Tres años después de su anuncio, y tras varios cambios de planes en el medio (¿se acuerdan que al principio iba a estar dividida en dos partes?), sumado a decenas y decenas de rumores, desmentidas, nuevos rumores, nuevas desmentidas, dos películas vapuleadas por la crítica y los fans (Batman v Superman: Dawn of Justice y Suicide Squad), y otra adorada por el mundo entero y que batió todos los récords (Wonder Woman), finalmente la Liga de la Justicia, el equipo de superhéroes por excelencia (todo bien con Marvel Comics, pero... dale, no hay comparación) hace su debut en la pantalla grande de la mano del siempre polémico y divisivo Zack Snyder. ¿Podrá Snyder corregir el curso que él mismo trazó previamente? ¿O el DC Expanded Universe está destinado a ser el perro que se persigue siempre su propia cola?
Si estás leyendo esto es porque la ansiedad te supera y ya conocés bien a los personajes y sabés que, en esta ocasión, tras la muerte de Superman y con la amenaza de una invasión, Batman y Wonder Woman deciden armar un equipo e intentar hacerle frente a la situación. Listo, ya está. Ahora vayamos directo al grano y empecemos por lo peor que tiene el film.
El primer acto sin lugar a dudas es el más flojo. Snyder y el guionista Chris Terrio caen en la trampa de querer presentar a todos los personajes brevemente y de la manera más escueta posible. En algunas instancias funciona bien, como con Wonder Woman y Batman (en una escena con una fotografía impecable, por cierto), pero porque ya los conocemos. En los otros casos, con los nuevos protagonistas, la narrativa trastabilla un poco. En ningún momento llega al nivel caótico de la presentación de personajes en Suicide Squad (gracias a Dios y la Virgen), pero no deja de ser irregular. Y este es quizás el mayor problema de toda la película: se ve obligada a introducir cuanto antes a varios personajes nuevos, de los cuales sabemos poco y nada (siempre hablando de lo que sabemos de ellos en el universo diegético de los films, no de nuestros conocimientos de años y años de leer cómics en el baño). Por ejemplo, la introducción de Mera (la bellísima Amber Heard) es notablemente chapucera mediante un diálogo con Aquaman que no puede ser más forzado e incómodo, como cuando en el cumpleaños de tu suegra terminás sentado frente a la tía insoportable y la vieja te saca charla toda la noche. Los realizadores tienen que hacer en el primer acto lo que no hicieron en tres películas. Claramente tenían todas las de perder.
El otro gran punto desfavorable es... ¡sorpresa!... el villano. Perdón por ser tan directo, pero ya me tienen los huevos llenos con los villanos creados por CGI. No les pido que intenten algo como el paupérrimo Apocalipsis de Oscar Isaac, pero aflojemos con los grafiquitos por computadora, muchachos; especialmente en el DCEU. Como personaje, Steppenwolf amaga con tener algo más de relevancia al mencionar su pasado milenario y su relación con los Viejos/Nuevos Dioses... pero todo queda ahí, en menciones, sin mostrar casi nada más allá de la escena de combate inicial (la cual, hay que reconocerlo, se ve épica). En definitiva, Steppenwolf termina convirtiéndose en otro Doomsday más pero con un curso terciario y pronunciado acento británico.
Si estás leyendo esto es porque la ansiedad te supera y ya conocés bien a los personajes y sabés que, en esta ocasión, tras la muerte de Superman y con la amenaza de una invasión, Batman y Wonder Woman deciden armar un equipo e intentar hacerle frente a la situación. Listo, ya está. Ahora vayamos directo al grano y empecemos por lo peor que tiene el film.
