multiplex
la cuarta pared

lunes, 5 de octubre de 2015

Review: HELLIONS


By on 10:11 a.m.


Desde su óptica adolescente, Dora Vogel (Chloe Rose) se encuentra en serios problemas: tiene sólo 17 años, tuvo sexo una sola vez y quedó embarazada. Chistes al margen sobre la puntería y efectividad de su novio, su realidad se derrumba, porque obviamente a esa edad no se le pasa por la cabeza ponerse contenta por estar trayendo una vida al mundo, sino que la responsabilidad y en un punto la vergüenza recaen sobre sus hombros con la fuerza de mil castigos medievales.

Debatiéndose entre contarle o no a su madre, quedándose sola en su casa a la espera que su novio la pase a buscar para ir juntos a una fiesta de Halloween. Pero la espera se dilata, él no responde los llamados, y se suman a su angustia unos pequeños que tocan la puerta de manera insistente pidiendo dulces pero sin hablarle; simplemente se paran allí, extienden sus bolsas y la inquietan.

La trama es bastante estúpida, a decir verdad: esos niños son Hellions (y en realidad suponemos que son niños por la altura y las voces, pero como están disfrazados nunca vemos sus caras), seres que no sabemos de dónde vienen pero sí lo que quieren: al hijo de Dora, que crece descomunalmente en su vientre, como si los nueve meses de gestación se condensaran en la hora y media de película. Con varios ayudantes (un policía que algo sabe sobre estos seres, y el médico que le cuida el embarazo), Dora tratará de salvarse y de salvar a su hijo. O no.

El extraño viraje de color.

La falta de información que en otras cintas se hace crucial, es el principal caballito de batalla de la cinta. No sólo no vemos los rostros de los Hellions ni sabemos qué tipo de "poderes" tienen, sino que el ambiente en general también se enrarece, se convierte en pesadilla, se diluyen completamente los límites entre realidad y fantasía. Por momentos, el tiempo, el espacio y las leyes de la Física se rompen, incluso toda la imagen vira a un tono rosado que por algún motivo me remitió a algún extrañado paisaje bradburiano.

Las reglas que aplican a la lógica cotidiana no tienen lugar: no sabés si la acción transcurre en este planeta, en este plano, en esta dimensión, entonces cualquier pedido de ayuda tradicional, un grito o un llamado telefónico, se vuelve absurdo. Sólo sirve correr, escapar y apoyarse en el descubrimiento casual que la sal los reduce.

¿Nace? ¿No nace? ¿Pesadilla? ¿Realidad?

El crecimiento anormal del bebé también suma muchos puntos a esta intriga creciente, porque, amen de escapar de los Hellions, no sabemos nada sobre la cuota de maldad en el nonato, ni sabemos por qué lo quieren con tanta vehemencia: no sabemos, en definitiva, si el mal mayor se encuentra afuera o adentro de Dora.



VEREDICTO:  7.0 - MENOSPRECIADA

Las críticas en general han sido bastante duras: la trama es fácil, tonta, simple, sin sorpresas ni sobresaltos. Pero el abismo entre lo que vos sabés que pasa y lo que pasa realmente, es tan grande que genera miedo, inquietud e incertidumbre. El viejo precepto de "le tememos a lo desconocido" está muy bien usado, y Hellions sabe lograr momentos donde inquieta sobremanera. 


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