BARS 17: Espejo Horizontal

Nos gusta mucho que cada año la pantalla del Festival Buenos Aires Rojo Sangre incluya propuestas no sólo de Buenos Aires, sino que el resto del país también esta presente. En este caso, desde Córdoba llegó a la competencia iberoamericana Espejo Horizontal, una joyita que no deberías dejar de ver.

Realizada por alumnos de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba, con Hernán Rossi a cargo del guión y dirección, la peli cuenta la historia de Lauti (Lautaro Ruiz), un joven cordobés que a partir de mudarse a un departamento nuevo empieza  a ver todo espejado, con las dificultades que eso conlleva (no poder prácticamente leer ni escribir, por ejemplo). Mientras intenta llevar una vida normal con este mal, conoce a Flor (Florencia Illanes), una chica a la que le pasa lo mismo, y descubren que, al tocarse, se desplazan en el espacio, a lugares que no tienen muy en claro cuán reales son.

La película es un relato más bien moderno, anclado principalmente en la subjetividad de Lauti, quien comienza narrando la historia en primera persona, para luego ceder la palabra y retomarla en los momentos finales. Estructuralmente es como una especie de road movie, donde el camino que recorren los lleva de dimensión a dimensión pero el verdadero viaje es interno. Solamente motivados por la curiosidad, se abrazan como quien baila un tango: hacia un lado avanzan un mundo, hacia el otro lo retroceden. La construcción de cada uno de los mundos está especialmente cuidada: atraviesan por ejemplo por lo que parece ser el patio de una casa de campo llena de mujeres vestidas con vestidos y sombreros pero con piernas y brazos vendados cual momias, o un espacio campestre lleno de brillos en el que se la pasan saltando y apodan "la luna" (por presentar una fuerza de gravedad diferente que los hace mucho más livianos). Cada lugar tiene su propio tratamiento desde la imagen, con alteración de colores, marcos e incluso efectos en CGI. Después de varios traslados viendo hasta dónde llegar, los moradores de determinados mundos notan su presencia y tienen que empezar a "pasar más rápido" para evitar ser interceptados.

Flor y Lauti, los saltamundos.

Ellos mismos. en una de sus tantas conversaciones, reflexionan al respecto de lo que les está pasando y de los "súperpoderes" en general. Son perfectamente conscientes que lo que les sucede no tiene ninguna funcionalidad determinada y desconocen si tienen algún tipo de misión que cumplir. Solamente saltan entre mundos, sin elegir a dónde ir. Son poseedores de un poder que funciona sólo en conjunto y con fines aparentemente recreativos.

Es difícil que este tipo de relatos más modernos, como decíamos al principio, te mantengan atento de principio a fin. Espejo Horizontal lo logra, con creces. Algunos mundos son más atractivos que otros y siempre está la intriga de hasta dónde van a llegar: si avanzarán al infinito, si hay realmente un límite, o si en algún momento regresarán al punto inicial, cerrando un círculo. Sucede también algo muy curioso cuando están en el "mundo real": la mayoría de las imágenes que vemos están espejadas. Si bien lo detectamos de manera directa cuando hay textos (carteles publicitarios en la calle, libros), es increíble experimentar cómo la percepción se da cuenta que "algo raro pasa" en lo que estás viendo, y sentís una mezcla de ansiedad e incomodidad que, paradójicamente, hace que no puedas dejar de mirar la pantalla.

Uno de los extraños personajes que acechan a nuestros amigos.

Es una historia atípica de acuerdo a los estándares nacionales que solemos ver, lo cual constituye su principal atractivo: una reflexión foránea sobre los vínculos entre las personas a través del género fantástico no es moneda corriente. Con un ritmo que va variando acorde al conocimiento que toman los personajes de su habilidad, se convierte en una gran propuesta alejada del gore y la sangre que proponen la mayoría de las películas del festival.