Review: EL REGRESO DE MARY POPPINS

Nunca vi Mary Poppins. Listo, lo dije. Es bueno comenzar una nota con una frase polémica. Atrapa la atención del lector instantáneamente. Pero antes de que prendan las antorchas y comenten enfurecidos que quién se cree este crítico para escribir sobre la secuela de una película que nunca vio, quiero agregar que esto en absoluto disminuyó mi experiencia con el filme. Es más: tal vez haya sido una ventaja.

Porque no hace falta ver la original para darse cuenta de que El Regreso de Mary Poppins sigue muy fielmente el camino creado por su predecesora de 1964. Desde las actuaciones hasta el diseño de producción, desde los efectos especiales hasta la música y las canciones, no hay nada original acá. Sin embargo, la recreación es tan precisa que uno termina dejándose llevar por el encanto prefabricado del filme.

La diva de las niñeras mágicas.

La historia se sitúa 25 años después de la primera entrega. Los hermanos Jane y Michael Banks, los niños de aquella vez, ahora son adultos (interpretados por Emily Mortimer y Ben Whishaw, respectivamente) y tienen problemas acordes a su edad: el banco está a punto de quitarles la casa en la que crecieron. Los tres hijos de Michael no saben cómo ayudar hasta que se cruzan con la legendaria niñera mágica, quien nuevamente trae fantasía para los más pequeños y lecciones de vida para los mayores.

El personaje titular es ahora encarnado por Emily Blunt y supongo que se pegó mucho a la interpretación de Julie Andrews, porque fue el único elemento del filme que no me convenció ni me maravilló. Quizás porque tengo una imagen mental bastante firme de la película. Sí, aunque no la haya visto, pero ¿quién no la tiene? Es un clásico, y el director Rob Marshall ha logrado que todo lo que la convirtió en un clásico esté aquí también.

Los números musicales con fondos completamente animados en 2D hacen su regreso.

Tal vez la parte más difícil (después de la niñera en sí) de recapturar de la cinta original sea la música. Por suerte, en ese aspecto, El Regreso de Mary Poppins es un gran triunfo. La banda sonora compuesta por Marc Shaiman (el mismo de South Park: Bigger, Longer & Uncut, quién lo diría) es casi otro personaje más, siempre presente y no tan latoso como pudiera haber sido. Mientras que las canciones, escritas por Shaiman y su colaborador Scott Wittman, no tienen nada que envidiarle a las de los hermanos Sherman.

No vi Mary Poppins pero sí vi Saving Mr. Banks, la película que reescribe la historia de la creación de Mary Poppins y se caga en la autora original P. L. Travers, que el resto de su vida acusó a Walt Disney de haber arruinado su obra literaria. Podríamos hablar un poco más sobre cómo ahora la compañía del ratón está básicamente bailando sobre la tumba de Travers, pero ya habrá tiempo luego. Por ahora, demos un pasito luminoso y salgamos a volar una cometa. Barrilete, quise decir, sorry.

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¿Derivativa de la original hasta el hartazgo? No les quepa la menor duda. Pero aún así, es difícil no caer de rodillas ante El Regreso de Mary Poppins, que seguramente deslumbrará a los fans de la original y se meterá a las nuevas generaciones en el bolsillo.