Una mano prostética flotando en el mar. Es una imagen con una enorme carga metafórica. Los últimos momentos de una persona que se ahoga y que sabe que ya no vale la pena luchar contra la corriente. Alguien (o algo) que empieza a salir del agua trayendo quién sabe qué novedades. Hay un contexto para esa imagen: esa mano es lo único que les queda a los protagonistas de su madre recientemente fallecida.
Esa imagen es la única toma de Los Miembros de la Familia, la nueva película del director y escritor Mateo Bendesky, que realmente tiene vida. No hace falta decir que por sus cualidades alegóricas; si fuera por la trama que el autor ha puesto a su alrededor, lo habría mencionado primero. Añadiendo sal a la herida, la toma de la mano en el agua ocurre muy al principio del filme, justo antes del detonante.
Tomás Wicz y Laila Maltz, dos de los actores jóvenes más talentosos de la actualidad, no saben qué hacer con Los Miembros de la Familia. |
Los hermanos Lucas y Gilda (interpretados respectivamente por Tomás Wicz y Laila Maltz) llegan a una ciudad costera sin nombre en medio del invierno y se instalan en una casa veraniega que ya no les pertenece. Él es taciturno y grosero, y sueña con ser luchador profesional de jiujitsu brasileño. Ella está obsesionada con la astrología y se está recuperando de una sobredosis. No se soportan entre sí pero no les queda otra que quedarse cuando se anuncia un paro de transportes y quedan varados en la costa.
A pesar del título, Lucas es el protagonista total de la película, pero nunca sabemos cuál es su problema ni cómo era su relación con su madre. Wicz tiene una presencia carismática, que irradia inteligencia, y me hace acordar en partes iguales a Denis Lavant y Takeshi Kitano. Pero lamentablemente eso es todo lo que el director le permite aportar al filme. Por su parte, Maltz la tiene peor: su papel podría ser un rol secundario memorable pero Los Miembros de la Familia no le da lo suficiente para brillar.
En la imagen se ve a este crítico tratando de comprender por qué la película se estrenó en el último festival de Berlín. |
El actor que más se luce es Alejandro Russek, que interpreta a Guido, un joven también interesado en el fitness con el que Lucas entabla una amistad. Aunque es el tercer personaje principal de la película, es el que se mueve con la mayor naturalidad y por lo tanto es el más creíble. Lo que le falta al filme de Bendesky es lo mismo que le falta a muchos filmes independientes argentinos: no tiene vida más allá de la pantalla, como si sólo existieran para complacer al director o directora.
Los Miembros de la Familia es una película rara. No rara en el sentido de divertido y cautivante, ni en uno bizarro e impresionante, o fascinante por la imposibilidad de entenderlo. Es una película que enrarece al público: uno no sabe cómo responder a los personajes ni a su situación ni a la visión autoral de Bendesky. Quizás ese enrarecimiento sea la idea, un reflejo necesariamente incompleto del luto y la confusión de la juventud. Pero con el talento a su disposición y las ideas que están detrás, el resultado debería tener más impacto.
VEREDICTO: 6 - DESMEMBRADO POR MIL PARTES
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