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la cuarta pared

jueves, 7 de marzo de 2019

Review: VELVET BUZZSAW


By on 9:00 p.m.



Murmullo de conversaciones. Música funcional. Cuartos de amplias dimensiones llenos de elementos que componen lo que se conoce como "Arte Moderno". A simple vista, el ambiente de un museo y todo lo que lo circunda parece ser un territorio calmo, sereno, devoto a la disciplina en cuestión, pero ¿es así realmente? ¿Qué es lo que interrumpe ese silencio? ¿Cuáles son los turbios secretos del arte y su negocio?

Velvet Buzzsaw es un film difícil de catalogar. Lo más sencillo sería decir que es una "comedia negra", pero si se la incluyera dentro del género de terror (con algunos alivios cómicos) no estaría errado tampoco. La historia gira en torno a las obras de un gran artista, ignoto hasta el momento de su muerte. Distintos personajes del mundo del arte harán lo que sea para poner sus manos (y sus billeteras) sobre el legado del difunto genio, pero hay oscuros secretos que circundan todo esto.

Jump scares, un espíritu sin calma, brutales asesinatos y escenas de violencia bien detallada le otorgan al film un color bastante oscuro por momentos. Todo se da dentro de este registro tragicómico que funciona muy bien para la trama y los personajes que la componen, y si encima a esta ecuación le agregamos algunos leves toques de ciencia ficción, la película destaca dentro del peculiar rubro ya mencionado.

Casi todos los personajes del film son, desde el primer momento, asquerosamente snobs e insoportables (en el buen sentido, si existe algo así). La frivolidad y los lazos superficiales de sus vidas y sus carreras están bien trabajados, generándole al espectador la duda de qué es realmente genuino en la vida de estas personas. Enamorados de sí mismos y, más que nada, de sus imágenes dentro del mundillo artístico, todos quedan atrapados dentro de un complejo y agobiante entramado de intereses en conflicto. Dinero, ambición, poder, engaños y mentiras a troche y moche.


La película está realizada desde una óptica con mucho foco en lo estético, acertando en el tono con la trama desarrollada. Llevada a cabo a través de planos amplios que permanentemente agrandan la perspectiva de la acción, frescas e innovadoras transiciones entre plano y plano y elementos de gore estilizados, Velvet Buzzsaw destaca con un estilo propio y bien logrado. Esto se refuerza gracias a una paleta de colores utilizada: puede manejar planos bien cargados de tonos chillones como pinceladas minimalistas y apagadas (sobre todo en las escenas de las galerías) y nunca sale de registro, volviéndose una propuesta abarcativa y sumamente disfrutable a nivel visual.

Los temas claros sobre los que trabaja la narrativa son el codicioso juego de lucrar sobre el talento de un artista muerto (y como esta condición lo sobrevaloriza de una manera irreal), el lugar caníbal y desinteresado de los críticos sobre lo genuino y lo ético, y en cierta instancia una especie de pseudo-venganza de parte de los pintores sobre sus despiadados intérpretes.

El casting es sencillamente estelar, pero no brilla tanto como debería. Esto no se produce necesariamente por los actores involucrados, sino por una trama que por momentos desvaría y no encuentra la manera adecuada para hacer funcionar a tanto a apellido dentro de la misma estructura.

Este mundillo artístico está plagado de críticos destacados como Morf Vanderwalt, interpretado por el magistral Jake Gylenhall, quien perpetua una transición fenomenal durante la película y explora al máximo las profundidades de su personaje; de grandes artistas como Piers, interpretado por el genial John Malkovic, quien queda sumamente relegado por los problemas de trama mencionados; y de vendedores de arte de ética y moral dudosa, como la Rhodora Haze de Rene Russo, quien hace un gran trabajo pero que, al igual que ocurre con Malkovic, deja la sensación de haber salido perdiendo por culpa de la inconsistencia de la trama. Como presencias destacadas cabe mencionar además a Natalia Dyer (Nancy en Stranger Things) como Coco, una pobre secretaria sumamente desafortunada, y sin dudas la enorme labor de Zawe Ashton (Nocturnal Animals) como Josephina, una wannabe del mundo artístico compuesta a la perfección por la actriz. Un trabajo sumamente versátil y bien ejecutado, que da muestras de un enorme talento actoral.

Dan Gilroy, director del film, quien había trabajado anteriormente con Gyllenhaal y Russo en Nightcrawler (2014), expone propuestas interesantes para sus películas que no terminan de cuajar en un punto. Son tópicos originales y bien pensados para empezar a contar una historia y denunciar temáticas sociales, pero pareciera como si en alguna parte se perdiera dentro de su mismo proyecto y le costara llegar a buen puerto.



VEREDICTO:  6 - ALL ART IS DANGEROUS

Lamentando mucho que grandes nombres y temáticas interesantes no se hermanen para un gran éxito, Velvet Buzzsaw posee momentos disfrutables y varios puntos a destacar, pero aún así no deja de ser otro film pasatista de Netflix.


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