El primer acto sin lugar a dudas es el más flojo. Snyder y el guionista Chris Terrio caen en la trampa de querer presentar a todos los personajes brevemente y de la manera más escueta posible. En algunas instancias funciona bien, como con Wonder Woman y Batman (en una escena con una fotografía impecable, por cierto), pero porque ya los conocemos. En los otros casos, con los nuevos protagonistas, la narrativa trastabilla un poco. En ningún momento llega al nivel caótico de la presentación de personajes en Suicide Squad (gracias a Dios y la Virgen), pero no deja de ser irregular. Y este es quizás el mayor problema de toda la película: se ve obligada a introducir cuanto antes a varios personajes nuevos, de los cuales sabemos poco y nada (siempre hablando de lo que sabemos de ellos en el universo diegético de los films, no de nuestros conocimientos de años y años de leer cómics en el baño). Por ejemplo, la introducción de Mera (la bellísima Amber Heard) es notablemente chapucera mediante un diálogo con Aquaman que no puede ser más forzado e incómodo, como cuando en el cumpleaños de tu suegra terminás sentado frente a la tía insoportable y la vieja te saca charla toda la noche. Los realizadores tienen que hacer en el primer acto lo que no hicieron en tres películas. Claramente tenían todas las de perder.
El otro gran punto desfavorable es... ¡sorpresa!... el villano. Perdón por ser tan directo, pero ya me tienen los huevos llenos con los villanos creados por CGI. No les pido que intenten algo como el paupérrimo Apocalipsis de Oscar Isaac, pero aflojemos con los grafiquitos por computadora, muchachos; especialmente en el DCEU. Como personaje, Steppenwolf amaga con tener algo más de relevancia al mencionar su pasado milenario y su relación con los Viejos/Nuevos Dioses... pero todo queda ahí, en menciones, sin mostrar casi nada más allá de la escena de combate inicial (la cual, hay que reconocerlo, se ve épica). En definitiva, Steppenwolf termina convirtiéndose en otro Doomsday más pero con un curso terciario y pronunciado acento británico.
Reunión de consorcio en la terraza. |
Aún así, a pesar de jugar contra el reloj, Justice League logra definir a los tres nuevos héroes con bastante claridad: Barry Allen/The Flash (Ezra Miller) es el novato que utiliza su humor para intentar disimular su inseguridad; Victor Stone/Cyborg (Ray Fisher) es el joven atleta que súbitamente ve modificado su prometedor futuro y no termina de encontrar su lugar; y Arthur Curry/Aquaman (Jason Momoa) es sencillamente el tipo que sabe que es groso y no se molesta en hacerse el humilde. Cada uno de ellos cumple con creces en sus interpretaciones, en especial Flash, con Miller interpretándolo como un joven inquieto y espontáneo que se ve sobrepasado por la situación pero igual se mete de cabeza; y Aquaman, con Momoa que va a terminar comiéndose al personaje como ocurrió en su momento con Robert Downey Jr. y Tony Stark; no sería nada raro que DC Comics dentro de unos años comience a modificar al Aquaman de los cómics para ir acercándolo a la versión de Momoa. Los otros ya son viejos conocidos: Diana es puro amor y heroísmo, mientras que Bruce la baja la espuma a su chocolate y se lo ve muuuucho menos agresivo; ¿quizás tiene que ver con que ya está viejo, o con la enorme culpa que siente el personaje por haberse mandado la cagada que desembocó en la muerte de Superman? No sé, digo. Pero incluso con este cambio de personalidad, si Batfleck no te gustó antes, eso no va a cambiar ahora.
Lo que es mejor aún, la película no solo logra exhibir con claridad las personalidades de cada uno sino también sus habilidades especiales y su grado de poder. Hay una escena en particular donde lo demuestran de manera brillante y no podés evitar sonreír de oreja a oreja (en serio, a todo el grupo con el que la vi le fascinó).
Ya hechas las presentaciones semi-formales, la narración se afirma poco a poco y logra un ritmo más estable gracias a la gran química que hay entre los miembros del equipo, que por supuesto funcionan como un engranaje bien aceitado ya de entrada; todo con esa inverosimilitud propia de un cómic de superhéroes. Desde el argumento, la trama es bastante simple y lineal, con las Mother Box empleadas como McGuffin para que ocurra todo lo que tiene que ocurrir. De hecho, y de manera algo sorpresiva en esta era hollywoodense de universos de franquicias, esa simplicidad se debe a que la historia prácticamente se enfoca en sí misma sin irse por las ramas, tratando de cuidar lo que tiene entre manos acá y ahora. ¿Recuerdan la escena de Batman v Superman donde Flash se le aparece a Bruce para advertirle de algo/alguien? ¡Bien por ustedes!, porque los guionistas no se molestaron en ofrecer la más mínima respuesta al respecto. Esta vez es todo mucho más directo y "a los bifes", sin preocuparse por plantar una docena de semillas para las eventuales secuelas y spin-offs (hay algo de eso, pero no es alevoso). Sus poco menos de 2 horas de duración impiden que la historia se vaya por las ramas mientras prepara el terreno para la película del primo espía de Alfred o cosas por el estilo.
