Dirigida por John Crowley (Boy A, Closed Circuit), basada en la novela de Colm Tóibín y escrita por Nick Hornby (Wild, About a Boy), Brooklyn cuenta la historia de Ellis, una chica irlandesa que decide ir a probar suerte a Estados Unidos y conseguir el futuro que su país natal no puede proveerle.
Estamos frente a una película de época, no solo eso, sino que también está basada en una novela. ¿Por qué aclaro esto? Porque esas dos características hacen al film, lo moldean y, en cierta manera, lo limitan; una película de época debe tener una cierta fotografía, una cierta dirección, actuación, etc. Así como la adaptación cinematográfica de una novela se caracteriza por tener una estructura literaria (introducción, nudo, desenlace), uno ve Brooklyn y nota los hilos, nota el armado, sin que eso signifique pasarla mal; el hecho que sea de manual no la hace por eso mala, sino tal vez insegura, poco arriesgada, promedio.
Lo primero que salta a la vista de Brooklyn es lo bien que se ve. La fotografía, algo tal vez obvio o estándar en el cine actual es, en este caso, sencillamente hermosa; especialmente los colores de los paisajes, con un barrio que no parece un conventillo sucio y lleno de gente sino que se lo ve siempre limpio, pulcro y seguro. Por otro lado, tenemos una Irlanda que se ve como un pueblo grande, donde uno puede disfrutar del mar y el verde en cualquier lugar. Mención aparte merece el vestuario: nadie está mal vestido ni fuera de lugar, todos se ven a la moda, lindos, bellos quizás sería la palabra más adecuada; la belleza está a la orden del día aún en los personajes menos trascendentes.
El mayor acierto de la cinta es, sin dudas, Saoirse Ronan (The Grand Budapest Hotel, Hanna). Brooklyn es ella y si su actuación no estuviera a la altura, la historia perecería. Afortunadamente eso no sucede en ningún momento; después de todo, por algo Brooklyn estuvo nominada en la reciente entrega de los Oscars como Mejor Película y la propia Ronan como Mejor Actriz. La joven interpreta a un personaje complejo, contrariado, que pasa de no tener nada para ser “feliz” (trabajo, futuro, pareja) a tenerlo todo. Ellis debe lidiar con un primer amor, con la muerte y con su independencia, no solo económica sino también como joven mujer a cargo de su propia vida; siempre luchando por tener voz propia, rodeada de otras jóvenes irlandesas que parecen no poder escapar al círculo vicioso de Pareja - Casamiento apresurado - Felicidad - Tristeza - Divorcio. Ronan se mantiene firme y segura durante toda su interpretación sin caer en sentimentalismos baratos o golpes bajos. La película se completa con las dos actuaciones masculinas: Emory Cohen (The Gambler) y Domhnall Gleeson (Star Wars: The Force Awakens, Ex Machina) interpretando a un plomero italiano y a un rugbier adinerado irlandés respectivamente. Ambos correctos en su actuación si bien les toca la peor parte, con personajes planos y repletos de clichés.
El mayor acierto de la cinta es, sin dudas, Saoirse Ronan (The Grand Budapest Hotel, Hanna). Brooklyn es ella y si su actuación no estuviera a la altura, la historia perecería. Afortunadamente eso no sucede en ningún momento; después de todo, por algo Brooklyn estuvo nominada en la reciente entrega de los Oscars como Mejor Película y la propia Ronan como Mejor Actriz. La joven interpreta a un personaje complejo, contrariado, que pasa de no tener nada para ser “feliz” (trabajo, futuro, pareja) a tenerlo todo. Ellis debe lidiar con un primer amor, con la muerte y con su independencia, no solo económica sino también como joven mujer a cargo de su propia vida; siempre luchando por tener voz propia, rodeada de otras jóvenes irlandesas que parecen no poder escapar al círculo vicioso de Pareja - Casamiento apresurado - Felicidad - Tristeza - Divorcio. Ronan se mantiene firme y segura durante toda su interpretación sin caer en sentimentalismos baratos o golpes bajos. La película se completa con las dos actuaciones masculinas: Emory Cohen (The Gambler) y Domhnall Gleeson (Star Wars: The Force Awakens, Ex Machina) interpretando a un plomero italiano y a un rugbier adinerado irlandés respectivamente. Ambos correctos en su actuación si bien les toca la peor parte, con personajes planos y repletos de clichés.
VEREDICTO: 7.0 - NADA NUEVO BAJO EL SOL
Brooklyn es un film ameno donde uno, si bien no se sorprende, tampoco se siente defraudado ni la pasa mal. Una historia de vida, mechada con amor y drama. El recorrido de una inmigrante abriéndose paso en la famosa tierra de las libertades y las oportunidades.
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