Como cada 1º de Mayo, se conmemoró en todo el mundo el Día Internacional del Trabajador, en homenaje a los sindicalistas anarquistas conocidos como los mártires de Chicago, ejecutados por exigir una jornada laboral de 8 horas diarias.
Elegimos entonces, porque en realidad nos apasionan las listas y los rankings y cada efeméride es una excusa para darnos un gusto y compartirlo con ustedes, 10 películas de distintas épocas y países que retratan de alguna u otra manera la relación entre el hombre y el trabajo.
Sin más preámbulos...
LA MÁS BELLA (Ichiban Utsukushiku - Akira Kurosawa - Japón, 1944)
En la Segunda Guerra Mundial, una
fábrica japonesa de armamentos de guerra que emplea exclusivamente
mujeres debe aumentar su productividad debido a la suba de la
demanda por el estallido del conflicto bélico. Las mujeres que
trabajan asumen con total conciencia de patriotismo el desafío, pero
conseguirlo se complicará debido a problemas personales y
enfermedades. No es la película más brillante de Kurosawa, pero es
lo mejor que pudo hacer en ese momento en medio de la censura que sus
últimos intentos de proyecto venían sufriendo. Con una estética
que podemos calificar como neorrealista, el director da cuenta de la
durísima realidad que hay detrás de todos los mecanismos de guerra: manos, ojos, y almas humanas que colaboran con su construcción.
FULL MONTY (The Full Monty - Peter Cattaneo - Reino Unido, 1997)
Yorkshire supo tener un pasado de gran
prosperidad económica en la industria metalúrgica. Pero, con los
avances tecnológicos masivos, muchos operarios fueron despedidos y
reemplazados por máquinas. Cansados de buscar y rebuscar empleo, Gaz (Robert Carlyle) y Dave (Mark Addy) asisten a la fiebre desatada por la presentación de un
grupo de strippers profesionales y se dan cuenta que pueden hacer lo
mismo. En medio de una cadena de eventos desopilantes, conforman un
equipo, ensayan, se ponen en forma y consiguen dar un show y hacer
enloquecer a la platea femenina. Pensándola en detenimiento, la
película habla de un mecanismo muy habitual por parte del hombre
para conseguir trabajo: frente a la falta de inserción en un mercado
laboral preestablecido, genera una necesidad que le genere ingresos o
cubre una función determinada de manera independiente, sin esperar
que un jefe lo contrate.
EL MÉTODO (Marcelo Piñeyro - Argentina/España, 2005)
Basada en la obra de teatro "El Método Gronholm" de Jordi Galceran, la película de Marcelo Piñeyro se sitúa en una Madrid convulsionada económicamente. En este contexto, un grupo de siete desconocidos, aspirantes a un puesto ejecutivo, asisten a una entrevista de trabajo donde aceptan ser seleccionados mediante "el método", del que nadie había escuchado hablar jamás, y no tardan en descubrir que el método en cuestión no es más que una serie de mecanismos mentales para sacar lo peor de cada uno a la luz. Menos mal que a nosotros nos hacen dibujar un tipito bajo la lluvia o describir qué vemos en las manchas del test de Roschrach, cuyos resultados esperados por los empleadores obviamente están en Google, por si tienen una entrevista en estos días (ojo, yo no les dije nada, eh).
LA SALIDA DE LA FÁBRICA LUMIÈRE EN LYON (La Sortie des usines Lumière - Hnos. Lumiere - Francia, 1895)
No es ni más ni menos que la primera película proyectada ante un público pago. Asistimos a un
producto doblemente documental: por un lado, es la primera vez que
se cristaliza en una cinta un espacio real, y personas reales, con su
ropa, sus actitudes y sus movimientos (la fantasía de cualquier
arqueólogo, ¿quién no daría todo por ver una cinta capturada en el antiguo Egipto?); y por otro lado, documenta el nacimiento mismo del
cine, porque más allá de lo que muestra, tiene un valor en sí mismo como
el nacimiento del séptimo arte. Si bien se plantea la discusión
sobre la objetividad de las imágenes (porque no se trata de actores sino de la vida real, pero también la elección de dónde poner la
cámara y qué momento retratar ya implica una subjetividad), no deja
de tener un enorme valor sociológico y ser objeto de estudio
recurrente de los historiadores del cine: siempre tiene una lectura
nueva.
LOS BAÑEROS MÁS LOCOS DEL MUNDO (Carlos Galettini - Argentina, 1987)
Debido a la torpeza característica de la Brigada Z, son expulsados de la fuerza policial luego de haber provocado un escándalo en un agasajo diplomático. Deciden tomarse vacaciones pero los desvalijan en el camino y después de hacer dedo infructuosamente, llegan a Mar del Plata, donde consiguen trabajo primero en el puerto, luego en una fábrica de alfajores y finalmente en el balneario de Victoria (Mónica Gonzaga), donde ocupan distintos puestos para compensar las siestas que se pega León (el "Facha" Martel), quien además de ser bañero trabaja por las noches en el casino. Esta exigencia laboral no le impide unirse a la Brigada Z para desenmascarar a un grupo de delincuentes que roba el casino ni le impide tocar la armónica en sus escasos ratos libres. La decisión de los protagonistas de seguir trabajando en el balneario a pesar de haber recuperado el dinero que les habían robado y el énfasis de León en seguir con su doble jornada laboral para conseguir poner su propio balneario, hablan de una actitud de lealtad al trabajo tan grande que la hace merecedora de estar en este listado.
