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la cuarta pared

miércoles, 25 de mayo de 2016

Review: X-MEN: APOCALYPSE


By on 4:21 p.m.


La segunda trilogía de X-Men prometía, desde la raíz de los episodios elegidos para ser adaptados a la pantalla, pasar a la historia. En conjunto, First Class, Days of Future Past y Apocalypse son momentos claves y fundamentales en la historia de los mutantes y, además, están llenos de temáticas que lejos de pasar de moda, son cada vez más actuales: las minorías, el sentimiento de pertenencia, la búsqueda de la propia identidad e, incluso, la posibilidad de cambiar la historia. En este contexto, Apocalypse la iba a romper. Y medio que lo único que te rompe es el corazón.

Supongamos que se nos vayan a escapar algunos SPOILERS, así que, jovencitos, estáis advertidos: peligro de ¡SPOILERS! de aquí en más.

Arranquemos por lo malo, así hacemos una especie de catarsis inicial y luego podemos concentrarnos en lo mejor de la película.

A este Cerebro no se viene a bailar.

EL VILLANO. Amamos a Oscar Isaac, muy fuerte lo amamos, pero Apocalipsis está completamente desperdiciado. No transmite miedo en ningún momento, nunca pensás que va a ganar, nunca pensás que la humanidad está en peligro. Por muchos motivos, eh: porque ya sabés que los X-Men van a derrotarlo (aunque pasaba lo mismo en Days of Future Past -DOFP- y, sin embargo, estabas con el culo en la mano toda la película); porque el personaje nunca termina de verse siniestro o intimidante, ya sea por su caracterización, por su inacción (es como lo único que va a hacer es juntar a sus jinetes, transportar su consciencia al cuerpo de Xavier, y ya) o por el humor. Hay una tendencia últimamente a poner chistes prácticamente a lo largo de toda la película, en la mayoría de las situaciones, algo que solía estar reservado a uno o dos personajes: entonces, entiendo que con con esta flexibilidad, esta búsqueda de ser amistosos, el villano no es temido ni respetado nunca. Por ejemplo, cuando recluta a Magneto, lo que hace con los obreros de la fábrica da muestra de un poder y de una crueldad enormes, pero no, démosle un tono cómico a la escena (y ojo que yo soy lo más comediafriendly del mundo, eh, pero cuando no va el chiste, no va).

QUICKSILVER. Lo amamos, eh. Mucho. Más que a Oscar Isaac. Pero, hay un exceso en su escena que la vuelve larga e incluso aburrida. La escena de DOFP tenía cierto contrapunto entre la música y la acción, y lo inesperado claro, porque fue la primera. Pero acá lamentablemente no funciona de la misma manera: el que mucho abarca poco aprieta, y la escena queda a años luz de su predecesora, volviéndose larga, redundante y aburrida.

Danos, pero no tanto.

WOLVERINE. Basta de poner compulsivamente apariciones de Hugh Jackman antes que envejezca (que de hecho ya lo hizo). Si me decís que Weapon X tiene algún peso en la trama, justifico y banco su cameo. Pero no, claro que no. Bueno, entonces, si aparece porque sí, ponéle al menos una buena escena de acción: es Wolverine, dale. Pero no, ni eso. Sale por los pasillos matando gente con menos onda que Juanita Viale en la publicidad de depilación que te pasan en medio de los trailers.

Bien por Turner: dejó de ser la boluda de Sansa.

Y listo, basta de despotricar contra lo malo, curemos nuestro corazón y pasemos a lo bueno.

Lo que sigue pasando con la saga de X-Men, es que la minoría que representan sigue triunfando no por sus poderes mutantes, sino por su costado humano. La panquequeada de Magneto y Tormenta en el clímax da fe de ello: se dan cuenta en qué bando tienen que estar, toman conciencia que el proyecto de Xavier es el más noble siempre, y desde ese apoyo racional y completamente humano, la trama empieza a resolverse. A lo que se suman otros condimentos propios de los hombres: el apoyo, el compañerismo, el sacrificio. Los Hombres X siempre triunfan, no necesariamente porque son más poderosos, sino porque son más humanos. Y eso trasladado a cualquier minoría en una lucha por subsistencia social, por así decirlo, es un mensaje altamente esperanzador.

A pesar de ser la tercera de esta nueva saga, al introducir tantos personajes por primera vez (en el sentido de Origins, porque si bien por ejemplo Cíclope y Tormenta están en la primera saga, aquí se muestran en su juventud), se tiene que tomar un buen tiempo inicial para presentarlos. Tanto el reclutamiento por parte de Apocalipsis como la presentación de los personajes que se sumarán por motus propio a la troupe de Xavier es de lo mejor de la película: se pautan de manera clara los escenarios y las circunstancias desde donde parte cada uno y cómo van interactuando entre ellos. ¿Se podría decir que Bryan Singer es un gran presentador de personajes? Sí, se puede, porque definitivamente lo es.

Lo que te pueden aburrir los primeros tres cuartos de la película, se transforman en emoción pura en el clímax, en el enfrentamiento con Apocalipsis, cuando el villano deja de jugar a la burocracia delegando el terror y se vuelve mano ejecutora de la destrucción él mismo. Y que la batalla transcurra tanto en el mundo real como contra Xavier en su mente es la mejor resolución que la película podría tener: todos contra el malo. Aunque ya lo hayamos visto, esté trillado o sea predecible, no dejamos de disfrutar de los Hombres X actuando como equipo.

Fassbender no da más. NO. DA. MÁS.

Jeniffer Lawrence ya me tiene podrida: ¿dónde quedó lo de mutant and proud? Por favor, quedáte azul toda la película aunque tengas que estar ocho horas maquillándote antes. Fuera de ella, el cast es excelente. Fassbender y McAvoy tienen una química impresionante; Alexandra Shipp como la Tormenta punk de los '80 la rompe, pero la rompe malTye Sheridan tiene la suficiente dosis de bananez y cara de nabo como para interpretar a un Cíclope impecable; y Sophie Turner supo ponerse en la piel de una Jean Grey temerosa de sí misma, súper humana. Por su parte, Peter Evans, salvo por su escena extra-large, le da un aire de frescura y alegría a la cinta que siempre suma (aunque insisto, si el resto de los personajes fueran un poco más serios creo que en conjunto funcionaría mejor).

La escena post créditos en este caso es bastante críptica, pero así y todo despierta muchos interrogantes: Nathaniel Essex es Mr. Siniestro, uno de los telépatas más poderosos del mundo, que se ha enfrentado a los Hombres X en diferentes circunstancias. Lo que no sabemos, dada su relación con el desarrollo de las Armas X, es si la escena hace referencia a Deadpool 2 (recordemos que el mutante interpretado por Ryan Reynolds tambien es un Arma X), a la tercera película de Wolverine (que acaba de comenzar su rodaje) o a la rumoreada New Mutants. Vaya uno a saber, quizás incluso lo veamos en la cinta de Gambito con Channing Tatum a la cabeza (mirá cómo no pierdo oportunidad de hacerte pensar en Tatum, eh... Tatum ♥ )



VEREDICTO 7.0 - CASI APOCALÍPTICA

X-Men: Apocalypse es sin dudas una muy buena película, pero falla en demasiadas cuestiones como para ser considerada la mejor de la saga, sobre todo porque DOFP había dejado la vara muy alta. Filme por momentos aburrido que logra un muy buen clímax pero, lamentablemente, es el que menos sentimientos te moviliza de la última trilogía.


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