La premisa del comienzo de la historia, la idea original, era muy buena: todos los personajes de los cuentos de hadas vivían en el pequeño pueblo de Storybrook, despojados de su memoria y su identidad original, viviendo una vida sin sobresaltos, hasta la llegada de la salvadora Emma Swan (Jennifer Morrison), quien rompía la maldición, les devolvía sus recuerdos y emprendían un intento de regreso al Bosque Encantado.
Hasta ahí... hermoso, divino, original (claro, siempre y cuando no tengamos en cuenta la existencia desde el 2002 de Fables, el comic de DC Comics / Vertigo cuyo argumento es... muy muy muy pero muy similar), las actuaciones ni muy muy ni tan tan (siempre se destacó Robert Carlyle como Mr. Gold en el mundo contemporáneo y Rumpelstiltskin en el mundo de fantasía, considerando que Morrison con su "cara de nada" como heroína deja muchísimo que desear), pero se dejaba ver y generaba intriga e interés.
El tema vino después: rescataron a un par de villanos con reputación menor que La Reina Malvada (Lana Parrilla) y el mencionado Rumpel, metieron cruces con el Reino de Oz (que parece estar de moda porque en Supernatural están haciendo lo mismo sin ningún sentido), los malos se volvieron buenos pero en el fondo seguían siendo malos, y todo derivó en una espantosa novela burguesa con cromas mal recortados, con fondos en 3D tan berretas que de pronto no sabías si seguía la serie o estabas viendo un videoclip de Chip Torres.
La cuarta temporada hizo un receso y volvió el Domingo.... lo que me pregunto es: ¿para qué volvió? ¿No era mejor que se quede en su casa? Habíamos quedado, antes del intervalo, en que Mr. Gold era desterrado del pueblo, pesando sobre él una maldición por la que no podría regresar. Cuestión que en el mundo real fue a buscar a tres supervillanas que eran re malas pero en realidad nunca habían aparecido: Ursula (que está siempre poniendo cara de mala pero parece que estudió actuación con Sebastián Estevanéz y tiene una épica expresión de constipada), Maléfica (que al final no estaba en el mundo exterior sino en Storybrooke mismo, pero recién lo dicen al final, entonces te da la sensación que la actriz no había podido ir ese día al rodaje e improvisaron) y... Cruella De Vil. Sí, Cruella, la de los 101 Dálmatas, pero ahora resulta que tiene poderes mágicos que consisten en un aliento verde que encanta a los animales (el abuso del humo en post-producción también te hace hipotetizar que es el único truco que saben hacer... TODO larga humo todo el tiempo, parece el Sonic de Sega, que todo explotaba sin sentido alguno).
 |
| ¿Fiesta de Halloween en Palacio Alsina? ¿Volvió MIDACHI? No no... son las villanas de la serie. (foto gentileza de nuestros amigos de EW) |
Ah, pará. Porque también resulta que estas villanas tienen unos secretos con Blancanieves y el Príncipe Encantado, quienes les hacen jurar que nunca revelarán "lo que ha sucedido en el bosque encantado" (¿pintó partuza?). Y por otro lado, los personajes que se quedaron en el pueblo están buscando al autor del libro de cuentos que contiene las historias de todos ellos para que le escriba un final feliz a la Reina Malvada que ahora es buena y se lo merece. Y, a titulo personal, espero que cuando lo encuentren explique ¡qué está haciendo Cruella ahí! (perdón pero me indigna muchísimo todo esto).
En fin... la serie a esta altura se asemeja mucho al discurso de un taxista que te empieza a dar charla y cómo no le das bola te cuenta anécdotas cada vez más inverosímiles. Y se va por las ramas y nada tiene sentido. Llegó a la cuarta temporada sin el gancho que tenía al principio, las historias parecen improvisadas y los personajes se desdibujan, volviéndose impredecibles y contradictorios. Ya va siendo hora de la jubilación, deberían intentar darle un cierre más o menos digno porque si la siguen estirando no sería de extrañar que el próximo villano sea el T-1000.
0 comentarios:
Publicar un comentario