Jason Momoa haciendo de Jason Momoa con un tenedor gigante. ¡Como corresponde! |
Detrás de las cámaras, Snyder hace lo suyo pero esta vez se lo percibe mucho más contenido, sin abusar tanto de sus recursos. La mayor parte de la película tiene su filtro de color favorito, hay un mini-videoclip con música de Leonard Cohen y hasta vuelan naranjas en cámara lenta. Todo eso está, por supuesto. Es su sello. Sin embargo, la estética general es mucho más vistosa y menos opresiva que en BvS; ¡hasta me sorprendí que haya un combate a plena luz del día! Se le pueden criticar muchísimas cosas a Snyder, pero hay algo que no se le puede negar: visualmente es un gran director, con un estilo propio y bien definido (algo que, en lo personal, valoro muchísimo en un cineasta). Te puede gustar o no, pero que lo tiene, lo tiene.
Por otra parte, es bien sabido que Joss Whedon (Avengers, Firefly) se incorporó a la producción luego de Snyder abandonara en la etapa final tras el suicidio de una de sus hijas, con el creador de Buffy encargado de retocar partes del guión, dirigir los reshoots y algo de la edición final. Cuánto escribió/dirigió Whedon, qué escenas puntualmente, es algo que por ahora desconocemos... aunque tenemos una ligera impresión de saberlo en algunos casos. "El colo" es especialista en darle un aire amigable y divertido a los diálogos grupales, y definitivamente hay de esos. Liga de la Justicia tiene un tono más... ¿luminoso?... que Batman v Superman, y con varios toques de humor que por suerte nunca llegan al punto de convertirse en una Thor: Ragnarok. Eso sí: los fans acérrimos del Hombre Murciélago que antes pusieron el grito en el cielo con que "¡Batman no mata!", ahora van a quejarse con que "¡Batman no hace chistes!". No obstante, es Aquaman quien termina aportando la escena más divertida de toda la película.
Seh, estos planos sobran. Pero... ay, ¿cómo explicar lo que sentimos por esta mujer? ❤ |
Ah, y creo que está de más decirlo a esta altura con las películas de superhéroes, pero aún sigo viendo pánfilos que se levantan y se van apenas arrancan las créditos. Hay dos escenas post-créditos, las cuales, y a diferencia de que ocurrió con Thor: Ragnarok, sí valen la espera. Especialmente la primera, que representa todo lo maravilloso y genial de DC Comics.
VEREDICTO: 7.0 - CON "S" DE ESPERANZA
Lo lamento por los fanboys que esperaron durante años, pero esta no es la película definitiva del género. Ni tampoco es mejor que Wonder Woman. De todas maneras, Liga de la Justicia logra quizás el mayor objetivo que se propuso: corregir el curso del tono general del Universo DC luego de la sombría y algo tediosa Batman v Superman. Con una gran química entre los nuevos héroes (Flash y Aquaman la rompen), algunas escenas de combate muy bien logradas y una cuota de "humor ligero" que nos recuerda a algún episodio de Justice League Unlimited, se trata de una película totalmente disfrutable, entretenida y que no se te hace larga en absoluto. Todavía les queda bastante camino por recorrer a Warner Bros. y DC. Pero trajeron de regreso la luz y la esperanza a su universo cinematográfico. Y eso no es poca cosa.
(Suelta de palomas con música de Ricardo Montaner sonando de fondo)
(Suelta de palomas con música de Ricardo Montaner sonando de fondo)
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