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la cuarta pared

miércoles, 26 de noviembre de 2014

RETRO-REVIEW: Dellamorte Dellamore (1994)


By on 11:13 a.m.



Para quién no lo conozca, Michele Soavi es un capo. Se hizo conocido como asistente de dirección de Darío Argento y después la rompió como director en Deliria, La Secta y El Engendro del Diablo. También fue asistente de dirección de Terry Gilliam en Las Aventuras del Barón Munchausen o sea... Un capo.  

Dellamorte Dellamore, o Cemetery Man como se la conoció en amérrrrica, o mejor en español; Mi novia es un Zombie ¯\_(ツ)_/¯ es probablemente su mejor obra. La película con la que se la jugó y la pegó. Un híbrido entre el cine giallo, las pelis de zombies, y unos toques de intelectualidad europea. Uno puede preguntarse como hará el director para hacer convivir tantos géneros en una sola película, y la verdad es que consigue hacerlo fantásticamente y de una forma muy orgánica.

La trama comienza de una manera muy sencilla. Francesco Dellamorte, interpretado por Rupert Everett es un flaquito que labura de cuidador en un cementerio. Éste tiene una particularidad: toda la gente que entierran ahí resucita a los siete días. Esto no parece ser mucho problema para nuestro protagonista, quién acompañador por su particular asistente, Gnaghi, recorre el cementerio con naturalidad, noche tras noche, devolviendo a los finados a sus tumbas con un tiro o un palazo en la cabeza.



La primera hora de película, se ocupa de cumplir con todos los preceptos establecidos del género: zombies boy scouts, zombies motociclistas, cementerios, tetas, tiros, cabezas cortadas... Pero algo raro hay... Algo no cierra. En ningún momento se siente peligro, no hay suspenso, la gente que se muere no le importa a nadie, todo lo que pasa se ve desprovisto de emoción. Y acá es dónde nos damos cuenta que esta no es la típica película de terror. Que a Soavi le chupan un huevo los zombies, quienes poco a poco van siendo menos importantes en la trama hasta que en un momento desaparecen.


La segunda mitad de la película es definitivamente la más rica. En esta instancia, el relato ya se transformó en otra cosa, centrada por completo en los conflictos internos del protagonista. En su postura sobre la vida y la muerte, en su soledad, sus problemas para relacionarse, su mal de amores. Todo esto contado desde una óptica irónica, mala leche y completamente depresiva.

Everett se luce por completo en este tramo, mostrándose como un pobre tipo, completamente ignorado por su entorno. Su objeto de deseo es una mujer sin nombre, interpretada por la bella actriz italiana Anna Falchi. Quién completa el reparto es François Hadji-Lazaro, quién personifica a Gnaghi, el fiel y retrasado asistente de Francesco, quién sólo se comunica pronunciando su nombre (Debe ser un antepasado lejano de Groot). 

Para el acto final, la trama vuelve a cambiar, y es acá donde se producen los momentos de mayor riqueza visual. Planos largos, transiciones lentas, escenas completamente surrealistas que sirven para acentuar los problemitas que tiene Francesco en la cabeza. Son estos toques de surrealidad en donde se nota la influencia de Gilliam (De hecho, el buen observador, se dará cuenta que la parca de Las Aventuras del Barón Munchausen y la de esta película, son exactamente el mismo muñeco)

A vos te conozco de algún lado...

Para terminar, voy a agregar que la película está basada en una novela de Tiziano Sclavi que no leí, ni leeré jamás, y nada... Si te gustan las pelis así locas filmadas en cementerios posta, o si querés hablar de cine de terror con tus amigos de Puán, deberías tenerla YA MISMO dentro de tus conquistas.

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