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la cuarta pared

martes, 9 de junio de 2015

Review: SENSE8 - 1ª temporada


By on 3:15 p.m.


Sense8 ha generado mucha expectativa en su previa. Porque por un lado, los proyectos originales de Netflix suelen ser buenos. Pero, por otro lado, no había nombres muy conocidos en su cast. Y, por ooootro lado, estaban detrás de ella los Wachowski, que han sabido tanto deslumbrarnos como desilusionarnos sin previo aviso.

Sin spoilear, la serie - dentro de un marco de ciencia ficción que te puede recordar a Lucy (Luc Besson, 2014) - habla de la conexión existente entre sensates, que son, básicamente,  ocho personas  interconectadas por una especie de telepatía, o sentido especial, o algo, que les permite conectarse con los otros siete de su grupo, y así abrirse puertas mutuas de cada visión, cada sensación, cada pensamiento que van teniendo.

¡Bariló, Bariló, nos vamo' a Bariló!

Respecto a su ritmo, puede parecerte lenta. Básicamente los primeros tres o quizás cuatro episodios presentan a los personajes y las tramas de acción principal apenas van asomando. Es más como una película larga, de unas 9 o 10 horas que una serie para ver un capítulo una vez por semana: recupera ese factor adicción que quizás desde Lost no era tan fuerte. Pero, es esta misma caracterización de personajes la que te va atrapando. Porque son tan diferentes como únicos. Son personas reales y creíbles, cada una de un rincón diverso del mundo: desde Bombai, Kala (Tina Desai) una mujer hindú a punto de consumar un matrimonio por convenencia, contra su voluntad. El sensate de Berlin es Wolfgang (Max Riemelt, un clon del Chacho Coudet), un joven delincuente, especialista en abrir cerraduras y cajas fuertes, que pasó por una infancia durísima. En Seul tenemos a Sun (Doona Bae), una ejecutiva bancaria menospreciada toda la vida por su padre por el simple hecho de ser mujer, pero para superar esa violencia se hizo re capa en artes marciales. El más cercano a nuestros pagos es Lito (Miguel Angel Silvestre), un actor mexicano de películas y novelas, quien encarna siempre papeles de machote pero es gay y no sale del closet para proteger su carrera. En San Francisco, Nomi (Jamie Clayton), una mujer transexual que logró afianzar su identidad después del acoso y discriminación de su familia y la sociedad, es una bloggera militante de la causa LGBT con un pasado de hacker y ¡tiene a su lado a Amanita (Freema Agyeman), la mejor novia del mundo! El otro yankee es Will (Brian J. Smith) un policia de Chicago, hijo de un alcohólico y con un idealismo que lo lleva a chocar constamente con sus superiores. Riley (Tuppence Middleton), desde Londres, es una DJ de Islandia que tiene problemas con las drogas ¡y el padre más copado del universo! Y por último Capheus (Aml Ameen), el simpático keniata que es el fan más fan del mundo de Jean-Claude Van Damme y trabaja duramente para proveer a su enferma madre de medicinas.

¿Guiño a Matrix?

Poco a poco, estas personalidades tan maravillosamente diferentes (y aquí uno de los principales aciertos de la serie, la elección cuidadosa de cada perfil y la caracterización, tanto del personaje como del entorno, con problemáticas reales, lejos del estereotipo), comienzan a verse, a sentirse, a interactuar cada vez con mayor frecuencia, comienzan a convertirse en uno, y las habilidades de cada uno recurren en ayuda de quien se encuentre en problemas, pero nunca dejan su tierra de origen, siempre se comunican a través de este misterio de conexión que une al grupo.

Nomi & Amalita. Las minorías sexuales plasmadas desde la más absoluta cotidianeidad.

Es este sentido de la conexión lo que pone a la serie (al menos en mi lectura) muy cercana a la utopía y alejada de la tecnología y la comunicación: la conexión entre sensates es inmediata, intima, abarca a todos los sentidos y surge desde el interior de cada uno, no es explicada por intervenciones tecnológicas. La serie baraja la hipótesis que las personas, por más diferentes que sean y por más lejos que vivan, pueden estar interconectadas por algo que surge de su interior, no por medios exteriores. Y es el gran acierto de los Wachowski en estos tiempos de fragmentación social: dejar ver una luz de esperanza en la empatía que podemos sentir con el otro, en dejar de lado la individualidad y poder volver a sentirnos todos parte de una totalidad que nos amalgama como humanidad, por mas diferencias físicas o culturales que tengamos.



VEREDICTO:  8 - QUEREMOS MÁS

Sense8 se erige como un excelente comienzo que te abre una gran ansiedad por su continuación. Sin caer en explicaciones innecesarias e inverosímiles, cuenta hasta donde tiene que contar, justifica lo que tiene que justificar y el resto lo deja librado al misterio o a su segunda parte. La conexión entre los personajes transmite un hermoso mensaje de igualdad para con el prójimo, solamente empañado porque tanto en Londres como Bombai o Seul los personajes hablan en inglés.


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2 comentarios:

  1. A mi tambien me "sonaba"raro eso de que los personajes siempre hablaban en ingles, pero si vemos mas detenidamente los capitulos, cada personaje habla en su lengua natal. Pero se entienden unos con otros, para demostrar eso y como la serie viene del lado Yanquie, todos hablan ingles, pero remiren algunos capitulos y van a poder darse cuenta de ese detalle.

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  2. Efectivamente , en uno de los cap{itulos, creo que es Will quien sorprende a su compañero policía hablando en coreano. Es cierto que hubiera sido mas adecuado hacer que cada personaje hablara en su lengua y subtitular la serie, pero la verdad es que es tan buena, que se le puede perdonar este detalle.

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