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la cuarta pared

jueves, 24 de septiembre de 2015

La historia de los trailers


By on 2:48 p.m.


Uno está tan familiarizado con los trailers que ni se pregunta dónde o cómo surgieron: son pequeñas piezas audiovisuales autónomas que parecen haber estado ahí siempre, con esa naturalidad capitalista que las caracteriza, de venderte algo que muchas veces te decepciona.

Las primeras proyecciones de la historia del cine eran de cortometrajes (valga la redundancia) muy cortitos, que no necesitaban trailers; en primer lugar porque aún no existían, y en segundo lugar porque el cine en sí era todo un experimento. Hasta que un día, allá por 1913, a un tal Nils Theodore Granlund, gerente de publicidad de los Cines Marcus Loews, se le ocurrió que podía incluir durante las funciones una breve promoción del musical The Pleasure Seekers, a punto de estrenarse en Broadway. Ante la buena recepción del público, el año siguiente logró estrenar el trailer (ahora sí) de una película. ¿Por qué tanto tiempo después? Porque fue idea de las salas realizarlos: ellos se consideraban los encargados de que la película llegue al público, entonces decidieron instaurar los avances, produciéndolos por su propia cuenta.

Es justamente en esta etapa donde surge el nombre de trailers: iban al final de cada película (trailer = remolque, sí, como el canastito que todos usamos enganchados en nuestros autos para llevar nuestras motos de agua. ¿Cómo que no tienen uno?). Pero, al terminar la película la gente simplemente se marchaba, así que los programadores comenzaron a ponerlos adelante, al empezar la función.

En 1916 la Paramount creó la NSS (National Screen Service), división encargada de la distribución de los trailers de sus cintas, lo que actualmente hace a nivel local, entre otras empresas, Filmsuez (re que vieron la placa mil veces en la sala y ni sabían qué era, ¿no?). Y de ahí en más se desarrollaron muy en paralelo a lo que fue la industria cinematográfica. El primer film en tener trailer sonoro fue, justamente, el primer film sonoro, The Jazz Singer (1927).

Pero volvamos cronológicamente a la historia. En sus inicios, eran imágenes de las películas con textos promocionales superpuestos, no más que eso; es decir, no generaban ningún tipo de narrativa propia.



Años después, sí, ya se empezaron a editar las imágenes con cierta relación, buscando transmitir en pocos minutos la emoción general de la película. También dio inicio la tendencia de la exageración en letras enormes: "La historia de amor más conmovedora jamás contada" o "La comedia más divertida del año" son algunas de estas hipérboles que colman los avances.



Más adelante, al llegar a la década del '60, los estudios comenzaron a delegar los trailers a las agencias de publicidad, lo que derivó en la búsqueda de una identidad para cada género o director, calmando un poco los rótulos hiperbólicos del período anterior (reservándolos casi exclusivamente para las cintas de ciencia ficción), pero tomándose su tiempo para hacer más hincapié en la aparición de los actores que en la historia en sí.



Algunos directores en particular forjaron su propio estilo: éste es el recordado caso de Alfred Hitchcock, por ejemplo, quien disfrutaba apareciendo él mismo en pantalla contándote de qué se trataba la película y mostrándote los sets de filmación, como en el trailer de Psycho.


Otro que puso su marca personal a la hora de generar trailers bastante alejados de los standars de la época fue Stanley Kubrik


The Night of the Iguana, de John Huston, de 1964, introduce algo que nos parece fundamental hoy en día pero que hasta ese momento no existía: la música diseñada especialmente acorde al montaje del trailer.



Cuando en los '70 llegan las grandes superproducciones, los trailers se achican en duración y surgen dos sub-géneros: los spots televisivos y los teasers. Comienza a ganar lugar lo efímero, por lo que es necesario dosificar la novedad para mantener cautivo a la audiencia.


Ya en los '80, con la llegada del VHS, los trailers tambien vinieron por defecto en las cintas hogareñas. Podías verlos o adelantarlos, hasta que finalmente con la llegada del DVD podías directamente saltearlos. Los formatos hogareños fueron además la plataforma de lanzamiento de muchas películas que no serían exhibidas en sala. E inventaron así un pequeño formato que a todos nos revuelve el baúl de la nostalgia: los spots antipiratería y el inolvidable Marajá de San Telmo


Actualmente, con internet y los viejos nuevos medios, los trailers nuevamente se resignifican. Pueden filtrarse desde alguna convención y reventar cualquier red social. Pueden tener un lanzamiento oficial asignado para darle formalidad al asunto y estallar las redes sociales, pero esta vez con previo aviso. O pueden ser los fans quienes exploran el lenguaje de los avances generando sus propios trailers fan fiction de películas que quizás nunca existan, pero con gran alta calidad final.


Y ni hablar de los trailers de los films dramáticos que, de entrada nomás, ya sabemos son serios candidatos al Oscar como Mejor Película: son tan estructurados en su formato, que hasta se puede armar una guía paso a paso sobre su montaje y lugares comunes ("Catchphrase! Catchphrase!"):



Pero entre todas estas cosas locas que nos trae internet, no sólo hay parodias o recreaciones cuadro por cuadro de trailers existentes, sino que también, dentro de las películas que nunca van a existir (aunque no hay que perder las esperanzas) hay propuestas filmadas especialmente y no generadas con material de archivo y VFX (como el trailer que les mostré arriba). Un buen ejemplo de esto, es el trailer de la (supuesta) película de El Chavo del 8:


Hay incluso canales de YouTube que son pura y exclusivamente de trailers. La web cinéfila por excelencia, IMdB, te recibe siempre en su inicio con los últimos avances oficiales que han salido a la luz. Y ya es habitual la existencia de un teaser trailer, cumpliendo un rol de trailer del trailer. ¿Qué sigue ahora? ¿Un teaser del teaser? Ah no, pará... eso ya existe:


Afortunadamente, cada tanto a alguno se le enciende la lamparita y nos trae un adelanto algo más original y único, en lugar de ser una simple versión (más) editada del posterior trailer. ¿Ejemplo? El teaser de la próxima Deadpool, lanzado un día antes que el trailer propiamente dicho:


A esta altura, los trailers son algo así como un mal necesario: el trailer bien hecho, bien pensado y editado, te deja expectante y cebado en la medida justa, sin mostrarte demasiado de la película pero tampoco sin tenerte a ciegas. Por otro lado, los trailers mal hechos son los que te muestran demasiado y te arruinan un poco la película (algo que lamentablemente suele suceder con las comedias, que te cagan los chistes buenos ya en los avances). Sea cual sea el resultado final y su eficacia, no cabe duda que se han convertido en una especie de sub-industria del cine.

Es por eso que... ESTA PRIMAVERA... LOS MEJORES Y MÁS RECIENTES TRAILERS... LOS VERÁS EN EL SITIO MÁS ALOCADO DE TODA LA RED... La Cuarta Pared.

(Próximamente en las mejores tablets)


La Cuarta Pared

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