo (pero con baches propios de su complejidad), y un gran elenco con actuaciones impecables. Recomendación: no intenten verla cansados o distraídos; para disfrutarla no le podés perder pisada ni por un frame.


La Cuarta Pared

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