LADRONES DE BICICLETAS (Ladri di
Biciclette - Victorio de Sica - Italia, 1948)
La película es considerada uno de los
emblemas del neorrealismo italiano y una de las mejores películas de
la historia del cine. Con la destrucción de los grandes estudios de
Cinecittá durante la Segunda Guerra Mundial también es destruida la
figura del héroe, del gran hombre que había reinado en el cine
italiano hasta entonces, y las historias comienzan a versar sobre
anécdotas más pequeñas, cotidianas, del hombre común y corriente,
retratado mayormente al aire libre y con iluminación natural.
Antonio Ricci (Lamberto Maggiorani), un desempleado, consigue trabajo
pegando carteles, pero le roban la bicicleta, su herramienta de
trabajo. Asi comienza junto a su hijo Bruno (Enzo Staiola, quien en
la escena final no lograba llorar como De Sica quería, y el director
logró arrancarle el llanto guardándole en el bolsillo del saco un
atado de cigarrillos y acusándolo de robarlos) un via crucis para
recuperar el rodado y con él la posibilidad de un futuro mejor. La
película es de una sensibilidad fuera de lo común, uno no puede
evitar sentirse en el lugar de Antonio y mandarle energías para que
recupere la bicicleta cuanto antes.
SEÑOR 420 (Shree 420 - Raj Kapoor - India, 1955)
Un campesino, Raj (el mismo director,
Raj Kapoor), viaja a la gran ciudad de Bombay a pie, a buscar un
trabajo. Una vez instalado, se enamora de la pobre pero virtuosa
Vidya (Nargis) y se deja seducir por el estilo de vida fácil y sin
escrúpulos de un grupo de estafadores, convirtiéndose en parte de
ellos y perdiendo de a poco, por su falta de principios, el corazón
de su amada. Si bien el puntapie inicial de la película es la
búsqueda de trabajo y luego desemboca en una trama más bien
policial, retrata a la perfección una situación muy frecuente en
India: la migración a pie a Bombay, recorriendo grandes distancias
detrás de una esperanza laboral, que a veces se consigue y a veces
se corrompe. Y, además, siempre está buenísimo poner películas de
Bollywood en los rankings. (dicha denominación, por si no
lo sabían, surge de reemplazar la "H" de Hollywood por la "B" de
Bombay). Está completa en YouTube, sin subtítulos, no se entiende
mucho pero igual, vale la pena verla.
QUISIERA SER GRANDE (Big - Penny Marshall - EE.UU., 1988)
Si bien la trama principal de la
película gira en torno al deseo cumplido de Josh (Tom Hanks) de ser
adulto, las secuencias más desopilantes se llevan a cabo en su
entorno laboral: ¿cómo se desenvuelve un niño de 12 años en un
puesto ejecutivo en una empresa? Sí, con mucha más soltura,
creatividad y sentido común que la mayoría de los adultos. La misma
premisa es retomada en 13 going on 30 (Si tuviera 30) con Jeniffer
Garner, logrando un filme entretenido y llevadero, pero Big es una de
las grandes gemas que nos dejó la maravillosa década de los '80 y
nos recuerda, por si somos tan herejes como para olvidarlo, lo genial
que es Tom Hanks.
TIEMPOS MODERNOS (Modern Times - Charles Chaplin - EE.UU., 1936)
Un obrero (el genial Charlot) pierde la
razón luego de trabajar en una fábrica metalúrgica, siendo sólo
un engranaje más de la cadena de producción. La película
transmite claramente la postura de Chaplin respecto a las
condiciones laborales de ese momento: la producción en serie, el
stress, la deshumanización, los bajos salarios y la opresión.
Además, a lo largo de la trama, con la excusa del encarcelamiento de
Charlot y su posterior huida, se reflejan también otras problemáticas
sociales del momento. Mediante la exageración, se transforma algo
trágico en algo cómico, y es por eso que la película no pierde
vigencia e, incluso, es uno de los pocos grandes clásicos que suelen
proyectarse en las escuelas a los alumnos: sostiene la premisa de que
el capitalismo deshumaniza a las personas a través de sus mecanismos
de producción, pero como lo muestra a través de situaciones
hilarantes el mensaje tiene más llegada que si fuera lisa y
llanamente un documental sobre la situación industrial en EE.UU. en la
década del '30.
METRÓPOLIS (Metropolis - Fritz Lang - Alemania, 1927)
En el año 2026, una ciudad está
dividida en dos capas: sobre la superficie viven los intelectuales y
los que tienen el poder, y en una capa subterránea los obreros.
Maria, una pacificadora, encabeza la causa de los trabajadores en
busca de mejores condiciones laborales, pero la rebelión será
pacífica, debiendo estar alerta de la llegada de un Mesías que los
liberará de la opresión. Maria entonces es secuestrada por los
que viven en la superficie y reemplazada por un robot, que promueve
los disturbios y el descontento para romper la unión entre los
trabajadores. Luego de una peripecia que trancurre a la luz de la más
exquisita iluminación expresionista y unos decorados que marcaron
tendencia, la película concluye en un pacto entre trabajadores y
magnates a través de la unión de la razón, el corazón y el
trabajo. Los conflictos que muestra el filme siguen sin resolverse
hoy en día: sin necesariamente estar separados en los que viven en
la superficie y los que viven bajo tierra, la brecha entre los que
tienen el poder y los medios de producción por un lado, y quienes
detentan la mano de obra por otro, es cada vez más grande.
¿Qué les pareció? ¿Nos comimos alguna? ¿Alguna no la tenían ni ahí? Como siempre, amiguis, los leemos.
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